sábado, 30 de agosto de 2008

EL PADRE HECTOR

Quiero, desde estas líneas, unirme a los saludos a Juan Borea que está conmemorando las Bodas de Plata del colegio fundado por él y su hermana la IEP “Héctor de Cárdenas”; bregar por un mar siempre encrespado, como lo es la educación peruana, con más de un obstáculo por superar pero siempre con el estímulo cotidiano de formar niños y jóvenes en el horizonte humano de una educación alternativa es una tarea que solo puede llevarse a cabo en base a una sólida vocación magisterial que sin dudas posee nuestro amigo y profesor Juanito Borea, y pruebas al canto, nosotros somos los mejores testimonios vivos de su compromiso con la educación.

Aprovecharé la oportunidad para hacer memoria sobre el personaje que inspira el nombre del colegio “Héctor de Cárdenas” y no es otro que el Padre Héctor. Recuerdo que en una oportunidad, a mediados del ’78, Juan nos convocó a Carlos Rodríguez, Juan Nolasco y a mí a coordinar con el para apoyarlo en un retiro que los muchachos de La Recoleta harían con Juan en el Convento de Los Descalzos en el Rímac; nos citó en la casa que el Padre Héctor tenía en la calle Ramón Zavala (Miraflores) yo llegué un poco temprano y por no quedarme fuera me animé a tocar el timbre y me recibió el Padre Héctor, para esa época el cáncer que tenía en la lengua lo tenía un poco limitado y no podía hablar mucho por lo que siempre andaba con un cuadernito para escribir sin embargo en esa ocasión me habló muy bajito pero amablemente y me invitó a pasar, fueron unos pocos minutos de espera pero pude conocer a la persona siempre mencionada por Juan.

Unos años después, en 1982, me encontré con Juan en la Av. Brasil, recuerdo este pasaje por que justamente ese día salía yo de viaje y no había visto a Juan desde que salimos del colegio, me dijo que venía de unas clases en la Facultad de Teología y en unos minutos me puso al tanto de varios asuntos entre ellos la triste noticia que el Padre Héctor había fallecido en el verano de 1980 en el Hosp. Neoplásicas, el cáncer que tenía en la lengua había avanzado hacia la garganta y se dio el desenlace fatal, me dijo también que la comunidad cristiana a la que pertenecía pensaba hacer una selección de lo que el Padre Héctor escribía en su cuadernito y editarlo en un libro que se llamaría si mas no recuerdo “Desde la Vida”, no se si se plasmaría este proyecto pero lo que si se plasmó -al año siguiente en 1983- fue aquello que también me mencionó en el sentido de tener pensado abrir un colegio que llevaría el nombre del recordado Padre Héctor. Han pasado ya 25 años y estoy seguro que el tiempo en su devenir nos entregará nuevas promociones que seguirán el camino alternativo que el siempre vital Juanito imprime en el “Héctor de Cárdenas”. ¡Feliz Aniversario!

viernes, 29 de agosto de 2008

Descentralizando la información y democratizando el blog, me es muy placentero ceder mi espacio a Humberto Barreto que desde algún lugar en altamar nos escribe una historia muy especial. Es otra perla en la vida de Juan Velarde....
MURIÉNDOSE PERO DE RISA
Juan Velarde es un tipo sin igual, loco por naturaleza, muy sensible y gran amigo. Hace algunos años, cuando cayó enfermo de salud y anímicamente, nosotros como promoción lo asistimos un día domingo por la mañana, dando así inicio a la gran gesta en que se ha convertido este grupo de gente que se hace llamar Promoción Pablo VI.

Unos días antes a Juan lo encuentro sentado en una esquina muy pensativo y con la mirada algo perdida, con un cigarro prendido y mojándose en plena garúa otoñal. Me acerco a él y me dice:

- Humberto me siento muy mal, no sé que tengo, algunos médicos me han dicho que puedo tener cáncer al estómago, inclusive. Estoy muy deprimido y no tengo fuerzas ni para mendigar.

- No jodas...pero si eso es verdad loquito, no te preocupes que voy a hablar con los muchachos de la promo y vamos a ver que hacemos. Lo importante es que dejes de pensar en negativo. Todo se va a solucionar y verás que las cosas mejorarán loquito...

Me reuní con Paco y pusimos en marcha un plan de emergencia, Juanito estaba con un ánimo hasta el perno y su aspecto estaba venido abajo, con bajo peso y muy descuidado. Me impactó mucho cuando lo ví y cuando me dijo que algunos médicos que lo habían visto le habían dicho lo peor, decidí actuar de inmediato por si acaso. Quedamos con la gente en reunirnos un domingo por la mañana y recolectar todo lo que se podía, dinero, víveres y sobre todo darle ánimo, que sepa que no está solo, ya que él era el que mantenía a su familia y no podía laborar por los intensos dolores en el vientre.

