A veces resulta muy difícil ser auténtico, ser uno mismo, ser honesto. Tenemos muchas caretas que desdibujan nuestra real forma de ser y relacionarnos con nuestros semejantes. La honestidad significa que no hay contradicciones ni discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones en nosotros. Honestidad significa nunca hacer mal uso de lo que se nos confió.
Honestidad es también hablar de lo que se piensa y hacer todo lo que se ha dicho. No hay contradicciones ni discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones. Esta integración proporciona claridad y ejemplo a los demás. Ser interiormente de una forma y exteriormente de otra, crea barreras y puede causar daño, porque nunca podremos estar cerca de los demás ni los demás querrán estar cerca nuestro. Algunos piensan: “Soy honesto, pero nadie me comprende". Esto no es ser honesto. La honestidad es tan claramente perceptible como un diamante sin defectos que nunca puede permanecer escondido. Su valor es visible en cada acción que realizamos.
La verdad es que todos los días nos toca lidiar o toparnos con uno de estos malos elementos y agentes perniciosos de nuestra sociedad, ¿quién no ve a un policía corrupto en las calles? haciendo de las suyas con los propietarios de carros o algunos policías que son cómplices de delincuentes. Y que decir de un funcionario público que no cumple con su función para lo cual se supone que se le paga y hay que darle su propina para que agilice tal o cual papeleo y si no se le da nada simplemente refunde nuestros papeles. Qué sucede con un juez que no administra la justicia de manera justa, si no que esta al servicio de quien mejor le "agradezca los favores recibidos" o mejor dicho de quien le pague mejor por las sentencias amañadas y parcializadas. Ejemplos dentro del aparato de gobierno se cuentan por toneladas en donde los "faneones" y "aceitadas" son el "pan de cada día".
Honestidad es también hablar de lo que se piensa y hacer todo lo que se ha dicho. No hay contradicciones ni discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones. Esta integración proporciona claridad y ejemplo a los demás. Ser interiormente de una forma y exteriormente de otra, crea barreras y puede causar daño, porque nunca podremos estar cerca de los demás ni los demás querrán estar cerca nuestro. Algunos piensan: “Soy honesto, pero nadie me comprende". Esto no es ser honesto. La honestidad es tan claramente perceptible como un diamante sin defectos que nunca puede permanecer escondido. Su valor es visible en cada acción que realizamos.
La verdad es que todos los días nos toca lidiar o toparnos con uno de estos malos elementos y agentes perniciosos de nuestra sociedad, ¿quién no ve a un policía corrupto en las calles? haciendo de las suyas con los propietarios de carros o algunos policías que son cómplices de delincuentes. Y que decir de un funcionario público que no cumple con su función para lo cual se supone que se le paga y hay que darle su propina para que agilice tal o cual papeleo y si no se le da nada simplemente refunde nuestros papeles. Qué sucede con un juez que no administra la justicia de manera justa, si no que esta al servicio de quien mejor le "agradezca los favores recibidos" o mejor dicho de quien le pague mejor por las sentencias amañadas y parcializadas. Ejemplos dentro del aparato de gobierno se cuentan por toneladas en donde los "faneones" y "aceitadas" son el "pan de cada día".
También hay médicos deshonestos, por suerte no son muchos pero los hay quienes en vez de ser médicos parecen comerciantes, pues anteponen sus intereses mercantilistas a la práctica honesta de la profesión, son muchos los casos en donde el médico opera a pacientes que no lo necesitan, parturientas a quienes se le hace cesárea sin ameritarlo. Otra especie en el vasto zoológico de los deshonestos y corruptos lo constituyen algunos jefes de compras del sector público o privado. Y por último es también corrupto quien aunque no robe nada nos causa perjuicios o pérdidas ya sea por su negligencia o incompetencia, quien no destine los fondos públicos para las obras para las cuales fueros destinadas y quien no cautele y vigile que los fondos públicos sean bien utilizados.
Aunque pareciera que hablo con el hígado, las cosas no son así. Estamos en una sociedad en que nadie cumple lo que promete, la palabra de uno ha pasado a ser un adorno decorativo en el hablar. El decirnos cuando nos encontramos con algún conocido por la calle. "Nos estamos viendo, yo te llamo por teléfono..", "Disculpa es que no tengo ahora como pagarte, este fin de semana cumplo contigo.." También el solo hecho de llegar tarde a una cita de negocios, familiar, social, etc, está demostrando nuesta falta de respeto hacia los demás y para con nosotros mismos. Es mejor decir que voy a llegar tarde y no mentir para quedar bien.
Todo se circunscribe en mantener una imagen, aquella que en algunos casos no trasmite fielmente quienes somos. A decir verdad "vendemos" una imagen distorcionada de lo que somos, y al hacer esto dejamos de ser honestos. Apantallamos o maquillamos nuestra vida con poses y actitudes no propias para quedar bien con el resto, no decimos lo que realmente pensamos y hacemos muchas cosas que no nos gustan. Es tan dificil hacerlo? Tenemos que ser libres con nosotros, romper las cadenas de la mentira y falsedad en nuestro vivir es una tarea para vivir a plenitud ser autenticos al ciento por ciento.
