domingo, 30 de marzo de 2014

 
EL CIEGO DE NACIMIENTO
Descubriendo a Jesús como "El Profeta"
Por el P. Richard Vélez Campos
 
 San Juan  9,  1 al 41 (lectura abreviada):

Al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento.  Escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego y le dijo: “Vete, lávate en la piscina de Siloé.” Él fue, se lavó y volvió ya viendo. Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: “¿No es éste el que se sentaba para mendigar?” Unos decían: “Es él”. “No, decían otros, sino que es uno que se le parece.” Pero él decía: “Soy yo.” Llevaron ante los fariseos al que antes era ciego. Era sábado en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos, También los fariseos le preguntaron como había adquirido la vista. Él contestó: “Me puso barro en los ojos, le lavé y veo.”Entonces le dicen otra vez al ciego: “¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?” El respondió: “Que es un profeta.” Ellos le respondieron: “Has nacido empecatado ¿y nos vas dar lecciones a nosotros?” Y lo expulsaron. Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: “¿Tú crees en el Hijo del hombre?” Él respondió: “¿Y quién es, Señor, para que crea en él?” Jesús le dijo: “Le has visto; el que está hablando contigo, ése es.” Él entonces dijo: “Creo, Señor.” Y se postró ante Él.

Reflexión

DESCUBRIR A CRISTO, COMO EL "PROFETA".

La semana pasada estábamos escuchando el relato de Jesús con la samaritana, una mujer que había sido maltratada por la vida, una mujer que se encuentra con Jesús y llega a creer en Jesús, llega a la fe en Jesús. Cuando Él le habla a esta mujer y le muestra la vida que está llevando, entonces ella dice: “Veo que eres Profeta”.

Y el ciego que fue curado, cuando los fariseos le preguntaban: “Bueno, ¿y tú qué dices de ese Señor que te curó?”, el ciego dijo que: “Es un Profeta, un enviado de Dios, esto viene de Dios”. Y al final el ciego, cuando ya puede ver a Jesús, —porque sobre todo para eso le sirvieron los ojos—, entonces le dijo: “Creo, Señor”, y se postró ante Él.

Es decir, que la semana pasada encontrábamos, cómo una mujer que era víctima del pecado, de su pecado y de los pecados de los demás, —porque era una mujer que llevaba una vida mala, una mujer que estaba oprimida por el pecado—, se encuentra con Jesús, descubre en Jesús un profeta y llega a creer en Él.

Y tanto creyó en Jesús ella, que se fue al pueblo donde todo el mundo sabía qué clase de mujer era, y les dijo a todos: “Oiga, hay un hombre que me dijo todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Mesías?”.

Esta mujer conduce a muchos de los habitantes de este pueblo hacia Jesús, y así llegaron ellos a creer también en Jesús. O sea que Jesús quitó de encima de esta mujer el peso del pecado, la condujo desde el pecado hacia la fe y la conversión.

Hoy vemos a Jesús quitando otro peso a otra persona. Este era un pobre hombre ciego de nacimiento, oprimido por una limitación física espantosa. Jesús quita de encima de este hombre toda esa enfermedad y lo conduce desde la enfermedad hacia la fe, hacia la plena fe en Aquel que Dios ha enviado, el Profeta que Dios ha enviado.

Por eso el objetivo de estas lecturas que estamos tomando este año, —esas lecturas, la de la vez pasada, la de la samaritana, la de hoy del ciego de nacimiento, la que vamos a escuchar la semana entrante, esa lectura tan impresionante de la resurrección de Lázaro—, forman un caminito. Y ese camino es para que nosotros nos maravillemos, nos admiremos de lo que significa encontrar la fe.

El que encuentra la fe, vence el pecado. El que encuentra la fe, vence la enfermedad. El que encuentra la fe, vence la muerte.

Aquella mujer estaba aburrida, fastidiada de tener que ir a sacar agua, ir siempre al pozo y sacar más agua, y el agua no le curaba la sed. Este hombre aburrido de pedir limosna, un poquito de dinero; pero ese dinero se acaba y hay que pedir más limosna, y ésa también se acaba. Y el caso de Lázaro sí parecía un caso totalmente perdido: “Se nos murió Lázaro”.
Pero fíjate: A quien tiene sed, le llega Cristo como agua de vida. A quien está ciego, le llega Cristo como luz verdadera. A quien está muerto, le llega Cristo como verdadera vida.