Ese día decidimos internarlo en el Hospital Hipólito Unanue (el de Bravo Chico), yo tengo unas amigas ahí y decidí contactarme con ellas para poder tener la tranquilidad de que iba mejorar su salud si se internara. El al principio no atracó, pero después de mucha insistencia accedió. Pasaron algunos días y lo fregado era pasar la entrevista con la asistenta social, para que gozara del seguro integral, que la mayoría de veces era destinado a mujeres y a mendigos.

Ya estando en el hospital, le pregunté:
- Oye huevón te haz bañado? Hueles a mierda....
- Claro pe mi Humberto, lo que huele son mis perras...
- Qué? Te haz bañado y no te haz lavado los pies?
- Estoy más limpio y talqueado que bebé, lo que pasa que he pisado mierda....

Antes que llegara la asistenta, mi amiga y yo le sugerimos que diga “no” a todo.Así llegó la asistenta social, y comienza el arduo interrogatorio. Yo cruzaba los dedos....

- Donde vive usted?
- En la calle...
- Donde come?
- Donde me den comida
- Es casado?
- No
- Trabaja?
- No, no tengo trabajo...
- Con cuanto dinero cuanta usted actualmente?
- Con nada!!
- Ha estado internado en algún hospital de salud publica?
- No
- Tiene familia que mantener?
- Sí!!

Nos miramos las caras Norma, mi amiga y yo.

- Le pregunto si no es casado, pero tiene familia que mantener?
- Sí -le dice Juan a la asistenta-
- Bien, a quienes mantiene?
- A mi madre...!

Eso le dió pena a la asistenta y da la orden de atención completa.
Nos despedimos y al salir le dice Juan a la asistenta:

- Señorita, espero que al salir de aquí la podré invitar a salir conmigo a la Rosa Náutica?

La asistenta se rió y le dijo que estaba muy agradecida con la invitación...
Fue un momento muy tierno y jocoso. Pero el loco Juan volvió al ataque.

- Después de la cena, también podemos ir al Hotel Sheraton para ver Lima, la ciudad, de noche y desde arriba?
- Quizás....

La asistenta muy contrariada y ruborizada se despidió de la escena.
Norma, mi amiga, al salir de la habitación le dió un jalón de pelos de padre y señor mío. Mandibulín muy irónico y con aires de dandy le dijo:

- Por qué me pegas, no sabes que tengo un gran jale con las hembras? No te pongas celosa...

La verdad que el loco Mandibulín estaba para el gato y muy adolorido, pero siempre y en todo momento se mostró con una sonrisa muy optimista llena de esperanza, muy diferente estado en que lo encontré aquella mañana. El gesto de los muchachos para con él, fue muy valorado y desde aquel entonces Juanito Velarde no se olvida de cada uno de los amigos que le tendieron la mano cuando la zozobra, la desesperación y el desánimo lo encontraron. Ahora es otro hombre, muy agradecido a Dios y es un gran colaborador en la organización de eventos de la promoción.

Humberto Barreto García

jueves, 28 de agosto de 2008

QUINTO ANIVERSARIO DE LA CVR

Este 28 de agosto se cumple el quinto aniversario de la presentación del Informe Final sobre los años de guerra interna que vivió nuestro país, elaborado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, organismo creado en el Gobierno de Transición y ratificado por la gestión del Presidente Toledo.

Encabezada por el filósofo Salomón Lerner e integrada por un grupo de personalidades de gran autoridad moral, la CVR desarrolló una exhaustiva labor para conocer no sólo los hechos acontecidos, sino sobre todo las causas que motivaron esta tragedia nacional que enlutó tantos hogares y dejó una secuela de destrucción y desintegración cuyos efectos sentimos hasta hoy.

Desde que inició sus labores, la Comisión fue objeto de ataques por parte de personas y grupos interesados en que se olvidase lo vivido, en muchos casos porque eran conscientes de la responsabilidad que tuvieron por su acción u omisión. Por ello fue importante desde que inició su labor la presencia pública para darle el respaldo que necesitaba.

Hoy se requiere nuevamente de la presencia de la ciudadanía, y de los sectores sociales organizados. Estando en juicio tanto Fujimori como Montesinos, sus secuaces intentan amedrentar al Poder Judicial, y chantajear al partido de gobierno para obtener sentencias favorables, penas benignas, o en todo caso el indulto. Parte de esa estrategia es echar un manto de olvido sobre sus responsabilidades en esa época aciaga.

El Movimiento Para Que no se Repita ha organizado el jueves 28 de agosto un acto de conmemoración. Habrá una concentración en la Plaza Bolognesi desde las 5.00 p.m., y desde allí se irá caminando hacia el monumento “El Ojo que llora”, en el Campo de Marte, donde será la ceremonia. Hagámonos presentes.

