Los adultos jóvenes que duermen muy poco o demasiado sufrirían un aumento considerable del tamaño de la cintura con el tiempo, sugirió un nuevo estudio. Los autores hallaron que, entre un grupo de afroamericanos e hispanos menores de 40 años, los que siempre dormían cinco horas o menos por noche tenían una mayor acumulación de grasa abdominal en cinco años, a diferencia de los que dormían seis o siete horas.
Lo mismo ocurrió en los que dormían ocho horas o más por noche, aunque el incremento no fue tan significativo como el que se dio en los que dormían muy poco. El estudio, publicado en Sleep, no prueba que dormir muy poco o demasiado aumente la acumulación de grasa, pero amplía los resultados de otros estudios que asociaron ese incremento con la duración del sueño, en especial cuando es insuficiente, y hasta con diabetes y cardiopatías.
Además, aporta información sobre los afroamericanos y los hispanos, dos poblaciones poco estudiadas y con riesgo de obesidad y enfermedades asociadas, precisó la doctora Kristen G. Hairston, de la Escuela de Medicina de la Wake Forest University, en Winston-Salem, Carolina del Norte.
El estudio estimó también la relación entre el sueño y el aumento de la grasa abdominal, tanto las capas de grasa superficial como la grasa "visceral" alrededor de los órganos abdominales. El aumento de esa grasa eleva el riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes, la hipertensión y las cardiopatías.
La investigación incluyó a 332 afroamericanos y a 775 hombres y mujeres hispanos, de entre 18 y 81 años. Al inicio del estudio, todos respondieron sobre los hábitos de sueño, la alimentación, el ejercicio y otros elementos del estilo de vida. El equipo usó tomografía computada para medir la grasa abdominal al inicio del estudio y lo hizo nuevamente a los 5 años. Entre los menores de 40 años, los que dormían cinco horas o menos por noche acumularon más grasa abdominal que los que dormían seis o siete horas.
En promedio, los que menos dormían sufrieron un aumento de la grasa visceral del 32 por ciento, a diferencia de los que dormían seis o siete horas, con un incremento del 13 por ciento, y los que dormían ocho o más, con uno del 22 por ciento. Ese patrón se repitió con la grasa superficial. Aun tras considerar factores como la cantidad de calorías consumidas, el ejercicio, la educación y el tabaquismo, la duración del sueño se mantuvo asociada con la acumulación de la grasa abdominal.
Los resultados, según Hairston, confirman la idea de que los hábitos de sueño afectan el peso y la salud en general. "Dormir es una parte importante de la salud y no sólo del cansancio diurno", aseveró. Pero, ¿por qué la duración del sueño influye en el peso? Los expertos tienen varias teorías. Es probable que haya efectos indirectos, dado que las personas que duermen muy poco estarían demasiado cansadas durante el día como para hacer ejercicio, mientras que los que duermen mucho pasarían poco tiempo haciendo actividades.
Por otro lado, el estudio sugiere también que la pérdida de sueño alteraría los niveles de las hormonas reguladoras del apetito, lo que, en teoría, los haría comer de más.
Lic. Carmela Fernandini Artola
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