EL BAUTISMO DE JESÚS
“Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.”
Por el P. Clemente Sobrado
San Mateo 3, 13 - 17
Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de disuadirlo diciendo: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” Jesús le respondió: “Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia.” Entonces le dejó. Apenas se bautizó Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre Él. Y una voz que salía de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.”
Reflexión
Queridos amigos: Celebramos hoy el Bautismo de Jesús. No, no tenemos ninguna foto ni tampoco ningún video como se suele usar hoy. Además, Jesús no se bautizó de bebito, sino cuando ya tenía unos treinta años.
¿Nos dice algo a nosotros hoy el Bautismo de Jesús? Lo cierto es que el Bautismo de Jesús no fue como esos bautismos de hoy que, con frecuencia, sólo nos queda el recuerdo en las fotos y en el registro parroquial para cuando tenemos que pedir una partida para casarnos. La gran verdad del Bautismo de Jesús es otra. Yo quisiera destacar dos rasgos que me parecen fundamentales también para nosotros hoy.
El primer rasgo es que Jesús no se siente incómodo mezclándose con todos los pecadores que hacen turno para que Juan los bautice, no tiene reparo alguno de que le tengan por un pecador más en la fila de los pecadores. Esto marca, de alguna manera, su estilo de vida. A Jesús le podrán acusar de todo, pero no dirán que Jesús es de los que anda siempre con los buenos. Toda su vida pública estará marcada por se cercanía con los malos, los pecadores, por su amor hacia ellos y por su acogida a todos ellos.
El segundo rasgo es que Jesús queda marcado y su corazón como tatuado por una profunda experiencia de ser el amado, el querido, el preferido del Padre. Quedó marcado por sentirse amado y de ahí que toda su vida será también una experiencia de amor primero para con el Padre y luego para con todos los hombres.
Esta doble experiencia será como la espina dorsal de su personalidad y la dará consistencia a su propia identidad. La sicología moderna insiste mucho en esta primera experiencia del amor como base para la estructuración de nuestra personalidad. ¿Nos sentimos nosotros los amados de Dios? Quisiera recordar aquí lo que dice el Papa Francisco: “Si vais al Baptisterio de San Juan de Letrán, en la catedral del Papa, en el interior hay una inscripción latina que dice más o menos así: «Aquí nace un pueblo de estirpe divina, generado por el Espíritu Santo que fecunda aguas; la Madre Iglesia da a luz a sus hijos en estas olas.»”
Esto nos hace comprender una cosa importante, nuestro formar parte de la Iglesia no es un hecho exterior y formal, no es rellenar un papel que nos dan, sino que es un acto interior y vita. La fecha del Bau tismo es la fecha de nuestro naci miento a la Iglesia, la fecha en la cual nuestra mamá Iglesia nos dio a luz.
Ahora os dejo una tarea para hacer en casa. Cuando hoy volváis a casa, id a buscar bien cuál es la fe cha de vuestro Bautismo y esto para festejado, para dar gracias al Señor por este don. ¿Lo haréis?
Fuente: La Iglesia que camina
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