Juan Borea Odría

miércoles, 27 de agosto de 2008

Don Jediondo y su humor picante


Pedro González más conocido en esta parte del mundo como Don Jediondo es uno de los cómicos más conocidos de Colombia. A lo largo de su vida Pedro González ha abrazado con pasión el periodismo. De muchacho llegó a Bogotá en busca de una bicicleta para poder ir al colegio en Sáchica, una población cercana a Sutamarchán, pero resolvió quedarse para abrirse espacio en la vida en la capital. Estudió periodismo y por años trabajó con Alberto Piedrahíta Pacheco y el grupo de deportes de Caracol radio. También fue lector de noticias en Radio Reloj, de la misma cadena.

Sus imitaciones, su picante y buen humor lo fueron acercando a su personaje más famoso: Don jediondo. "Lo mejor para mi en este momento es la sintonia que tengo con la gente y que le digan a uno en la calle que está haciendo las cosas bien...Soy como un embajador chiquito de mi pueblo ante el país".

Este post llega a ustedes de la mano de nuestro amigo Roger Cáceda desde los E.E.U.U. chequeen este video para que vayan entrando en confianza sino lo han hecho ya....


ANDREA MONTENEGRO Y STEPHANY CAYO ACTUARÁN JUNTO A DAVID CARRADINE

Las actrices peruanas Andrea Montenegro y Stephanie Cayo compartirán el set de 'Tiempo Final' con el reconocido actor estadounidense David Carradine, famosos sobre todo por sus roles como Kwai Chang Caine en las series televisivas 'Kung Fu', o más contemporáneamente como 'Bill', en la saga de Quentin Tarantino, 'Kill Bill'.
La realización de la segunda temporada de “Tiempo Final”, la primera superproducción del Grupo en Latinoamérica, que reunió a los más destacados talentos de la región, cuenta con la participación de Carlos Moreno, director de la película perro come perro, quien se suma al staff de directores de la serie al lado de Felipe Martínez y Ricardo Gabrielli. Uno de los capítulos de Moreno se llamará Quirofano que contó con las actuaciones de Roberto Escobar y Marcela Gallego entre otros. Entre los actores peruanos que participan en la superproducción, aparte de Andrea y Stephany están Javier Echevarría y Saby Kamalich.

Los comerciales de la exitosa serie de Fox, con la participación de Carradine, ya se encuentran apareciendo en el canal de cable y, de acuerdo con sus productores, el actor de 71 años de edad está muy emocionado con su incursión en Latinoamérica.

Las sensuales actrices aparecerán en la serie como invitadas especiales, pero su participación se viene promocionando desde hace algunas semanas, debido a la gran popularidad que las dos tienen en Colombia. Y es que, la original serie argentina mantiene se auge en la televisión gracias a la versión latinoamericana que es grabada íntegramente en Bogotá.

'Tiempo Final' es la primera producción de la cadena Fox en Latinoamérica y rápidamente se ha convertido en una de las favoritas del público televisivo e, inclusive, ha trascendido las fronteras de Estados Unidos ya que se espera que pronto sea transmitida en ese país con subtítulos.
Fuente:
RPP Noticias


martes, 26 de agosto de 2008

Bodas de Plata del "Hector de Cárdenas"


Juanito Borea nos invita a compartir un día de celebración, alegría y reflexión, al celebrar los primeros 25 años de creado el IEP Hector de Cárdenas, "su más querido hijo". Hacemos votos para que la mística en la enseñanza siga reflejándose en el éxito de todos estos años dedicados a formar hombres nuevos. Invitamos pues a todos los que estimamos a Juan, acompañar en su momento de dicha al hombre que nunca ha permanecido ajeno a la promoción Pablo VI y que ha compartido con nosotros de nuestras alegrías.
EL TOMATE PREVIENE EL CÁNCER DE PRÓSTATA

El tomate es un conocido remineralizante y desintoxicante. El tomate es muy rico en licopeno, un pigmento vegetal que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, prostatitis y el cáncer de próstata.

El Tomate ha despertado entre los científicos de todo el mundo es la capacidad del licopeno para prevenir e incluso combatir el cáncer. Tras analizar 72 estudios sobre la relación entre esta sustancia y el cáncer, un equipo de investigadores británicos y norteamericanos comprobó que, en 57 de ellos, la relación entre un menor riesgo de cáncer y la ingesta de licopeno era completamente segura y en 35, "significativa". Este hallazgo permitió a los científicos concluir que esta sustancia es un poderoso antioxidante que previene la aparición de diversos tipos de cáncer, especialmente de próstata, pulmón y estómago.

La lista, no obstante, podría ser mayor. El coordinador del equipo investigador, el doctor Edward Giovanucci, de la Facultad de Medicina de Harvard, en Boston, estuvo hace pocos meses en Pamplona, donde confirmó que los datos sugieren que el consumo habitual de tomate previene también el cáncer de esófago, páncreas, mama, colorrectal, bucal y cervical. "Los tomates son ricos en sustancias fitoquímicas con propiedades anticancerígenas, que conducen a la formación de carotenoides como el licopeno, compuestos que protegen a las células de los efectos de la oxidación", según explicó el científico norteamericano.

