CRÍMENES EN ALTA MAR (PRIMERA PARTE)David Browne * denuncia las atrocidades de las que son víctimas los pescadores birmanos
Realmente es como para no creerlo. En las próximas entregas, graficaré como en pleno siglo XXI se maltrata y se somete al género humano a tal extremo en donde la vida está en juego. En la isla de Tual, en Indonesia, existen alrededor de 1,200 pescadores birmanos sin documentación. Gracias a esta irregularidad, muchos de ellos se han visto obligados a escapar de una violencia extrema.
"Desde el cielo, la isla de Tual, situada en el extremo oriental de Indonedia, es la viva imagen del paraíso, bordeada de cocoteros y playas de arena nacarada, bajo un horizonte azulado y mecida por las tranquilas aguas del Mar de Banda. Pero para cientos pescadores birmanos, que se encuentran atrapados allí, Tual se ha convertido en un auténtico infierno.
Entre 700 y 1200 marineros birmanos fugitivos e indocumentados han recalado en Tual y en sus islas cercanas, situadas a casi 3000 kilómetros al Este de Yakarta, la capital indonesia. Los pescadores han escapado para no ser asesinados en alta mar y de unas brutales condiciones de trabajo, y buscando una relativa seguridad en Indonesia; pero viven bajo el temor constante de ser arrestados y deportados de nuevo a Tailandia o país dictatorial.
Muchos de los abandonados marineros, como Soe Min y su amigo Saing Gina, tienen muchos problemas a bordo. (...) Los conocimos a ellos y a un grupo de ocho pescadores birmanos. Soe tiene 33 años, de mediana estatur y complexión fuerte. Llegó huyendo de su país en guerra. (...) Una vez hecho a la mar, trabajando ilegalmente a bordo con documentación falsa y con vagas promesas de salario. Soe huyó de la violencia para entrar en lo mismo.
Jamás olvidará el asesinato de su amigo. Cuenta que desde que zarpó de Tailandia, su amigo se sentía mareado. El patrón no le apreciaba en absoluto y no sabía una palabra de tailandés, así que no entendía lo que le ordenaban. 'El patrón bajó y le golpeó con un tubo. Mi amigo levantó la mano para protegerse el el golpe se la rompió. El segundo golpe le rompió el omóplato'. 'Entonces le golpeó detrás de la cabeza y mi amigo cayó sobre la cubierta. Había otros trabajadores tailandeses cerca de él. El patrón dejó el tubo, se lavó las manos y volvió al puente de mando y por megafonía advirtió a toda la tripulación: "Qué están mirando! Todo el mundo a trabajar si no quieren terminar como él!".
Muy triste nos contó otro caso: 'Un marinero estaba defecando por la borda y algunos tripilantes fueron a contárselo al patrón. El patrón bajó, miró alrededor, agarró una barra y le golpeó solo una vez. Vimos que le había dado, pero no exactamente donde. Su cuerpo cayó directamente al mar'. 'Despues de aquello, a todos nos aterrorizaba parar cuando teníamos faena para hacer nuestras necesidades. Algunos se lo hacían en los pantalones mientras trabajaban.'
'Creo que los marineros birmanos mueren como animales, hasta peor diría yo. Yo fui vendido como esclavo por intermediarios que me iban pasando de mano en mano. Un día, a bordo de un pesquero, vi cómo el cocinero tailandés golpeaba con una barra de hierro a uno de mis compañeros birmanos. El patrón preguntó si el hombre estaba muerto o no. Le respondí que aún vivía, que le dejaran en paz y que yo me ocuparía de él.' 'Tenía el cráneo totalmente abierto por el golpe. Lo tomé entre mis brazos. Tardó una hora en moris; el pobre agonizó una hora.' (...)
