jueves, 31 de diciembre de 2015


UN NUEVO ERROR EN LA GESTIÓN CURRICULAR DEL MINISTERIO
EN LA DIRECTIVA PARA EL AÑO ESCOLAR 2016
Por Juan Borea Odría


En medio de algunos aciertos, la gestión curricular del actual gobierno ha sido muy mala; tras tres
intentos de Marco Curricular sumamente cuestionados, el Ministro Saavedra decidió a fines de 2014
iniciar un nuevo proceso que recogiese los aportes de la sociedad civil, específicamente los aportes
del evento organizado en octubre de 2014 por el CNE, que fueron muy críticos con lo presentado.
Fruto de ello, la Directiva para el Año Escolar 2015 no tocó el tema curricular, y únicamente dijo lo
siguiente: “Durante el 2014 el Ministerio de Educación impulsó un proceso de revisión y consulta de
la propuesta del nuevo marco curricular nacional con expertos nacionales e internacionales y
diversos actores de la comunidad educativa. Para el 2015 se desarrollará la validación de dicha
propuesta en un grupo de instituciones educativas, cuyos resultados permitirán realizar los ajustes
que sean necesarios para orientar la planificación, la ejecución, la evaluación y sobre todo, el logro
efectivo de aprendizajes en los estudiantes”.

Esto dio cierta tranquilidad a la comunidad educativa, que estaba muy confundida con la profusión
de documentos inconexos (Aprendizajes fundamentales, diversas versiones del Marco Curricular,
Mapas de Progreso, Rutas de Aprendizaje, incluso “autopistas de aprendizaje” ideadas por algunas
UGEL); se esperaba un nuevo proceso de elaboración y la necesaria consulta. Sin embargo y de
manera inesperada el 25 de marzo de 2015, cuando se había iniciado el año escolar y las
programaciones estaban hechas, se publica la R.M. 199-2015-ED que modifica el Diseño Curricular
Nacional vigente.

Son curiosos, por decir lo menos, los considerandos de esta R.M. Pues recurre a una parte del Art.
27° del Reglamento de la Ley General de Educación, pero no a la que está en el siguiente párrafo
del mismo artículo, que dice textualmente “la construcción de este currículo es fruto de un proceso
de consulta amplia con la comunidad educativa, las organizaciones sociales y comunales, otros
agentes del Estado y la sociedad civil”. Claro, ese olvido interesado se debía que no se había dado
dicha consulta.

Tampoco la R.M. 199 cita en sus considerandos otro párrafo del mismo Art. 27°, el que
textualmente dice “La aprobación o modificación se realiza sobre la base de un proceso de consulta
y con opinión del Consejo Nacional de Educación”. ¿Fue consultado el CNE de Educación para esta
modificación? La R.M. dice que “el informe de la propuesta de modificatoria se formuló
considerando diversos estudios; así como las consultas y recomendaciones del Consejo Nacional de
Educación”. Y con toda seguridad no fue consultado, pues los Consejeros se enteraron de la
Resolución Ministerial cuando fue publicada. Los únicos aportes del CNE fueron los producidos en
el evento organizado por ellos antes citado, que cuestionó el proyecto presentado; y no hubo ninguna
consulta para la modificación del DCN como estipula la norma.

Debemos decir con claridad que esta modificación no es algo pequeño, un reajuste menor. Afecta las
áreas curriculares de Comunicación, Ciencia y Ambiente, Ciencia Tecnología y Ambiente,
Matemática, Personal Social, Persona, Familia y Relaciones Humanas, Historia, Geografía y
Economía y Formación Ciudadana y Cívica. Es decir, deja fuera de la modificación solamente a las
áreas curriculares de Educación Religiosa, Arte, inglés y Educación Física, áreas que
tradicionalmente no han sido consideradas básicas.

Y no son solo “algunas competencias y capacidades”, es un texto extenso; sin entrar a un análisis
detallado que implicaría un tiempo y un espacio que exceden a los límites de un artículo, me referiré
solamente a su extensión. Se criticaba al DCN que era muy extenso; pero si comparamos solo la
superficie, vemos que las páginas del DCN dedicadas a las competencias y capacidades en sí, a partir
del II ciclo, que es desde donde se hacen las modificaciones, no pasan de 200; y en un formato de
letra grande, con gráficos y fotos. La R.M. 199 tiene en este rubro 132 páginas de letra menuda, que
si la ampliáramos y diagramásemos con el estilo del DCN fácilmente pasarían las 200 páginas…sólo
las modificaciones.