Giovanucci ya tuvo ocasión de comprobar las propiedades del tomate en estudios previos realizados en su universidad. Así, comprobó que los hombres que nunca han tomado salsa de tomate tienen más posibilidades de desarrollar cáncer de próstata que quienes lo hacen varias veces a la semana. Según este experto, ingerir salsa de tomate una vez a la semana reduce el riesgo de sufrir este tipo de tumor en un 10 ó 15 por ciento, mientras que las posibilidades bajan en un 30 ó 35 por ciento si se hace dos veces por semana.

Si los hombres deben disponer de una buena provisión de tomates en su nevera para prevenir el cáncer de próstata, el tumor más frecuente en el varón; las mujeres deben hacer lo mismo para evitar el cáncer más habitual en su sexo: el de mama. Tras analizar los niveles de licopeno y de otros carotenoides en 109 mujeres de Boston, los científicos de la Universidad de Harvard llegaron a la conclusión de que, a mayor concentración, el riesgo de cáncer era menor.

La capacidad del licopeno para retrasar la oxidación de las células, y de este modo su multiplicación, garantiza su capacidad preventiva. Algunas investigaciones y sus resultados sugieren que el licopeno modula las moléculas responsables de la regulación del ciclo celular y causa una regresión de las lesiones cancerosas de la próstata en el hombre, por ejemplo.

Lic. Carmela Fernadini Artola
Fuente: Alimentación sana

lunes, 25 de agosto de 2008

Manotas y los detrás de cámaras (parte 2)

La Metamorfosis: Oda al dios Baco


"Nuestra amistad no tiene final, este lazo es indestructible..."



"Esté donde esté siempre te recordaré..."


"La verdad cholito, durante todos estos años haz sido un gran apoyo para mí..."



"Te quiero mucho cholito..."



"Zambito, tómate una foto para la posteridad...!"



"Me siento muy emocionado de tenerlos como amigos, los estimo mucho..."



"Happy birthday tooo youuu..."



ZZZZZZZZZZZzzzzzzz



BIENVENIDA LA VEJEZ, BIENVENIDA LA VIDA
(En memoria de “Don Presi”, un viejo con el alma llena de sonrisas)

Resulta bastante curiosa la cómplice flexibilización inconsciente con que nuestra mirada percibe el avance de los años en “los otros” para, de esta manera, alejar la representación temida de la vejez de nuestras propias vidas.

Cuando somos niños, percibimos como viejos a los adultos que frisan entre las cuatro y cinco décadas. Desde nuestra cotidianidad infantil, decimos “viejito” para hacer referencia a una persona que se escandalizaría de ser así considerada a los cincuenta años por alguien en la Tierra. Sin embargo, nuestras miradas infantiles tienen una clara connotación comprensiva, matizada de ternura, pena e ingenuidad. El “viejito” es visto como una realidad débil a la que hay que tratar con cuidado no exento de lástima por su implícita incapacidad. El léxico que se nos enseña para referirnos a él denota eso (no es “viejo” sino “viejito”). Empero, no hay malicia en este actuar del niño.

Luego, cuando militamos incandescentemente en los años de la adolescencia y de la juventud, nuestra percepción de “los viejos” se materializa, muchas veces, en el choque generacional que enfrenta y cuestiona, que impreca y enjuicia a la generación de nuestros padres. Ya no se trata de una mirada comprensiva aunque tierna y lastimera a la vez; sino de una mirada interpeladora, negadora, cuestionadora, desafiante.

El ingreso a la adultez, acompañado de su cuota de responsabilidades adicionales y, ligado a esto, la constitución de familias y de la propia paternidad, comienzan a influir en la conformación de un cambio de perspectivas en el ser humano con relación al tema de “los viejos”. Por lo general, en esta fase de la vida se procesan re-tejimientos en las relaciones sociales con nuestros padres (abuelos ya). De alguna manera podríamos decir que la mirada comprensiva de nuestros años aurorales de la infancia respecto a “los viejitos” (mirada que se construía hacia afuera de la casa), regresa con nuestra avanzada adultez para percibir comprensivamente –hacia adentro de nuestras vidas- a “nuestros viejos” (sabiendo en qué nos parecemos y en qué no nos parecemos).

