domingo, 30 de noviembre de 2014



PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
SIEMPRE ES POSIBLE REACCIONAR
"Mirad, vigilad, pues no sabéis cuándo es el momento"
Por el P. José Antonio Pagola

San Marcos 13, 33-37:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

Reflexión

No siempre es la desesperación la que destruye en nosotros la esperanza y el deseo de seguir caminando día a día llenos de vida. Al contrario, se podría decir que la esperanza se va diluyendo en nosotros casi siempre de manera silenciosa y apenas perceptible.

Tal vez sin darnos cuenta, nuestra vida va perdiendo color e intensidad. Poco a poco parece que todo empieza a ser pesado y aburrido. Vamos haciendo más o menos lo que tenemos que hacer, pero la vida no nos «llena».

Un día comprobamos que la verdadera alegría ha ido desapareciendo de nuestro corazón. Ya no somos capaces de saborear lo bueno, lo bello y grande que hay en la existencia.

Poco a poco todo se nos ha ido complicando. Quizá ya no esperamos gran cosa de la vida ni de nadie. Ya no creemos ni siquiera en nosotros mismos. Todo nos parece inútil y sin apenas sentido.

La amargura y el mal humor se apoderan de nosotros cada vez con más facilidad. Ya no cantamos. De nuestros labios no salen sino sonrisas forzadas. Hace tiempo que no acertamos a rezar.

Quizá comprobamos con tristeza que nuestro corazón se ha ido endureciendo y hoy apenas queremos de verdad a nadie. Incapaces de acoger y escuchar a quienes encontramos día a día en nuestro camino, solo sabemos quejamos, condenar y descalificar.

Poco a poco hemos ido cayendo en el escepticismo, la indiferencia o «la pereza total». Cada vez con menos fuerzas para todo lo que exija verdadero esfuerzo y superación, ya no queremos correr nuevos riesgos. No merece la pena. Preocupados por muchas cosas que nos parecían importantes, la vida se nos ha ido escapando. Hemos envejecido interiormente y algo está a punto de morir dentro de nosotros. ¿Qué podemos hacer?

Lo primero es despertar y abrir los ojos. Todos esos síntomas son indicio claro de que tenemos la vida mal planteada. Ese malestar que sentimos es la llamada de alarma que ha comenzado a sonar dentro de nosotros.

Nada está perdido. No podemos de pronto sentirnos bien con nosotros mismos, pero podemos reaccionar. Hemos de preguntarnos qué es lo que hemos descuidado hasta ahora, qué es lo que tenemos que cambiar, a qué tenemos que dedicar más atención y más tiempo. Las palabras de Jesús están dirigidas a todos: «Vigilad». Tal vez, hoy mismo hemos de tomar alguna decisión.

Fuente: Odres Nuevos

domingo, 23 de noviembre de 2014


SOLEMNIDAD DE CRISTO REY
LA PARÁBOLA DEL JUCIO FINAL
Por el P. José Antonio Pagola

Mateo (25, 31- 46) :

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas, de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
 
Reflexión

La parábola del «juicio final» es, en realidad, una descripción grandiosa del veredicto final sobre la historia humana. No es fácil reconstruir el relato original de Jesús, pero la escena nos permite captar la «revolución» que ha introducido en la orientación del mundo.

Allí están gentes de todas las razas y pueblos, de todas las culturas y religiones. Se va a escuchar la última palabra que lo esclarecerá todo. Dos grupos van emergiendo de aquella muchedumbre. Unos son llamados a recibir la bendición de Dios: son los que se han acercado con compasión a los necesitados y han hecho por ellos lo que podían. Otros son invitados a apartarse: han vivido indiferentes al sufrimiento de los demás.

Lo que va a decidir la suerte final no es la religión en la que uno ha vivido ni la fe que ha confesado. Lo decisivo es vivir con compasión ayudando a quien sufre y necesita nuestra ayuda. Lo que se hace a gentes hambrientas, inmigrantes indefensos, enfermos desvalidos o encarcelados olvidados por todos, se le está haciendo al mismo Dios. La religión más agradable a Dios es la ayuda al que sufre.

En la escena evangélica no se pronuncian grandes palabras como «justicia», «solidaridad» o «democracia». Sobran todas, si no hay ayuda real a los que sufren. Jesús habla de comida, ropa, algo de beber, un techo para resguardarse.

No se habla tampoco de «amor». A Jesús le resultaba un lenguaje demasiado abstracto. No lo usó prácticamente nunca. Aquí se habla de cosas tan concretas como «dar de comer», «vestir», «hospedar», «visitar», «acudir». En el «atardecer de la vida» no se nos examinará del amor; se nos preguntará qué hemos hecho ante las personas que necesitan nuestra ayuda. Así de concreto.

Este es el grito de Jesús a toda la humanidad: ocupaos de los que sufren, cuidad a los pequeños. En ninguna parte se construirá la vida tal como la quiere Dios si no es liberando a las gentes del sufrimiento. Ninguna religión será bendecida por él si no generan compasión hacia los últimos.

Fuente: Odres Nuevos

domingo, 9 de noviembre de 2014

 
LA PURIFICACIÓN DEL TEMPLO
“Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.”
Por el P. Clemente Sobrado
 
San Juan  2,  13 - 22:

Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: “Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.” Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará. Los judíos entonces le replicaron diciéndole: “¿Qué señal nos muestras para obrar así?” Jesús les respondió: “Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.” Los judíos le contestaron: “Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?” Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.

