Era el verano de 1976, vacaciones escolares y yo con apenas 15 años. En las radios de la capital se escuchaban canciones como "Don't go breaking my heart" de Elton John y "Shake your booty" de KC & the Sunshine band. Walter Artemio y Mario Rubén se reunen en mi casa para idear un plan de "recaudación monetaria" que a la larga pueda solventar los gastos durante la temporada de verano. Sí, precisamente teníamos que ganar algo de platita y lapidarla en lo que queramos, como ir a comer, comprar un disco o ir de paseo hacia algun lugar no muy lejano. Nos rompíamos la cabeza y pasaban las horas y no llegábamos a ningún acuerdo.
Estar con dos "locos" craneando era también una "locura"; qué podía salir de ese encuentro, de esa sesión?. Entre Walter y Rubén existía un abismo, me refiero a la forma de ser de cada uno. El primero más detallista, pensante y calculador; mientras que el otro se distiguía más por su espontaneidad que por otra cosa. Fue un poco dificil lograr "la convivencia" y el "click" entre ambos (en el mejor sentido) pero creo que esto se logró porque en el fondo uno necesitaba del otro, era una perfecta "simbiosis humana"...y yo disfrutaba de la amistad de cada uno de ellos.
No queríamos "molestar" para nada a nuestros viejitos en el verano, así que la idea tenía que ser muy rentable como para pasarla bien, después disfrutando del dinero ganado. Surcaron propuestas como el lavar carros; hacer artesanías; repartir volantes; pintar casas, etc. ; sin embargo a Walter se le ocurriría una idea que hizo que años más tarde Rubén tomara una gran desición en su vida....
"Seamos revendedores de entradas, qué les parece?" fue lo que Walter exclamó después de estar unos minutos con la mirada perdida y en trance. "Es un gran negocio eso de vender entradas de espectáculos a un precio mayor", volvió a manifestar Walter Artemio. Rubén y yo nos miramos, nos sorprendimos y nos pareció un poco rara la idea. Walter como siempre volvió a la carga, "Podemos vender entradas de cine, ahora que hay estrenos taquilleros. Vamos temprano a la boletería, compramos los tickets y más tarde vendemos las entradas al doble y ganamos el 100% así de facil...cómo la ven?". "Hasta el 'keke'!, no tienes una idea mejor?", le contesté. "No Paco....ahora hay una película que ha ganado cuatro de siete premios Oscar de la Academia y de seguro que los cines van a estar reventando de gente y así nuestros bolsillos.." "Cómo se llama ese peliculón?", preguntó Rubén y Walter prosiguió: " Es una película de Stanley Kubrick, el mismo de 'La Naranja mecánica', su nombre es BARRY LYNDON...!"
Se acuerdan ustedes de esa película que protagonizaban Ryan O'Neal y Marisa Berenson y que fue estrenada a principios de 1976 en nuestro país. Aquella ambientada en Irlanda del siglo XVIII en donde todos vestían con trajes pomposos, andaban con la cara pintada y con pelucas ridículas. A mi y a Rubén no nos pareció tan buena la idea, pero era tanta la existencia y despliegue de argumentos de parte del loco Artemio que al final atracamos. El estreno fue un dia jueves y dejamos pasar hasta el sábado para "hacer el negocio". Llegamos muy temprano al cine Orrantia (entre la av. Arequipa y av. Javier Prado), ahora creo que es un templo adventista. Dejamos a Rubén formando cola en la boletería (creo que eran las 11 am.) y nos fuimos a dar un paseo. Walter Artemio tenía una tía o prima por ese lugar y decidimos ir a visitarla.
Llegamos, nos hizo pasar y nos dió algo de refrescos y empanaditas. Después y luego de una charla muy amena nos retiramos del lugar. Regresamos al cine y encontramos al loco Rubén con los tickets en la mano, un poco desconcertado por la poca gente que se acercó a comprar su entrada. La función comenzaba a las 4 pm. y era el mediodía. Caminamos por la avenida Arequipa conversando de distintas cosas, entre ellas íbamos discutiendo en qué gastaríamos nuestro plata después de la venta de las entradas. Compramos algunos paquetes de galletas y gaseosas con las últimas monedas que nos quedaban.
"Oye Walter...ya no queda más dinero..." le dije. "No te preocupes, que sobrará después del negocio del siglo" dijo Walter. "No hay ni para los pasajes de regreso.." dijo Rubén. "Para qué se están preocupando, es que no tienen fe y visión para los negocios?" argumentó Walter.
Bueno, y llegó la hora de la primera función. La verdad que ya eran las 3.45 pm. y no había mucha gente. Llegaron las 4 pm. y todo igual.....4.15 pm......4.30 pm. y la gente seguía entrando al cine y la boletería seguía vendiendo, pero no acudían en la cantidad que esperábamos. Walter en un acto desesperado nos dijo que tengamos paciencia, que la gente por el calor no viene en las tardes sino en las noches, así que esperaríamos la siguiente función de las 7.15 pm. Mientras tanto las tripas cantaban desde nuestras entrañas en un coro polifónico que sonaba muy alto a pesar de la bulla del lugar. Fuimos a refrescarnos a tomar agua de un grifo, (no nos quedaba mas alternativa).
"Parece que todo este trajín es por las hue..." dije. "Nada de eso, los verdaderos conocedores del arte saben y vienen en la noche" dijo Walter Artemio. Mientras tanto, el loco Rubén aburrido hasta el perno, contaba cuantos buses de la línea 76 pasaban por el lugar. Cansados, con hambre y mas bronceados que el zambo Julián esperamos hasta la noche.