La negación de la adolescencia y juventud temprana da paso no a una actitud reificadora de nuestros padres, sino a una comprensión crítico-dialéctica de sus respectivas vidas y de nuestra propia vida en relación a las de ellos. La serenidad del adulto, aunque firme, caracteriza este momento. Pero… ¿por qué sucede esto?. Quizá no lo queramos reconocer, pero uno de los posibles factores explicativos es el hecho de que una temible sospecha comienza a rondar nuestros días y nuestras mentes. Esa sospecha tiene nombre y se llama “vejez”. Esa “vejez” que siempre fue percibida como externalidad respecto a nuestras propias vidas (externalidad en nuestro ojos de niño, externalidad en nuestros gritos de adolescente y joven, e, incluso, externalidad en nuestra condición de adulto en actitud comprensiva frente a “sus viejos”).

Pero la vejez deja en algún momento de ser una realidad externa a nuestras vidas. Es más, dialécticamente hablando, la vejez es condición de nuestras vidas desde el momento en que nacemos. Sin embargo, culturalmente hechos en una perspectiva predominantemente occidental, preferimos “correrle” a la vejez, ahuyentarla, espantarla, ignorarla, obviarla. Mejor será imaginar que no está, menos que nos espera y, peor aún, que ya somos viejos. No se debe olvidar que en el contexto de la cultura burguesa occicéntrica estéticamente bellomaníaca, la vejez asusta y es desagradable (por ende, es antiestética). Al respecto, en 1970 Simone de Beauvoir escribía en su obra “La vejez” lo siguiente:

“Norteamérica ha tachado de su vocabulario la palabra muerte: se habla del ser querido que se fue; asimismo evita toda referencia a la edad avanzada. En Francia, actualmente, es también un tema prohibido. Cuando al final de La fuerza de las cosas infringí ese tabú, ¡qué indignación provoqué!. Admitir que yo estaba en el umbral de la vejez era decir que la vejez acechaba a todas las mujeres, que ya se había apoderado de muchas. ¡Con amabilidad o con cólera mucha gente, sobre todo gente de edad, me repitió abundantemente que la vejez no existe!. Hay gente menos joven que otra, eso es todo. Para la sociedad, la vejez parece una especie de secreto vergonzoso del cual es indecente hablar”.

Y ciertamente, sucede que llegados a los años de adultez –y conforme van pasando estos- los parámetros para considerar viejo o vieja a alguien –y, por oposición, para considerar joven a alguien- se van estirando casi indefinidamente. Y así resulta que cuando tenemos 45 años y nos enteramos de alguien que se murió a los 60 diremos, con entero convencimiento por cierto, de que “se murió bien joven”. Y a la par que vayamos aumentando en edad nosotros mismos, nuestros parámetros de medición de lo viejo se irán relativizando más y más de tal manera que la vejez como realidad, se aleje lo más posible de nuestras fronteras hasta prácticamente terminar siendo inexistente. Así pues, en la medida en que eternicemos la juventud de los otros, estaremos eternizando nuestra propia juventud y escapando de la vejez; y entonces, la vejez no será, cumpliéndose, de alguna forma, el codiciado mito de la eterna juventud (ficticia, ciertamente, como toda falsa conciencia social). Y al no ser, al no existir la vejez ¿para qué reparar en ella?. El sistema se ahorra así el complicado problema de pensarla en término de políticas. El sistema, pues, maquiavélicamente promueve la invisibilización de la vejez (de esa porción de personas “no productivas” y, por ende, “desechables” para el capitalismo en tanto sinónimo de gasto y no de ingreso).

Estoy convencido que el tipo de sociedad en el que vivimos hace pensar así respecto a temas como el de la vejez de los seres humanos. Un sistema como este, basado en la explotación y en el ejercicio de la dominación bajo múltiples formas y manifestaciones, es poco sincero y muy hipócrita, sobre todo en relación al tema del que he escrito. Las voces del sistema y de sus instituciones probablemente hablen del anciano como sinónimo de experiencia, sabiduría y serenidad pero, sin embargo, al mismo tiempo, este mismo sistema trata al anciano como cualquier cosa, intentando vaciarlo de dignidad. Basta con ver la realidad de los viejos y las viejas en el Perú en las veredas invernales del centro de Lima a medianoche, acumulando sus calcios debilitados a la hora de dormir. Basta con conocer las condiciones en las que están los hospitales y comedores de beneficencia donde, diariamente se agolpan centenares de viejos y viejas buscando que intentar subsistir. Basta hablar con los jubilados y conocer sus historias de vida en las colas de pago de pensiones, o a la salida de sus reuniones, o luego de sus protestas y manifestaciones callejeras demandando dignidad.

Simone de Beauvoir, en la obra antes citada, escribía lo siguiente:
“En cuanto a los sentimientos humanitarios, a pesar de las charlas hipócritas, no intervienen. La economía está basada en el lucro, a él está subordinada prácticamente toda la civilización; sólo interesa el material humano en la medida en que rinde. Después se lo desecha”.