'Son crímenes, no tienen otro nombre. Ningún ser humano tiene derecho de matar a otra persona. Matar está prohibido por la ley indonesa y la internacional.' 'Las autoridades indonesias van abriendo los ojos con lentitud ante estos crímenes sufrudos por los pescadores birmanos inmigrantes a bordo de pesqueros tailandeses.'"
"Desde el cielo, la isla de Tual, situada en el extremo oriental de Indonedia, es la viva imagen del paraíso, bordeada de cocoteros y playas de arena nacarada, bajo un horizonte azulado y mecida por las tranquilas aguas del Mar de Banda. Pero para cientos pescadores birmanos, que se encuentran atrapados allí, Tual se ha convertido en un auténtico infierno.
Entre 700 y 1200 marineros birmanos fugitivos e indocumentados han recalado en Tual y en sus islas cercanas, situadas a casi 3000 kilómetros al Este de Yakarta, la capital indonesia. Los pescadores han escapado para no ser asesinados en alta mar y de unas brutales condiciones de trabajo, y buscando una relativa seguridad en Indonesia; pero viven bajo el temor constante de ser arrestados y deportados de nuevo a Tailandia o país dictatorial.Muchos de los abandonados marineros, como Soe Min y su amigo Saing Gina, tienen muchos problemas a bordo. (...) Los conocimos a ellos y a un grupo de ocho pescadores birmanos. Soe tiene 33 años, de mediana estatur y complexión fuerte. Llegó huyendo de su país en guerra. (...) Una vez hecho a la mar, trabajando ilegalmente a bordo con documentación falsa y con vagas promesas de salario. Soe huyó de la violencia para entrar en lo mismo.
Jamás olvidará el asesinato de su amigo. Cuenta que desde que zarpó de Tailandia, su amigo se sentía mareado. El patrón no le apreciaba en absoluto y no sabía una palabra de tailandés, así que no entendía lo que le ordenaban. 'El patrón bajó y le golpeó con un tubo. Mi amigo levantó la mano para protegerse el el golpe se la rompió. El segundo golpe le rompió el omóplato'. 'Entonces le golpeó detrás de la cabeza y mi amigo cayó sobre la cubierta. Había otros trabajadores tailandeses cerca de él. El patrón dejó el tubo, se lavó las manos y volvió al puente de mando y por megafonía advirtió a toda la tripulación: "Qué están mirando! Todo el mundo a trabajar si no quieren terminar como él!".
Muy triste nos contó otro caso: 'Un marinero estaba defecando por la borda y algunos tripilantes fueron a contárselo al patrón. El patrón bajó, miró alrededor, agarró una barra y le golpeó solo una vez. Vimos que le había dado, pero no exactamente donde. Su cuerpo cayó directamente al mar'. 'Despues de aquello, a todos nos aterrorizaba parar cuando teníamos faena para hacer nuestras necesidades. Algunos se lo hacían en los pantalones mientras trabajaban.'
'Creo que los marineros birmanos mueren como animales, hasta peor diría yo. Yo fui vendido como esclavo por intermediarios que me iban pasando de mano en mano. Un día, a bordo de un pesquero, vi cómo el cocinero tailandés golpeaba con una barra de hierro a uno de mis compañeros birmanos. El patrón preguntó si el hombre estaba muerto o no. Le respondí que aún vivía, que le dejaran en paz y que yo me ocuparía de él.' 'Tenía el cráneo totalmente abierto por el golpe. Lo tomé entre mis brazos. Tardó una hora en moris; el pobre agonizó una hora.' (...)
'Son crímenes, no tienen otro nombre. Ningún ser humano tiene derecho de matar a otra persona. Matar está prohibido por la ley indonesa y la internacional.' 'Las autoridades indonesias van abriendo los ojos con lentitud ante estos crímenes sufrudos por los pescadores birmanos inmigrantes a bordo de pesqueros tailandeses.'"
Continuará.....
Fuente
Boletín de marinos ITF(*) Periodista e investigador
Humberto Barreto García
Humberto Barreto García
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