Se acercaba la hora y la impaciencia desbordaba nuestras mentes. Estábamos encima del puente que está en el cruce de las avenidas, en donde habían autos estacionados. Walter y yo preocupados y mirando la avenida Arequipa; mientras que Rubén de espaldas a nosotros y con las neuronas más excitadas que nunca. No se había percatado por lo nervioso que estaba, de que estaba moviendo un coche (creo que era un volswagen escarabajo amarillo) de arriba abajo (mismo comercial de Frunas D'onófrio) Entonces apareció de la nada un efectivo policial vestido de civil (más conocido como "raya" de la PIP de entonces) e intervino al loco Rubén y a nosotros muy violentamente.
-"A ver ustedes... qué están haciendo carajo!" nos dijo gritándonos en plena calle.
- Nada señor, no estamos haciendo nada, tan solo esperando entrar al cine."
- Nooo! ustedes quieren robar algo de este coche..! Qué hacen entonces aquí?
- Es que estamos esperando a algunos amigos para entrar..!
- Donde están las entradas?
- Aquí señor (se las mostró Rubén)
- Tantas? No serán ustedes acaso revendedores?
- No señor (los tres al unísono)
- Vengan por acá (Nos dijo el policía y nos llevó a una playa de estacionamientos de carros)
- Quítate el polo (le dijo a Rubén)
- Para qué señor? no creo que sea necesario (Muy asustado Rubén obedeció)
Lo miró al detalle como si fuera un especímen raro y exclamó:
- No hay nada.(refiriéndose a tatuajes, cicatrices, etc) ....pueden largarse...pero desaparezcan de una vez. No quiero verlos dando vueltas por aquí...entendido?
- Si señor!! (los tres nuevamente)
Nos miramos las caras y emprendimos fuga. Y las entradas en la mano? "Fue una estúpida idea el venir a revender entradas a este cine y a esta aburrida película.." le dije a Walter. "No creo" respondió. "Más estúpidos hemos sido por hacerte caso huevón..!" proseguí. "Y las entradas?...qué hacemos con ellas?" exclamó Rubén con indignación. "Ofrécelas tú a la gente, ya que las tienes en la mano" dijo Walter. Rubén sin mediar palabra se las dió al loco Walter y éste se las devolvió de nuevo.
Por más que las ofreció nadie le compró ninguna de las 10 entradas que adquirimos. "Gran negocio de m...resultó ser tu plan..!" le dijimos a Walter Artemio. Éste argumentó que no sabía que la gente era muy inculta y que no le gustaba este tipo de películas que en otros países eran muy taquilleras (ahora después de muchos años, se que nunca fue taquillera ni aquí ni en ninguna parte) Walter no se atrevió a intentar ofertar los tickets y lo que se nos ocurrió fue devolver las entradas en boletería, ésta era una "misión suicida" para el loco Rubén que de seguro con su carisma y verbo iba conseguir sus propósitos.
Resultado: No le aceptaron la devolución. Lo único que pudimos conseguir fue la devolución de la mitad del dinero de lo que pagamos por ellas. Qué gran negocio resultó ser...! Perdimos plata, paciencia, nos tildaron de ladrones, desfallecimos por hambre y encima recuperamos solo algo de lo invertido. Además a Rubén le habían dado permiso hasta las 6.30 pm. y ya eran más de las 8 pm. Éste salió corriendo hacía la avenida Javier Prado para tomar el bus de regreso a San Juan. "Vengan muchachos....rápido corran..!" nos dijo. Lo vimos como subía a un bussing de la línea 76 (aquellos buses de color granate de la municipalidad)¨ Él creía que lo seguíamos por detrás cuando abordó el bus, pero nos encontrábamos muy atrás) En el momento que terminó de pagar al chofer levantó la mirada hacía donde nos encontrábamos -en la acera- y nosotros con un gesto amenazador como emulando ser guillotinado nos despedimos de él, desaprobando su alocada huída y dejándonos sin un puto sol para regresar a nuestras casas.
Acto seguido regresamos al departamento del familiar de Walter (la tía que fuimos a visitar) y éste le pidió dinero en préstamo para poder regresar a San Juan. Después de esto Walter Artemio durante todo el viaje se mantuvo con la boca cerrada y de ella no salió ninguna "maravillosa idea" en los siguientes tres meses....
Posdata: Con el tiempo y con el paso de los años Rubén se hizo policía...
Paco Cárdenas Linares
Tres locos por la calle y a la cabeza palomino..qué locura.
ResponderEliminarCómo han cambiado los tiempos. Qué hacen tres jovencitos de 15 años todo el día en la calle? O los papis eran muy confiados o irresponsables o la sociedad mas sana. Muy entretenida la historia que has contado.
ResponderEliminarQué tiempos, los mejores años. Linda historia. Este artículo me hizo recordar mi infancia, yo vivía cerca del lugar. Muchas gracias.
ResponderEliminarQuién sabe donde está Solórzano? Al "Loco" se le extraña, por qué no escribe ni se deja ver.
ResponderEliminarEL LOCO ESTA EN LOQUILANDIA AL LADO DE EVO MORALES, LE RESGUARDA LAS ESPALDAS Y LE DA BUENAS IDEAS , COMO ESA QUE EL QUE COME POLLO SE VUELVE BRITOOOOO...
ResponderEliminarMARIO RUBEN , HA SIDO UNICO EN LAS AULAS DE LOS MARISTAS DE MUCHAS PROMOCIONES Y ESO QUE PABLO LO SALVO DE QUE NO VOLVIERA A ESTAR EN OTRA , ADEMAS ES EL ETERNO RECORDADO DE WALTER ARTEMIO QUIEN LE DIJO UN DIA ¿QUE LOCO ESTAS EN LA POLICIA ? , POR ESO ES QUE EXISTE EL TERRORISMOS EN EL PERU,JA,JA,,,ES QUE WALTER LE DA HASTA AHORA DURO A EL LOCO