Asimismo decía
“La palabra “arrumbar” expresa muy bien lo que quiere decir. Nos cuentan que la jubilación es la época de la libertad y del ocio; los poetas han alabado “las delicias del puerto”. Son mentiras desvergonzadas. La sociedad impone a la inmensa mayoría de los ancianos un nivel de vida tan miserable que la expresión “viejo y pobre” constituye casi un pleonasmo; a la inversa, la mayoría de los indigentes son viejos. Los ocios no abren al jubilado posibilidades nuevas; en el momento en que el individuo se encuentra por fin liberado de coacciones, se le quitan los medios de utilizar su libertad. Está condenado a vegetar en la soledad y el aburrimiento, es un puro desecho. Que durante los quince o veinte últimos años de su vida un hombre no sea más que un desecho es prueba del fracaso de nuestra civilización; esta prueba nos angustiaría si consideráramos a los viejos como hombres, con una vida humana detrás de ellos, y no como cadáveres ambulantes. Los que denuncian nuestro sistema mutilante deberían poner de relieve este escándalo”.

Tenía toda la razón De Beauvoir. Hay que poner de relieve este escándalo. Hay que dignificar la condición de viejo que el sistema se niega a hacer. Al final de cuentas, si de reales vejeces se trata, nuestro sistema social es el que, hace rato, viene dando clarísimos signos de su insoluta decrepitud en este y otros temas.

Que mañana y los siguientes días sean buen tiempo para vivir.
Daniel Zevallos Chávez

sábado, 23 de agosto de 2008

“EL SEXO Y YO – (capítulo III)”

Cuando la capacidad narrativa es buena, el orden de lectura la pone el lector, es decir que podemos hacer uso de nuestra libertad para tomar cualquier parte de la obra; de acuerdo a nuestros propios fines e intereses, y comenzar la lectura por el principio, por el final o por en medio y siempre nos parecerá buena y con sentido, hagan la prueba con alguna porción escrita por Gabo, Rulfo, Borges o Isabel Allende y comprenderán el sentido de lo que quiero decir ya que siempre será bueno, de cuando en cuando, romper con la monotonía de lo lineal y monocorde y construir algunos “dibujos” con nuestras lecturas. Hace algunas semanas, les hice llegar el capítulo IV de un relato de Isabel Allende: “El sexo y yo”, ahora les hago entrega del capítulo III y podrán darse cuenta que su prosa es tan fresca leyéndola de atrás para adelante o viceversa, veamos:

“Yo era plana. Ahora no tiene importancia, pero en los cincuenta eso era una tragedia, los senos eran considerados la esencia de la feminidad. La moda se encargaba de resaltarlos: sweater ceñido, cinturón ancho de elástico, faldas infladas con vuelos almidonados. Una mujer pechugona tenía el futuro asegurado. Los modelos eran Jane Mansfield, Gina Lollobrigida, Sofia Loren. ¿Qué podía hacer una chica sin pechos? Ponerse rellenos. Eran dos medias esferas de goma que a la menor presión se hundían sin que una lo percibiera. Se volvían súbitamente cóncavos, hasta que de pronto se escuchaba un terrible plop-plop y las gomas volvían a su posición original, paralizando al pretendiente que estuviera cerca y sumiendo a la usuaria en atroz humillación.

También se desplazaban y podía quedar una sobre el esternón y la otra bajo el brazo, o ambas flotando en la alberca detrás de la nadadora. En 1958 el Líbano estaba amenazado por la guerra civil. Después de la crisis del Canal de Suez se agudizaron las rivalidades entre los sectores musulmanes, inspirados en la política panarábiga de Gamal Abder Nasser, y el gobierno cristiano. El Presidente Camile Chamoun pidió ayuda a Eisenhower y en julio desembarcó la VI Flota norteamericana. De los portaaviones desembarcaron cientos de marines bien nutridos y ávidos de sexo. Los padres redoblaron la vigilancia de sus hijas, pero era imposible evitar que los jóvenes se encontraran.

Me escapé del colegio para ir a bailar con los yanquis. Experimenté la borrachera del pecado y del rock n'roll. Por primera vez mi escaso tamaño resultaba ventajoso, porque con una sola mano los fornidos marines podían lanzarme por el aire, darme dos vueltas sobre sus cabezas rapadas y arrastrarme por el suelo al ritmo de la guitarra frenética de Elvis Presley. Entre dos volteretas recibí el primer beso de mi carrera y su sabor a cerveza y a Ketchup me duró dos años. Los disturbios en el Líbano obligaron a mi padrastro a enviar a los niños de regreso a Chile. Otra vez viví en la casa de mi abuelo. A los quince años, cuando planeaba meterme a monja para disimular que me quedaría solterona, un joven me distinguió por allí abajo, sobre el dibujo de la alfombra, y me sonrió. Creo que le divertía mi aspecto. Me colgué de su cintura y no lo solté hasta cinco años después, cuando por fin aceptó casarse conmigo.