Estos domingos son para que nosotros encontremos en Cristo el agua que sacia nuestra sed, la luz que quita nuestra ceguera y la vida que vence nuestra muerte.

Es un buen momento para preguntarme: “¿Quién es Jesús para mí? ¿He descubierto a Jesús como agua que sacia mi sed? ¿Quién es Jesús para mí? ¿He descubierto a Jesús como luz que me quitó la ceguera y me mostró lo que yo no podía ver? ¿He descubierto a Jesús como vida que vence a mi muerte?”.

Vamos a pedirle al Señor, vamos a pedir que nos muestre nuestra ceguera. Esos fariseos tenían los ojos buenos, podían ver a Jesús pero no lo veían, no lo encontraban, no lo reconocían, no podían creer en Él. Por eso dice Jesús: “Si ustedes estuvieran ciegos, no tendrían pecado. Pero como dicen que ven, ahí es donde está el pecado”.

Luego, lo primero que tiene que hacer Jesús en nosotros, es mostrarnos nuestra ceguera. Tal vez hemos tenido a Jesús muy cerca y no lo vemos. ¡No lo vemos!

El ciego fue curado, y así curado le preguntó Jesús: “¿Tú crees en el Hijo del hombre?”, y dijo: “¿Quién es para que crea en Él?”. Jesús respondió: “Soy yo, soy yo”, la misma respuesta que le había dado a la samaritana. “Sabemos que cuando venga el Mesías”, —decía la samaritana—, “nos va a explicar todo”, y le dice Jesús: “Soy yo, soy yo”.

Jesús, muéstrate así a nuestras vidas. Ven a nosotros, Jesús, y dile a nuestro corazón lo que le dijiste a la samaritana, lo que le dijiste al ciego: “Soy yo”.

Que pueda encontrarme también contigo, Jesús, y que tú me puedas decir: “Soy yo”.

Que yo me encuentre así contigo, para hallar en ti el agua que calma mi sed, la luz que vence mi ceguera, la vida que triunfa sobre la muerte.
 

martes, 25 de marzo de 2014

 
EL EJERCICIO Y EL CÁNCER DE MAMA
Una rutina diaria reduciría el riesgo

Hacer más de una hora de actividad física cada día puede reducir el riesgo de las mujeres de cáncer de mama, sugiere una investigación reciente.

Aunque el tipo de tumor que una mujer tiene afecta qué tanto podría ayudar el ejercicio, una revisión nueva de 37 estudios halló que la actividad física regular es beneficiosa para las mujeres de todas las edades y tamaños.

"Son todos los estudios que observaron la relación entre el ejercicio físico y el riesgo de cáncer de mama que se han publicado a la fecha, así que estamos confiados en que los resultados de nuestro análisis son robustos", aseguró en un comunicado de prensa de la Organización Europea del Cáncer (European Cancer Organization) Mathieu Boniol, director de investigación del Instituto Internacional de Investigación en Prevención de Lyon, Francia.

Los investigadores analizaron los datos de más de 4 millones de mujeres. Cuando se les comparó con las mujeres que realizaban la cantidad más baja de actividad física, las que eran más activas redujeron su riesgo de cáncer de mama en un 12 por ciento, mostró la revisión.

La investigación, presentada el jueves en la Conferencia europea del cáncer de mama en Glasgow, Escocia, reveló que el ejercicio reducía el riesgo de cáncer de mama de una mujer independientemente de su edad o índice de masa corporal, que es una medida que se basa en el peso y en la estatura. Los investigadores concluyeron que los beneficios del ejercicio no se deben solo a la pérdida de peso ni simplemente a que sean activas desde una edad temprana.