Otro tema discutible es que la lógica de estas modificaciones no se condicen con la lógica del DCN,
tienen el enfoque de lo que iba a ser el marco curricular. Y un currículo tiene que ser algo holístico,
integral, no una “colcha de retazos” tomados de documentos con lógicas distintas (disculpen el
ejemplo pero creo que es ilustrativo).

Por otro lado, la R.M. 199 incluye indicadores, que no existen en el DCN. ¿Tiene el Ministerio que
poner indicadores, que son algo muy específico? ¿Se pueden poner indicadores desde una oficina de
Lima para todo el país? ¿No debería ser esa una tarea de los maestros, de los Proyectos Curriculares
Institucionales? Hay que señalar con claridad que un currículo frondoso y detallista incumple con el
Art. 16º de la Constitución, que a la letra dice: “El Estado coordina la política educativa, formula los
lineamientos generales de los planes de estudio, así como los requisitos mínimos de la organización
de los centros educativos. Supervisa su cumplimiento y la calidad de la educación”. Si los
funcionarios del Ministerio desconfían de la capacidad de los profesores para poner indicadores,
podría sugerirlos como un anexo del nuevo currículo, pero de ninguna manera pueden imponerlos.
Nadie entendía la razón de este documento, ni su urgencia para publicarse a fines de marzo. ¿Por qué
no esperar a tener listo el nuevo currículo? ¿Eran tan trascendentales las modificaciones que su
ausencia hubiese significado una pérdida catastrófica en la educación de los estudiantes? Para tratar
de entenderlo organicé una reunión de directores de colegios a la que gentilmente asistió la Directora
de EBR a explicarnos, pero todos salimos con la misma confusión y repitiéndonos las mismas
preguntas, a las que todavía no encontramos respuesta.

Algunos preguntarán por qué recién alzamos la voz de protesta ante esta modificación curricular
inconsulta. La razón es sencilla: muchos de los que ordinariamente opinamos no hicimos mayores
comentarios porque sabíamos que esta R.M. no iba a ser aplicada el 2015 por extemporánea y por
falta de legitimidad, y que dándose cuenta de ello las autoridades del Ministerio discretamente iban a
derogarla o dejarla en el olvido, como ha sucedido en otras ocasiones en que se corrige algo sin hacer
mucho aspaviento. Puedo suponer que esta fue una de las razones por las cuales el Consejo Nacional
de Educación tampoco reclamó ante el hecho no haber sido consultados.

En mi caso este razonamiento fue avalado por preguntas que hice a cientos de profesores en diversos
encuentros durante el año 2015; al inicio de mi intervención preguntaba si alguien conocía esta
resolución modificatoria. Nunca encontré que más del 5% la conociese; entre quienes la desconocían
estaban dos Directores de UGEL, de quienes por razones obvias no puedo dar su nombre; mi segunda
pregunta era solamente a los profesores que la conocían si la aplicaban, y allí la respuesta fue el 0%.
Pero no ha sucedido así; con sorpresa encuentro en la Directiva para el Año Escolar 2016 aprobada
por la R.M. 0572-2015-ED, que el inciso 5.2.1 Mejora de la calidad de los aprendizajes, dice que

“Para el año 2016 se implementará la R.M. N° 199-2015-MINEDU que modifica parcialmente el
DCN vigente en cuanto a las competencias y capacidades de algunas áreas curriculares”.
Es por ello que corresponde elevar nuestra voz para pedir que esta R.M. sea derogada, entre otras por
las siguientes razones:

a) La modificación del DCN establecida por la R.M. 199-2015 no tiene ninguna legitimidad, pues
incumple la consulta a la sociedad civil y al Consejo Nacional de Educación a la que obligan el
Art. 34° de la Ley General de Educación y el Art. 27° de su Reglamento.
b) El Ministerio prácticamente ha culminado la elaboración de una nueva propuesta curricular, la
que esperamos, será consultado adecuadamente para ser implementada el 2017 luego de recibir
los aportes de la comunidad educativa. ¿Para qué implementar esta R.M. ahora y no esperar al
nuevo currículo?
c) Lograr que los funcionarios, docentes, padres y estudiantes incorporen en sus imaginarios un
nuevo currículo requiere un proceso de largo aliento, que dura años. Incorporar ahora estos
añadidos que plantea la R.M. 199, añadidos que no tienen la misma lógica del DCN, será un
factor en contra cuando el Ministerio intente implementar el nuevo currículo. ¿Por qué aumentar
el escepticismo que tenemos legítimamente los maestros ante tantos proyectos inconsultos y
fallidos?
d) Estamos en una gestión de salida, a la que le faltan apenas siete meses… ¿por qué no dejar que
sea la próxima gestión la que, con el aval de las urnas, asuma esta tarea? Recogiendo por supuesto
los estudios realizados.