La píldora anticonceptiva ya se había inventado, pero en Chile todavía se hablaba de ella en susurros. Se suponía que el sexo era para los hombres y el romance para las mujeres, ellos debían seducirnos para que les diéramos "la prueba de amor" y nosotras debíamos resistir para llegar "puras" al matrimonio, aunque dudo que muchas lo lograran. No sé exactamente cómo tuve dos hijos.

Y entonces sucedió lo que todos esperábamos desde hacía varios años. La ola de liberación de los sesenta recorrió América del Sur y llegó hasta ese rincón al final del continente donde yo vivía. Arte pop, mini-falda, droga, sexo, bikini y los Beattles. Todas imitábamos a Brigitte Bardot, despeinada, con los labios hinchados y una blusita miserable a punto de reventar bajo la presión de su feminidad. De pronto un revés inesperado: se acabaron las exuberantes divas francesas o italianas, la moda impuso a la modelo inglesa Twiggy, una especie de hermafrodita famélico. Para entonces a mí me habían salido pechugas, así es que de nuevo me encontré al lado opuesto del estereotipo. Se hablaba de orgías, intercambio de parejas, pornografía. Sólo se hablaba, yo nunca las vi. Los homosexuales salieron de la oscuridad, sin embargo yo cumplí 28 anos sin imaginar cómo lo hacen.

Surgieron los movimientos feministas y tres o cuatro mujeres nos sacamos el sostén, lo ensartamos en un palo de escoba y salimos a desfilar, pero como nadie nos siguió, regresamos abochornadas a nuestras casas. Florecieron los hippies y durante varios años anduve vestida con harapos y abalorios de la India. Intenté fumar mariguana pero después de aspirar seis cigarros sin volar ni un poco, comprendí que era un esfuerzo inútil. Paz y amor. Sobre todo amor libre, aunque para mí llegaba tarde, porque estaba irremisiblemente casada.

Mi primer reportaje en la revista donde trabajaba fue un escándalo. Durante una cena en casa de un renombrado político, alguien me felicitó por un artículo de humor que había publicado y preguntó si no pensaba escribir algo en serio. Respondí lo primero que me vino a la mente: sí, me gustaría entrevistar a una mujer infiel. Hubo un silencio gélido en la mesa y luego la conversación derivó hacia la comida. Pero a la hora del café la dueña de casa -treinta y ocho años, delgada, ejecutiva en una oficina gubernamental, traje Chanel- me llevó aparte y me dijo que sí le juraba guardar el secreto de su identidad, ella aceptaba ser entrevistada. Al día siguiente me presenté en su oficina con una grabadora. Me contó que era infiel porque disponía de tiempo libre después de almuerzo, porque el sexo era bueno para el ánimo, la salud y la propia estima y porque los hombres no estaban tan mal, después de todo. Es decir, por las mismas razones de tantos maridos infieles, posiblemente el suyo entre ellos. No estaba enamorada, no sufría ninguna culpa, mantenía una discreta garçonière que compartía con dos amigas tan liberadas cómo ella.

Mi conclusión, después de un simple cálculo matemático, fue que las mujeres son tan infieles como los hombres, porque si no ¿con quién lo hacen ellos? No puede ser solo entre ellos o todos siempre con el mismo puñado de voluntarias. Nadie perdonó el reportaje, como tal vez lo hubieran hecho si la entrevistada tuviera un marido en silla de ruedas y un amante desesperado. El placer sin culpa ni excusas resultaba inaceptable en una mujer. A la revista llegaron cientos de cartas insultándonos.

Aterrada, la directora me ordenó escribir un artículo sobre "la mujer fiel". Todavía estoy buscando una que los sea por buenas razones.”

Mario Domínguez Olaya

Manotas y los detrás de cámaras (parte 1)


Comenzando la barbarie



Llénala toda por favor!!



Brindemos hasta morir!!



Julián, se podrá llevar para la casa?



En pleno festín...



El adiós del "Mero loco"


Su bebida de bandera



"...Es que me tengo que reportar cada 30 minutos.."!





Con ustedes la Rampolla's Melody Band





Me vas a tener que invitar tu trago Hugo, el "tinto" no va con mi "tinta"





Julián: "Por lo menos para hacer un poco de 'finta' "





Jajajajaja, no puedo creerlo..creo que "me piqué el diente"



viernes, 22 de agosto de 2008

Happy Birthday Franz !


Un 22 de agosto de 1962 no sabemos de donde (no nos hemos dado cuenta todavía) llega al mundo nuestro querido Franz "Bill" Quintana Begazo aquel amigo que siempre nos tiene acostumbrados a organizar los eventos deportivos de la promoción (él tiene un estilo muy propio de convocatoria y de armar los equipos de fulbito) Lo cierto es que se siente mas Marista que nadie ya que estudió en el Ramirez Barinaga 10 años de su vida, practicamente todo el periodo escolar. Recibe un gran saludo de tus amigos de toda la vida en este día muy especial. Salud Chemito!!
UNA VELADA CON "MANOTAS"











El último 8 de agosto tuvimos un grato encuentro con el amigo, aquel que persiste alegremente enarbolando los estandartes de la soltería con mucho orgullo, aquel que con su cálido trato nos trasmite calma, ecuanimidad y mucha discreción. Desde 1969 comparte la dicha de ser marista y junto con muchos de nosotros ha desarrollado una indestructible amistad que se acerca a los 40 sólidos años.