"Estos hallazgos son importante para todas las mujeres, independientemente de su edad y peso", planteó en el comunicado de prensa la Dra. Hilary Dobson, presidenta del comité nacional de organización de la Conferencia europea del cáncer de mama. "Aunque el mecanismo del efecto potencialmente protector de la actividad física sigue sin estar claro, el análisis, que se presenta aquí, provee a las mujeres con un ímpetus real para aumentar su actividad física incluso en incrementos muy pequeños".

Ya se ha mostrado que la actividad física protege de otras formas de cáncer y de la enfermedad cardiaca, anotaron los autores.

"Añadir el cáncer de mama, incluso los tipos agresivos, a la lista de enfermedades que se pueden prevenir mediante la actividad física debe animar al desarrollo de ciudades que fomenten el deporte al facilitar que se transite en bicicleta y a pie, la creación de nuevos centros deportivos y la promoción del ejercicio a través de campañas educativas", planteó Boniol.

"Se trata de una estrategia de bajo costo y sencilla para reducir el riesgo de una enfermedad que actualmente tiene un costo muy alto, tanto para los sistemas de atención de salud como para las pacientes y sus familias. Es una buena noticia para los individuos y los legisladores", añadió Boniol.

Los autores de la revisión anotaron que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) contrarresta el efecto protector del ejercicio. Apuntaron que un creciente número de mujeres probablemente aún se beneficien de más actividad física dado que la concienciación pública de los efectos secundarios posibles de la TRH ha resultado en una reducción significativa en su uso.

Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

 
FUENTE: European Cancer Organization (ECCO)

domingo, 23 de marzo de 2014

 
JESÚS Y LA SAMARITANA
“Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo.” Jesús le dice: “Yo soy, el que te está hablando.”
Por el P. Clemente Sobrado

San Juan  4, 5 - 11, del 19 - 26 y del 30 - 42 (abreviado):

 
Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: “Dame de beber.” Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: “¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?” Jesús le respondió: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a Él, y Él te habría dado agua viva.” Le dice la mujer: “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?” Le dice la mujer: “Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.” Jesús le dice: “Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Pero llega la hora en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Le dice la mujer: “Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo.” Jesús le dice: “Yo soy, el que te está hablando.” Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en Él por las palabras de la mujer que atestiguaba: “Me ha dicho todo lo que he hecho.”

Reflexión

Hola amigos: En este Tercer Domingo tenemos un Evangelio tierno, delicado y que toca el fondo del alma. Además, es un Evangelio que revela muy bien el corazón del hombre y el corazón de Jesús en su delicadeza y ternura cuando quiere ganar nuestros corazones. De igual manera, resulta una novedad ver a Jesús en un largo, profundo y delicado diálogo con una mujer. Hasta los discípulos se extrañan.

Aparecen toda una serie de detalles en los que se comienza a sentir que Jesús está hablando con uno mismo. En primer lugar, qué delicado gesto de esperar a una mujer pecadora, dándole la sorpresa de un encuentro personal. Como siempre, Jesús no se presenta ni con autoritarismo ni devaluando a la mujer; al contrario, se pone en condición de inferioridad, que es la de ser Él quien la necesita, pidiéndole de beber.

Es la mujer la que se pone más tiesita y como más retadora. Es siempre la actitud de quien se quiere proteger, por eso se pone a la ofensiva.

Sin embargo, Jesús no se siente ni molesto, ni fastidiado, sino que deja aflorar toda la bondad y comprensión de su corazón para con los débiles. Jesús también entra de frente ni a acusarla ni tampoco a invitarla. Al contrario, se le va metiendo por las rendijillas del alma como quien la va desnudando por dentro haciendo que ella misma se vaya descubriendo y encontrándose con ella misma.

Yo diría que la va ganando utilizando la misma psicología femenina, despertando en ella la curiosidad. Sabe que a la mujer se necesita despertarle la intriga, la curiosidad, de tal modo que ahora es ella la que hace preguntas y hasta se cambian las actitudes. Primero, es Jesús el que pide de beber y ahora es la mujer la que pide del agua de Jesús. Al final, la mujer se rinde y se convierte en testigo de Jesús.

Este Evangelio es un texto que nos ayudará a valorar la mujer en la Iglesia. Como dice el Papa Francisco: “Todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”, espacios “en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales”.
 