Hago un llamado a las autoridades del Ministerio para que, atendiendo a estos razonamientos, dejen
sin efecto esa modificación curricular; denle fuerza a la propuesta que están presentando, no generen
resistencias que recaerán en la presentación del nuevo currículo.

Invoco al Consejo Nacional de Educación para que hagan respetar sus fueros; y a la comunidad
educativa a que eleve también su opinión. El currículo es uno de los factores claves de la calidad
educativa, tal como lo señala el Art. 13° de la Ley General de Educación; esto lo entendemos sobre
todo los maestros. Pidamos que se nos escuche.

domingo, 20 de diciembre de 2015


CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
LOS RASGOS DE MARÍA
Por el P. José Antonio Pagola


Lucas 1, 39-45

"En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito.
- ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."

Reflexión

La visita de María a Isabel le permite al evangelista Lucas poner en contacto al Bautista y a Jesús antes incluso de haber nacido. La escena está cargada de una atmósfera muy especial. Las dos van a ser madres. Las dos han sido llamadas a colaborar en el plan de Dios. No hay varones. Zacarías ha quedado mudo. José está sorprendentemente ausente. Las dos mujeres ocupan toda la escena.

María que ha llegado aprisa desde Nazaret se convierte en la figura central. Todo gira en torno a ella y a su Hijo. Su imagen brilla con unos rasgos más genuinos que muchos otros que le han sido añadidos posteriormente a partir de advocaciones y títulos más alejados del clima de los evangelios.

María, «la madre de mi Señor». Así lo proclama Isabel a gritos y llena del Espíritu Santo. Es cierto: para los seguidores de Jesús, María es, antes que nada, la Madre de nuestro Señor. Éste es el punto de partida de toda su grandeza. Los primeros cristianos nunca separan a María de Jesús. Son inseparables. «Bendecida por Dios entre todas las mujeres», ella nos ofrece a Jesús, «fruto bendito de su vientre».

María, la creyente. Isabel la declara dichosa porque «ha creído». María es grande no simplemente por su maternidad biológica, sino por haber acogido con fe la llamada de Dios a ser Madre del Salvador. Ha sabido escuchar a Dios; ha guardado su Palabra dentro de su corazón; la ha meditado; la ha puesto en práctica cumpliendo fielmente su vocación. María es Madre creyente.

María, la evangelizadora. María ofrece a todos la salvación de Dios que ha acogido en su propio Hijo. Ésa es su gran misión y su servicio. Según el relato, María evangeliza no sólo con sus gestos y palabras, sino porque allá a donde va lleva consigo la persona de Jesús y su Espíritu. Esto es lo esencial del acto evangelizador.

María, portadora de alegría. El saludo de María contagia la alegría que brota de su Hijo Jesús. Ella ha sido la primera en escuchar la invitación de Dios: «Alégrate...el Señor está contigo». Ahora, desde una actitud de servicio y de ayuda a quienes la necesitan, María irradia la Buena Noticia de Jesús, el Cristo, al que siempre lleva consigo. Ella es para la Iglesia el mejor modelo de una evangelización gozosa.

Quien cree en la encarnación de Dios, que ha querido compartir nuestra vida y acompañarnos en nuestra indigencia, se siente llamado a vivir de otra manera.

No se trata de hacer «cosas grandes». Quizá, sencillamente, ofrecer nuestra amistad a ese vecino hundido en la soledad, estar cerca de ese joven que sufre depresión, tener paciencia con ese anciano que busca ser escuchado por alguien, estar junto a esos padres que tienen a su hijo en la cárcel, alegrar el rostro de ese niño triste marcado por la separación de sus padres...

Este amor que nos lleva a compartir las cargas y el peso que tiene que soportar el hermano es un amor «salvador», porque libera de la soledad e introduce una esperanza nueva en quien sufre, pues se siente acompañado en su aflicción."

domingo, 13 de diciembre de 2015


TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
REPARTIR CON EL QUE NO TIENE
Llevar a los demás el legado de Cristo
Por el P. José Antonio Pagola


Lucas 3,10-18

En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “ qué debemos hacer?” El contestó: “Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”. También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?” El les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?” El les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”. Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva.