No pretendemos ser antisociales al motivar ser como somos realmente. La sociedad se ha convertido en un gran teatro en donde los actores son sus integrantes. Intentar cultivar esta cualidad no es tan dificil pienso yo, desde nuestro hogar, trabajo, estudio, contagiar a los que nos rodean a practicarla un poco más es hacer también patria.
"BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS"
Paco Cárdenas Linares
Paco
ResponderEliminarLa honestidad, como todo lo fundamental, siempre viene de adentro hacia afuera, debería ser tan natural como comer, reir, llorar o hacer el amor, sin embargo ,lo que lo hace "difícil" es la enajenación atávica de los prejuicios, el mundo de la apariencia, la vida esclavizada al qué dirán, el lastre de las "convenciones" sociales y lo "políticamente correcto" y un sin fin de falsas ataduras que nos encadenan a lo peor del pasado. Como bien das cuenta en tus reflexiones, lo difícil no es ser honesto sino el luchar por serlo.
Un abrazo - Mario
Es muy dificil levantar la mirada sin tener rabo de paja, pero un buen ejercicio es ser libres y ser tal como somos. No tapar el sol con un dedo.
ResponderEliminarQUE paradoja, la honestidad, eso deben incentivarse entre ustedes mismos, no creen¿ yo soy menor que
ResponderEliminarustedes, no mucho, marista tambien, pero al menos siempre me inculcaron la honestidad, y al menos tengo esa virtud, y trato de ser bueno cada dia. Y aceptar que todo tiene su tiempo.en fin, me despido, tengo q salir con mi linda señora, sin ella no seria lo que soy, un hombre honesto. me enseño tanto, bueno adios.
Es por eso que hacemos la nota. Siempre existirán los deshonestos y es por eso que siempre pondremos nuestro granito de arena para revertir lo contrario. Nadie puede decir al 100% que es honesto...o usted sí? Desde el momento en que no firma el comentario está ocultando su verdadera identidad y no está siendo transparente. Sabemos o sospechamos quién es realmente usted, que nos sigue pacientemente en nuestras notas y actividades. Es muy facil tirar una piedra y no dar la cara. Sus comentarios en todo este tiempo desde que se creo el blog han sido destructivos mas no constructivos aunque usted lo haga parecer así. Usted no es la persona de quién dice ser y eso no es ser HONESTO.
ResponderEliminarNuestra promoción es una de las más consolidadas del Ramirez Barinaga. Pablo VI alberga a personas muy distintas en gustos y estilos pero que se consolidan en torno de su alma mater y de lo que significa ser marista. Todos nos podemos equivocar algunas, pero creo que lo que estamos haciendo la gran mayoría de nosotros es más de lo que puede contener este comentario. Como dice el dicho: "A palabras necias, oídos sordos"
ResponderEliminarQue suerte que al "Sr", que escribe, haya ancontrado alguien que le enseño mucho y le ayudo a ser lo que no pudo lograr individualmente, algunos no tuvimos esa suerte,y lo hicimos solos. Pero la vida nos da otras oportunidades.....
ResponderEliminarComo seres humanos que somos nos equivocamos, como hombres los errores los asumimos, como seres pensantes corregimos e intentamos ser felices con otras personas que "comparten", "aportan", "sueñan","desarrollan" metas en conjunto y crean la felicidad mutua. Ciertamente la honestidad es una virtud,lo que no es honesto es opinar sobre un grupo que no conocemos, menos aún recomendar, ya que nadie tiene derecho a sugerir lo que le gustaría personalmente se hiciera de la vida que no es la propia.
Finalmente tampoco es honesto la auto calificación con la medalla de la honestidad y menos aun escribir con la pusilánime complicidad del anonimato .
Walter Valderrama
El anonimo ò la "anònima" que escribe, definitivamente no es honesto(a), porque ni es Marista, ni dice con honestidad que como grupo que somos nos envidia, sino, que hace leyendo nuestro blog,...y todavia se autocalifica honesta, perdòn honesto, creo yo que si fueras "honesto" no deberias esconderse tras el anonimato y decir cosas que ni tù te lo crees, es mas, creo que tienes un problema de pareja que por deshonest..., no lo supiste arreglar y ahora quieres revertir las cosas escribiendo de esa manera, para la pròxima deberìas de firmar como "El deshonesto" o "La deshonesta", al menos ya tendrìas una identidad, en fìn, estamos en un pais libre y nosotros respetamos eso.
ResponderEliminarJulian
No se olviden amigos que:
ResponderEliminarDecir la verdad no implica ser irrespetuoso con nadie. La persona que miente se hace un daño a sí misma.
Ser honesto es ser transparente; es necesario desprenderse de las máscaras que el ser humano se pone para defenderse, para ocultar sus inseguridades o miedos. El recelo y la agresividad, son algunas de estas máscaras.
Una persona deshonesta aparenta lo que no es, por ejemplo, aparenta virtudes que no tiene.
Una persona honesta no se preocupa por lo que los demás piensen de ella, vive en paz.
Una persona honesta no justifica o excusa sus actos, medita sobre ellos para corregir sus errores.