Fuente: La Iglesia que camina

sábado, 22 de marzo de 2014


FRANCISCO: UN SIGNO QUE ALIENTA NUESTRA FE
La pelota está ahora en nuestra cancha

El 2013 ha tenido en nuestra Iglesia dos acontecimientos fundamentales: la renuncia del Papa Benedicto XVI y la elección como nuevo Papa de Francisco I; dos acontecimientos que son a la vez signos que alientan nuestra fe.

 
La renuncia de Benedicto fue una sorpresa, ya que la costumbre decía que el Papa no podía renunciar aún con mucha edad o enfermo. Y claro, en esa situación quienes realmente tenían el mando en el Vaticano eran otros. La renuncia dejó sin piso a un amplio sector de la curia tradicionalmente ligado al poder y al conservadurismo, y abrió el camino para que fuera elegida una persona diferente, el argentino Jorge Bergoglio, con un claro encargo de los cardenales que lo eligieron para que reformase la Iglesia acercándola más a lo que Jesucristo quiso de sus discípulos.

En los meses que Francisco tiene como Obispo de Roma, el ambiente eclesial ha sido totalmente distinto; sus palabras y gestos sintonizan con el sentir de una gran mayoría de los cristianos que por muchos años ha tenido que callar o,  asumir que nuestra voz estaba en conflicto con un sector de la jerarquía y aceptar las consecuencias. Hoy el discurso cercano al evangelio, (la Buena Noticia de Jesús), el sacudirse de dogmas y de costumbres históricas impuestas como si fueran parte de la fe, tiene un referente en las mismas palabras del Papa. Ya no nos pueden acusar como antes lo hacían de ser heterodoxos, pues el mismo Jefe de la Iglesia habla ese lenguaje.

Queda todavía mucho camino por recorrer para hacer que la estructura eclesial deje de considerarse equivocadamente el centro, y se convierta en lo que siempre ha debido ser: un instrumento al servicio del verdadero centro de nuestra fe, que es la persona de Jesús y su mensaje de amor y justicia. Con la presencia de Francisco sentimos que ese camino si bien largo y duro será posible; pero para ello se requiere del protagonismo de los fieles normales como nosotros, de laicos y religiosos, de comunidades eclesiales locales.

Hacer visible al mundo el amor de Jesús no lo puede hacer una sola persona, por más bien intencionada o más alto cargo tenga; es tarea de todos los que nos confesamos cristianos. Una tarea que si la hacemos correctamente nos llenará de una alegría profunda. La pelota está ahora en nuestra cancha, honremos nuestra responsabilidad.

domingo, 16 de marzo de 2014


LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS
“Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo”.
Por el P. José Antonio Pagola

San Mateo 17,  1 - 9:

Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con Él.

Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: “Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.” Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo.

Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: “Levantaos, no tengáis miedo.” Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.”

Reflexión

ESCUCHAR A JESÚS
El centro de ese relato complejo, llamado tradicionalmente “La transfiguración de Jesús”, lo ocupa una Voz que viene de una extraña “nube luminosa”, símbolo que se emplea en la Biblia para hablar de la presencia siempre misteriosa de Dios que se nos manifiesta y, al mismo tiempo, se nos oculta.

La Voz dice estas palabras: “Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo”. Los discípulos no han de confundir a Jesús con nadie, ni siquiera con Moisés y Elías, representantes y testigos del Antiguo Testamento. Solo Jesús es el Hijo querido de Dios, el que tiene su rostro “resplandeciente como el sol”. Pero la Voz añade algo más: “Escuchadlo”.

En otros tiempos, Dios había revelado su voluntad por medio de los “diez mandatos” de la Ley. Ahora la voluntad de Dios se resume y concreta en un solo mandato: escuchad a Jesús. La escucha establece la verdadera relación entre los seguidores y Jesús.

Al oír esto, los discípulos caen por los suelos “llenos de espanto”. Están sobrecogidos por aquella experiencia tan cercana de Dios, pero también asustados por lo que han oído: ¿podrán vivir escuchando solo a Jesús, reconociendo solo en él la presencia misteriosa de Dios?

