Emilio cursaba ya el 7mo. ciclo de Sociales en la Universidad y desde hacía un año había encontrado un trabajo que alternaba con sus estudios, su objetivo puntual era poder hacer una vida independiente y dejar la casa materna hasta que consiguió rentar un departamento cuyos gastos compartía con Esther, una compañera de la misma Facultad.
Esther era una muchacha desprejuiciada y desde hace varios años hacía ya una vida emancipada sobre todo teniendo en cuenta que sus padres y hermanos habían emigrado uno a uno a los EEUU y ella se encontraba sola en Lima; sin embargo la decisión de Emilio no fue tomada de muy buen grado por su madre sobre todo cuando se enteró de que la vivienda era compartida con una chica, y, comenzó a tejer una serie de pensamientos suspicaces y conjeturas acerca de su hijo y del futuro inmediato que le esperaba.
Pasaron algunos meses y Emilio visitaba regularmente a su madre y ésta siempre terminaba por inquirirle sobre su relación con Esther, hasta que Emilio, atormentado por la situación, le dijo:
Emilio se dio cuenta de la mirada de su madre y como leyendo su pensamiento le dijo en voz baja:
”Querida Mamá, no estoy afirmando que tu tomaste el cucharón de plata para servir las ensaladas pero tampoco estoy afirmando que no lo hicieras, pero el hecho es que este ha desaparecido desde que tu viniste a cenar a mi departamento, si tuvieras algo que comentarme al respecto estaré esperando.
Esther era una muchacha desprejuiciada y desde hace varios años hacía ya una vida emancipada sobre todo teniendo en cuenta que sus padres y hermanos habían emigrado uno a uno a los EEUU y ella se encontraba sola en Lima; sin embargo la decisión de Emilio no fue tomada de muy buen grado por su madre sobre todo cuando se enteró de que la vivienda era compartida con una chica, y, comenzó a tejer una serie de pensamientos suspicaces y conjeturas acerca de su hijo y del futuro inmediato que le esperaba.
Pasaron algunos meses y Emilio visitaba regularmente a su madre y ésta siempre terminaba por inquirirle sobre su relación con Esther, hasta que Emilio, atormentado por la situación, le dijo:
- Mamá, este sábado te invito a cenar en mi departamento para que conozcas a Esther y te convenzas que con ella solo comparto los gastos y una bonita amistad, nada más.
Llegó el día y se hicieron las presentaciones de rigor y la cena transcurrió sin contratiempo, no obstante, la madre de Emilio no pudo menos que fijar su atención en lo bonita y bien proporcionada que era Esther y la suspicacia en lugar de amainar se avivó y las sospechas de que su hijo tenia relación con esta muchacha se acrecentó.
En el transcurso de la velada, mientras observaba con disimulo pero con mucha atención el modo en que ambos se comportaban, se preguntó si se estarían acostando y si tomarían las precauciones del caso.
Emilio se dio cuenta de la mirada de su madre y como leyendo su pensamiento le dijo en voz baja:
- Mamá, conozco esa mirada y se lo que estas pensando, pero te aseguro que Esther y yo solo somos compañeros de estudios y de departamento.
La madre solo sonrió y se ofreció a fregar la vajilla usada y luego se disculpó para ir hacia los servicios higiénicos que estaban al lado del dormitorio de Esther; departió unos momentos más de conversación y se retiró.
Una semana después, Esther le comento a Emilio que desde el día en que su madre vino a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir las ensaladas. Emilio le contesto que, conociendo a su madre, dudaba que ella se hubiese llevado el cucharón pero que de alguna sutil manera se lo preguntaría. Estuvo dándole vueltas a la situación para encontrar la forma de preguntárselo sin herirla y se decidió por escribir una nota y que la dejaría en la puerta del refrigerador en las casa de su madre en algún momento que ella no estuviera. Así que se sentó y escribió lo siguiente:
”Querida Mamá, no estoy afirmando que tu tomaste el cucharón de plata para servir las ensaladas pero tampoco estoy afirmando que no lo hicieras, pero el hecho es que este ha desaparecido desde que tu viniste a cenar a mi departamento, si tuvieras algo que comentarme al respecto estaré esperando.
Con todo cariño, Emilio”.
La respuesta no tardó en llegar y unos días mas tarde, Emilio encontró un sobre sostenido por un chinche en medio de su puerta, lo abrió y dentro había una nota de su madre que decía:
”Querido hijo, no estoy afirmando que te acuestes con Esther o que no te acuestes con ella, pero el hecho es que si Esther se acostara en su propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata para servir las ensaladas, que yo puse bajo sus sábanas, cuídense y usen condón.
Con todo cariño, Tu Mamá."
Mario Domínguez Olaya
cuando uno se une a una mujer y comparte la misma vivienda,es por un motivo transenental el de que la convivencia va acrecentando el sentimiento del amor y se manifiesta de diversas maneras en especial el de compartir la noche.
ResponderEliminarQuisiste decir "Trascedental" o "Tras-semental"?
ResponderEliminarQuiso decir transexdental ó transexual? esto necesita una aclaración.
ResponderEliminarBuena "Manguin", ya viene tu historial.
O quizas fue "tras-senectal"...jajaja.
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