Reflexión

La palabra del Bautista desde el desierto tocó el corazón de las gentes. Su llamada a la conversión y al inicio de una vida más fiel a Dios despertó en muchos de ellos una pregunta concreta: ¿Qué debemos hacer? Es la pregunta que brota siempre en nosotros cuando escuchamos una llamada radical y no sabemos cómo concretar nuestra respuesta.

El Bautista no les propone ritos religiosos ni tampoco normas ni preceptos. No se trata propiamente de hacer cosas ni de asumir deberes, sino de ser de otra manera, vivir de forma más humana, desplegar algo que está ya en nuestro corazón: el deseo de una vida más justa, digna y fraterna.

Lo más decisivo y realista es abrir nuestro corazón a Dios mirando atentamente a las necesidades de los que sufren. El Bautista sabe resumirles su respuesta con una fórmula genial por su simplicidad y verdad: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo». Así de simple y claro.

¿Qué podemos decir ante estas palabras quienes vivimos en un mundo donde más de un tercio de la humanidad vive en la miseria luchando cada día por sobrevivir, mientras nosotros seguimos llenando nuestros armarios con toda clase de túnicas y tenemos nuestros frigoríficos repletos de comida?

Y ¿qué podemos decir los cristianos ante esta llamada tan sencilla y tan humana? ¿No hemos de empezar a abrir los ojos de nuestro corazón para tomar conciencia más viva de esa insensibilidad y esclavitud que nos mantiene sometidos a un bienestar que nos impide ser más humanos?

Mientras nosotros seguimos preocupados, y con razón, de muchos aspectos del momento actual del cristianismo, no nos damos cuenta de que vivimos «cautivos de una religión burguesa». El cristianismo, tal como nosotros lo vivimos, no parece tener fuerza para transformar la sociedad del bienestar. Al contrario, es esta la que está desvirtuando lo mejor de la religión de Jesús, vaciando nuestro seguimiento a Cristo de valores tan genuinos como la solidaridad, la defensa de los pobres, la compasión y la justicia.

Por eso, hemos valorar y agradecer mucho más el esfuerzo de tantas personas que se rebelan contra este «cautiverio», comprometiéndose en gestos concretos de solidaridad y cultivando un estilo de vida más sencillo, austero y humano."

jueves, 10 de diciembre de 2015


EDUCAR EN CIUDADANÍA: TAREA DE TODA LA SOCIEDAD
Por Juan Borea Odría

Muchas veces hemos escuchado a periodistas y líderes de opinión exigir a la escuela que eduque en valores cívicos a los estudiantes. Efectivamente, esta es una tarea que tiene la escuela dese la misma Ley General de Educación.


Pero es necesario recordar que formar en ciudadanía no es solo elegir autoridades estudiantiles. Las elecciones son parte de la formación cívica, pero solo parte, hay mucho más por hacer; incluso cuando se hacen elecciones formales pero no se les da a los estudiantes ningún protagonismo real, las elecciones deforman el sentimiento cívico de los estudiantes haciéndoles sentir que la democracia es una farsa.

Esta formación pasa, entre otras cosas, por desarrollar la autoestima de cada persona, el respeto por la colectividad, el reconocer derechos y asumir deberes, el sentimiento de pertenencia al grupo, el relacionarse adecuadamente con profesores y compañeros, el formarse para dirigir actividades, el desarrollar un espíritu a la vez propositivo y crítico, el conocer los acontecimientos de la colectividad local, nacional y mundial, el hacer presencia ciudadana.

Pero así la escuela debe esforzarse en hacer su parte, es necesario también que demandemos a la sociedad que cumpla con la suya. Requerimos referentes sociales que le digan con los hechos a los niños, niñas y adolescentes que es posible vivir como ciudadanos. Y lamentablemente esos hechos son los que faltan; lo que ellos pueden ver a través de los medios de comunicación social, o en la vida cotidiana, no suelen ser formativos, más bien los impulsan al escepticismo y la anomia.

No vamos a cejar en nuestra lucha por hacer de nuestros estudiantes buenos ciudadanos; pero tampoco debemos callar en nuestra exigencia para que los actores políticos y sociales cumplan con su rol. Las familias tienen también aquí responsabilidad: el ambiente que vivan los chicos en sus casas será clave en la actitud cívica que tendrán después. Invocamos a las familias a cumplir con su rol.
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