Entonces, Jesús “se acerca y, tocándolos, les dice: Levantaos. No tengáis miedo ”Sabe que necesitan experimentar su cercanía humana: el contacto de su mano, no solo el resplandor divino de su rostro. Siempre que escuchamos a Jesús en el silencio de nuestro ser, sus primeras palabras nos dicen: Levántate, no tengas miedo.

Muchas personas solo conocen a Jesús de oídas. Su nombre les resulta, tal vez, familiar, pero lo que saben de él no va más allá de algunos recuerdos e impresiones de la infancia. Incluso, aunque se llamen cristianos, viven sin escuchar en su interior a Jesús. Y, sin esa experiencia, no es posible conocer su paz inconfundible ni su fuerza para alentar y sostener nuestra vida.

Cuando un creyente se detiene a escuchar en silencio a Jesús, en el interior de su conciencia, escucha siempre algo como esto: “No tengas miedo. Abandónate con toda sencillez en el misterio de Dios. Tu poca fe basta. No te inquietes. Si me escuchas, descubrirás que el amor de Dios consiste en estar siempre perdonándote. Y, si crees esto, tu vida cambiará. Conocerás la paz del corazón”.

En el libro del Apocalipsis se puede leer así: “Mira, estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa”. Jesús llama a la puerta de cristianos y no cristianos. Le podemos abrir la puerta o lo podemos rechazar. Pero no es lo mismo vivir con Jesús que sin él.

MIEDO A JESÚS
La escena conocida como "la transfiguración de Jesús" concluye de una manera inesperada. Una voz venida de lo alto sobrecoge a los discípulos: «Este es mi Hijo amado»: el que tiene el rostro transfigurado. «Escuchadle a él». No a Moisés, el legislador. No a Elías, el profeta. Escuchad a Jesús. Sólo a él.

«Al oír esto, los discípulos caen de bruces, llenos de espanto». Les aterra la presencia cercana del misterio de Dios, pero también el miedo a vivir en adelante escuchando sólo a Jesús. La escena es insólita: los discípulos preferidos de Jesús caídos por tierra, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante la voz de Dios.

La actuación de Jesús es conmovedora: «Se acerca» para que sientan su presencia amistosa. «Los toca» para infundirles fuerza y confianza. Y les dice unas palabras inolvidables: «Levantaos. No temáis». Poneos de pie y seguidme. No tengáis miedo a vivir escuchándome a mí.

Es difícil ya ocultarlo. En la Iglesia tenemos miedo a escuchar a Jesús. Un miedo soterrado que nos está paralizando hasta impedirnos vivir hoy con paz, confianza y audacia tras los pasos de Jesús, nuestro único Señor.

Tenemos miedo a la innovación, pero no al inmovilismo que nos está alejando cada vez más de los hombres y mujeres de hoy. Se diría que lo único que hemos de hacer en estos tiempos de profundos cambios es conservar y repetir el pasado. ¿Qué hay detrás de este miedo? ¿Fidelidad a Jesús o miedo a poner en "odres nuevos" el "vino nuevo" del Evangelio?

Tenemos miedo a unas celebraciones más vivas, creativas y expresivas de la fe de los creyentes de hoy, pero nos preocupa menos el aburrimiento generalizado de tantos cristianos buenos que no pueden sintonizar ni vibrar con lo que allí se está celebrando. ¿Somos más fieles a Jesús urgiendo minuciosamente las normas litúrgicas, o nos da miedo "hacer memoria" de él celebrando nuestra fe con más verdad y creatividad?

Tenemos miedo a la libertad de los creyentes. Nos inquieta que el pueblo de Dios recupere la palabra y diga en voz alta sus aspiraciones, o que los laicos asuman su responsabilidad escuchando la voz de su conciencia. En algunos crece el recelo ante religiosos y religiosas que buscan ser fieles al carisma profético que han recibido de Dios. ¿Tenemos miedo a escuchar lo que el Espíritu puede estar diciendo a nuestras iglesias? ¿No tememos apagar el Espíritu en el pueblo de Dios?

