MARISTAS BOYS 78

 

COMO OVEJAS SIN PASTOR

"...y se puso a enseñarles muchas cosas"

Por el P. Clemente Sobrado

 

San Marcos  6,  30 - 34:

Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: “Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.” Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

Reflexión

Amigos: Hoy el Evangelio nos cuenta el regreso de los discípulos luego de su experiencia misionera. Regresan como niños con zapatos nuevos, entusiasmados de lo que han hecho. Se sienten felices y se lo cuentan a Jesús. Al fin y al cabo, los discípulos no dejan de ser humanos como nosotros. Así como los fracasos los desalientan, los éxitos les levantan el espíritu.

Aquí aparece de nuevo la pedagogía de Jesús. Está bien su entusiasmo, pero ahora es preciso hacer un juicio crítico de lo que han hecho, que el entusiasmo no les quite el sentido crítico y de discernimiento. Por otra parte, trata de sacarlos de en medio de la gente para que los humos no se les suban a la cabeza, para ello los invita a un lugar solitario.

Después de estar con los hombres es preciso volver a estar a solas con Dios. Además, Jesús quiere que disfruten de un poco de descanso porque si el trabajo es una necesidad también el descanso es necesario, tanto para reparar sus fuerzas físicas como para reparar el espíritu. Trabajo y descanso no se contradicen, más bien se complementan. Trabajar sin descansar agota. Descansar sin trabajar crea el vacío. Jesús se da cuenta de que el trabajo los está absorbiendo, no tienen tiempo ni para comer.

Pero descansar no significa olvidarnos de la realidad. Incluso pueden darse situaciones en las que la realidad se impone, sobre todo cuando se trata de ayudar a la gente, a las personas.

Por eso, el Evangelio nos dice que cuando llegaron, ya la gente se les había adelantado. Es entonces que Jesús mira a aquellas gentes con los ojos del corazón. Las veía como ovejas sin pastor, gente que andaba a la deriva, gente que andaba por la vida sin sentido, desorientada y buscando alguien que les marcase una dirección y un camino.

De ahí que Jesús, olvidando su legítimo descanso, se pone a hablarles y a enseñarles y además lo hace con “calma”.

¡Qué importante lección! Todos estamos demasiado cansados. Nadie tiene tiempo para escuchar a los demás. Todos tenemos demasiadas prisas cuando se trata de escuchar al otro. ¿No lo experimentáis cada día en vuestras vidas?