Martín Orellana es el personaje que agasajamos los amigos que siempre lo tenemos presente. Fue una noche muy digna de recordar siempre, donde se entrelazaron alegría y mucha confraternidad. Fue una cena en un prestigioso restaurante de San Borja. La velada fue amenizada por un grupo musical que hacía de fondo muy apropiado para entablar una cordial e interesante conversación entre los que asistimos aquel día.

Como siempre, Walter, el de la convocatoria y socio (de corazón) del local, nos esperaba muy ansioso en el vestíbulo del “Gian & Marco: Grill y Casino”. Julián, Juan y yo llegamos y nos saludamos muy efusivamente, ya que no nos veíamos desde el último retiro en casa de Borea. Al cabo de unos instantes se hizo presente Percy, Hugo y Martín, muy alegres y con algo de adelanto en la bebida. Fotos van y vienen a cargo del zambo Julián y decidimos ir al segundo nivel donde la mesa reservada nos esperaba como siempre. Era la cuarta vez que visitaba el local y siempre da la impresión que es la primera vez. Muy bien ubicado, atención muy personal, buen ambiente y la comida siempre aprobada por todos. Fieles carnívoros y amantes del mejor colesterol pedimos parrillas donde había de todo. En esta oportunidad se demoró como nunca el combo en llegar, así que desaparecimos todo el pan con mantequilla servido en la mesa. Las botellas de vino se pasearon por nuestra mesa una seguida de otra, creo que al final consumimos en total entre 7 u 8.

Las bromas no se hicieron esperar en torno a Martín y a Hugo. Mientras tanto Julián se disparaba sólo, sus acostumbrados vasos de Fanta, su gaseosa preferida desde que era niño allá en su natal Namibia, claro que también se levantó algunas copas del tinto que por cierto estaba magistral. Hugo nos reveló su próximo viaje a España, al encuentro de su familia, confirmando al 100% su vuelo para el mes siguiente, donde cruzará el gran charco del Atlántico y ese día, quizás era la última vez que lo veíamos en lo que va de todo este año. Muy emocionado y con copa en mano nos dijo adiós y que valoraba nuestra amistad. Esperamos que en el 2009 esté de vuelta por estos lares.

Hasta que llegó la comida y cubierto en mano, en menos de lo que nos dimos cuenta ya no había nada sobre la mesa. Seguían las bromas y ocurrencias, éramos nuevamente aquellos muchachos de siempre. Creo que este grupo debe de crecer, ya que siempre somos los mismos los que nos reunimos. Algunos de la promo, cuando se encuentran con nosotros nos encaran diciéndonos que porqué no les pasamos la voz. hay que recordar que es de buen amigo el saludar por lo menos llamando por teléfono y preguntar si la gente se va a reunir en algún lugar. En el blog siempre aparecen los posts donde saludamos a los integrantes de la promoción que cumplen años, solo basta con entrar todos días a ver si alguno cumple años ese día y anotarse. De esa manera no se perderían de ninguna velada y serían protagonistas de los encuentros de confraternidad. Ok?

"Manotas" -así solíamos llamarlo en el colegio- estaba feliz. Existen muchas historias del orígen de esta "chapa" que ahora no detallaremos, lo que si podemos decir que esa noche si que le faltaban más brazos para empujarse todo lo que había sobre la mesa. Estuvo muy agradecido que no lo hayamos invitado a una cevichería ya que le hubiéramos ocasionado un gran conflicto existencial (broma solo para la promo).

Cuando golpeaban los primeros minutos de la madrugada sin darnos cuenta, estábamos con la mitad del cerebro adormecido por el culto al dios Baco (por si acaso es baco, no Huaco) Inclusive por ahí alguién se metió algunos tragos más en las rocas que fueron artífices de la soltura en liberar el yo genuino y demostrar los sentimientos de cariño entre el grupo. Es que existía en el ambiente un enorme orgullo grupal por ese lazo que nos une desde hace tiempo. En resumen, la pasamos bien y fue, creo, una de las mejores reuniones que hemos tenido hasta ahora. Es alentador reconocer que mientras más pasan los años, este vínculo que nos une crece y comprueba que la amistad es el ingrediente más importante en la receta de la vida.

"Mucha gente entra en y sale de su vida a lo largo de los años. Pero solo los verdaderos amigos dejan huellas en su corazón." Mañana como siempre los acostumbrados, 'Detras de cámaras'.

Paco Cárdenas Linares
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