En medio de su Iglesia Jesús sigue vivo, pero necesitamos sentir con más fe su presencia y escuchar con menos miedo sus palabras: «Levantaos. No tengáis miedo».

miércoles, 12 de marzo de 2014

 
LOS TOP 5 ALIMENTOS PARA ACELERAR EL METABOLISMO
Quieres acelerar tu metabolismo?

No existe ninguna formula mágica que nos ayude a perder peso sin esfuerzo o dedicación pero sí hay muchísimas ayuditas que podemos aprovechar para llegar a nuestra meta mucho mas rápido. Como siempre lo he dicho el cuerpo es un carro que funciona mejor o peor dependiendo de la "gasolina" que le demos.

Cada cosa que comemos tiene un efecto sobre nuestro peso y sobre el funcionamiento general de nuestro organismo. Al igual que hay alimentos que te dan energía, que te ayudan a desintoxicar tu cuerpo o a dormir mejor también hay alimentos que te ayudan a acelerar tu metabolismo para que así quemes mas calorías y pierdas una mayor cantidad de peso. El metabolismo de cada uno de nosotros es único y trabaja a velocidades diferentes. Aquí están los 5 alimentos que te más ayudan a acelerar tu metabolismo. OJO, recuerda que debes consumirlos como parte de un plan de dieta balanceado y nunca exceder su consumo.
 
1. Alcachofas:
Las alcachofas tienen muchísimas vitaminas y minerales incluyendo uno llamado inulina. Se ha demostrado que este tipo de carbohidrato disminuye la cantidad de grelina que se produce en tu cuerpo. Esta hormona es conocida como la hormona del hambre, que es la que provoca los deseos de comer. Al producir menos grelina reduces la cantidad de hambre que sientes y tu cuerpo enfoca su energía en quemar calorías.
 
2. Pimienta de cayena:
La pimienta de cayena, al igual que muchas otras pimientas hacen que la temperatura de tu cuerpo suba muchísimo cuando las comes, para poder regular su temperatura el cuerpo tiene que hacer un gasto de energía muy importante y esto te hace quemar calorías. Es importante no abusar de esto porque tu cuerpo se acostumbra rápidamente y cada vez necesitas de mas picante para lograr subir tu temperatura. Es un tipo de ají o chile.

3. Canela:
De acuerdo con varios estudios consumir sólo media cucharadita diaria de canela ayuda al cuerpo a metabolizar el azúcar que consumes hasta 20 veces más rápido. De esta manera estás reduciendo la cantidad de azúcar que tu cuerpo tiene disponible para guardar como reserva.

4. Jengibre o kión:
El jengibre ayuda a aumentar la velocidad de tu metabolismo hasta en un 5% y además de eso aumenta la sensación de saciedad. En tu cuerpo así que te ayuda a que comas menos y a quemar lo que ya comiste más rápido.

5. Té:
Además de los antioxidantes, que nos hacen quemar grasas, la cafeína estimula el proceso mediante el cual quemamos grasa para producir energía llamado termogénesis. Por eso es que se recomienda tanto el té verde en cualquier tipo de dieta.

Además de estos alimentos es importante que siempre consumas proteínas en tus comidas, esto también te va a ayudar a mantener tu metabolismo en excelentes condiciones. Consumir estos alimentos no puede interferir con tu plan de dieta actual y no debes consumirlos en todas tus comidas. Asegúrate de encontrar los momentos apropiados para comerlos y no descuidar tu dieta ni tu rutina de movimiento. Además de eso puedes buscar un quemador de grasa natural, sin ningún estimulante fuerte, que te ayude a maximizar los resultados y optimice el funcionamiento de tu metabolismo.
 
Fuente: Natura Salud

domingo, 2 de marzo de 2014

 
DIOS Y LA RIQUEZAS TERRENALES
“Nadie puede servir a dos señores"
Por  el P. José Antonio Pagola
 
San Mateo  6, 24 - 34:

“Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.”

Reflexión

NO A LA IDOLATRÍA DEL DINERO
 
 
El dinero, convertido en ídolo absoluto, es para Jesús el mayor enemigo de ese mundo más digno, justo y solidario que quiere Dios. Hace ya veinte siglos que el Profeta de Galilea denunció de manera rotunda que el culto al Dinero será siempre el mayor obstáculo que encontrará la Humanidad para progresar hacia una convivencia más humana.

La lógica de Jesús es aplastante: “No podéis servir a Dios y al Dinero”. Dios no puede reinar en el mundo y ser Padre de todos, sin reclamar justicia para los que son excluidos de una vida digna. Por eso, no pueden trabajar por ese mundo más
humano querido por Dios los que, dominados por el ansia de acumular riqueza, promueven una economía que excluye a los más débiles y los abandona en el hambre y la miseria.

Es sorprendente lo que está sucediendo con el Papa Francisco. Mientras los medios de comunicación y las redes sociales que circulan por internet nos informan, con toda clase de detalles, de los gestos más pequeños de su personalidad admirable, se oculta de modo vergonzoso su grito más urgente a toda la Humanidad: “No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata”.

Sin embargo, Francisco no necesita largas argumentaciones ni profundos análisis para exponer su pensamiento. Sabe resumir su indignación en palabras claras y expresivas que podrían abrir el informativo de cualquier telediario, o ser titular de la prensa en cualquier país. Solo algunos ejemplos.

“No puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en situación de la calle y que sí lo sea la caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es iniquidad”.

Vivimos “en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. Como consecuencia, “mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz”.

“La cultura del bienestar nos anestesia, y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esa vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un espectáculo que de ninguna manera nos altera”.

Como ha dicho él mismo: “este mensaje no es marxismo sino Evangelio puro”. Un mensaje que tiene que tener eco permanente en nuestras comunidades cristianas. Lo contrario podría ser signo de lo que dice el Papa: “Nos estamos volviendo incapaces de compadecernos de los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás”.

UNA «NUEVA RELIGIÓN»
El consumismo penetra en nosotros de forma sutil. Nadie elige esta manera de vivir después de un proceso de reflexión. Nos vamos sumergiendo en ella, víctimas de una seducción casi inconsciente. El ingenio de la publicidad y el atractivo de las modas van captando suavemente nuestra voluntad. Al final nos parece imposible vivir de otra manera.

No hay que pensar mucho para saber cómo actuar. El proyecto de vida para la mayoría es muy sencillo: trabajar para ganar el dinero que necesitamos para poder disfrutar de unos períodos de tiempo (fin de semana, vacaciones) en los que se gasta el dinero anteriormente ganado y se recuperan las fuerzas para volver al trabajo.

El consumismo se ha convertido en la «nueva religión» del hombre moderno. La meta absoluta consiste en poseer y disfrutar (doctrina dogmática). Para ello es necesario trabajar y ganar dinero (ética y méritos). Los practicantes acuden fielmente a su compra semanal (precepto de fin de semana). Se viven con devoción intensa las grandes fiestas (Navidad, Reyes, vacaciones, bodas, día del padre, de la madre...).

No es fácil liberarse de la esclavitud del consumismo. Como decía Erich Fromm, «el hombre puede ser un esclavo sin cadenas». El consumismo no ha hecho sino desplazar las cadenas del exterior al interior. Por dentro estamos encadenados a un sinfín de caprichos y falsas ilusiones. Estas cadenas interiores son más fuertes que las que se ven por fuera. ¿Cómo liberarnos de esa esclavitud si vivimos creyendo ser libres?

Nuestra vida es insensata. La obesidad y la anorexia que se dan en no pocas personas son una imagen gráfica del aletargamiento y la pérdida de vitalidad de muchos espíritus. Tenemos de todo y carecemos de paz y alegría interior. Queremos vivir triunfando, pero somos cómplices de la miseria y del hambre de muchos.

Inmersos en la sociedad del bienestar, nos preocupamos de seleccionar el restaurante donde iremos a comer, la calidad del vino que vamos a tomar o la marca de nuestro atuendo. Jesús tenía su manera de ver las cosas. Es importante pensar en «lo que vais a comer», «lo que vais a beber» o «con qué os vais a vestir». Pero no viváis obsesionados por todo eso: «Sobre todo, buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura».

P. José Antonio Pagola
Fuente: Odres nuevos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL PERÚ