Reflexión

En este Domingo 32 celebramos este año la fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán, la cual prevalece a la liturgia del Domingo por ser una fiesta del Señor. Porque, a pesar de que todos la conocemos como Basílica de Letrán, la primera basílica construida por Constantino luego de su conversión, su verdadero título es de Cristo Salvador. Esta Basílica conocida como la Catedral del Papa, Obispo de Roma, pues el Papa que es el Obispo de toda la Iglesia, tiene como sede propia la Basílica de Letrán y su primera diócesis es Roma.

Puede parecer extraño que precisamente en este día leamos el Evangelio de Juan conocido como la expulsión de los mercaderes del Templo. Si bien lo que celebramos es la primera sede del primer Obispo de la Iglesia, el Evangelio nos habla del nuevo templo, de la nueva Iglesia. Una Iglesia que dentro de su multiplicidad y diversidad, es la Iglesia de la unidad cuyo símbolo es su pastor el Papa, también tenemos que reconocer el peligro que corre la Iglesia de mancharse y teñirse con el dinero, como el templo de Jerusalén.

Es una llamada de atención. Primero, al principio de la unidad en la diversidad y, en segundo lugar, al peligro que también la Iglesia corre, como el resto de la sociedad, de mancharse con el negocio y el dinero, y convertir la “casa del Señor, que es casa de oración, en un comercio. Un comercio material y un comercio espiritual. Porque no solo se negocian palomas y animales también se pueden negociar prebendas y títulos y dignidades. Por eso Juan presenta como modelo del nuevo templo el cuerpo resucitado del Señor. Los judíos no entendieron lo que Jesús les quiso decir, los discípulos tampoco. Sólo lo comprendieron cuando tuvieron la experiencia del resucitado. Un día, por tanto, para pensar tanto en la unidad como en la diversidad de la Iglesia. Un día donde muchos tendremos que purificar nuestra mentalidad de una Iglesia convertida en negocio, en una Iglesia casa del encuentro con Dios.

Fuente: La Iglesia que camina

jueves, 6 de noviembre de 2014

 
EL PERÚ NECESITA INSTITUCIONES FUERTES
Por Juan Borea Odría 

 
Lo sucedido hace unos días en la Federación Peruana de Fútbol es sólo un botón de muestra de un problema que va más allá de esa Federación, y que atraviesa lo largo y ancho de nuestro país: la debilidad de las instituciones. Este debilitamiento, promovido con fuerza en la dictadura de Fujimori y Montesinos como una manera de mantener el poder, se ha ido profundizando luego al compás del espíritu individualista que predomina en nuestra sociedad. Y no hay un interés real de revertirlo, ya que en la debilidad institucional encuentran terreno fértil para medrar los corruptos y los mediocres.

Esta situación afecta no sólo a cada institución en sí misma, sino al conjunto; una sociedad democrática requiere la existencia de instituciones sólidas que organicen y representen a los individuos. Si estas instituciones no existen o son débiles, se imponen el clientelismo y el caudillismo, que a su vez seguirán minando la institucionalidad.

De allí que el papel de los ciudadanos en las democracias no se reduce a votar o en el mejor de los casos fiscalizar; parte de su rol es impulsar la institucionalidad en los ámbitos en que se desempeña, que incluye los ámbitos políticos, gremiales, culturales, deportivos, artísticos, locales. Un resultado colateral pero igualmente importante será que en esas instituciones las personas harán un aprendizaje de lo que significa la vida en democracia.

martes, 4 de noviembre de 2014

PROPIEDADES Y BENEFICIOS DEL ALPISTE
Haz tomado la leche de alpiste?
 
El alpiste es una de las semillas más nutritivas y poderosas en este planeta. Es rico en proteínas vegetales de gran calidad, imagínate, unas seis cucharadas de alpiste tienen más proteína que dos o tres kilos de carne, pero además, las proteínas del alpiste no son nocivas ni de difícil digestión, sino son aminoácidos estables de muy buena asimilación.
 
BENEFICIOS
- El alpiste es recomendable en contra del exceso de colesterol
- Ayuda en la circulación de venas y arterias
- Es altamente diurético, ayuda a prevenir infecciones del sistema urinario (cistitis)
 
PROPIEDADES PARA ADELGAZAR
Al tener las propiedades de regulación de grasa y azúcar en la sangre, es un agente activo para fines de reducción de peso. La dieta de alpiste integrada con una base de proteínas y vitaminas de origen vegetal y carnes blancas logra acelerar las propiedades del alpiste para bajar de peso. El contenido en proteínas de un kilogramo de alpiste es cuatro veces mayor que el de un kilogramo de carne de res, y con una más fácil digestión. Se trata pues que la dieta del alpiste no sea un sacrificio para ti. Si adoptas un contenido de alpiste en tu alimentación cotidiana, combinada con alimentos nutritivos que son de tu gusto ( como ensaladas enriquecidas con champiñones, zetas o carnes blancas ), tu alimentación no será un sacrificio, sino una manera de vida.
 
OTROS BENEFICIOS
Debo de decirte que por si lo anterior fuera poco importante, se debe mencionar otro de las beneficios del alpiste en el ser humano, que consiste en sus propiedades naturales en contra de la cirrosis hepática. El consumo de alpiste se convierte de manera práctica en un escudo para el hígado humano. No está por demás el recordarte que una vez que éste órgano vital para el funcionamiento de nuestro cuerpo se deteriora, no existe tratamiento o intervención quirúrgica alguna que pueda recuperar nuestra salud, hoy más que nunca es certero el viejo refrán : “ mas vale prevenir que lamentar “.
 
Las sustancias naturales del desinflaman nuestros órganos, en especial hígado, páncreas y riñón. Al abundar sobre sus efectos del alpiste en la diabetes, esto se debe a las reacciones que las enzimas naturales del alpiste producen en la sangre, y al fortalecimiento en páncreas y riñón, que reduce los efectos de la diabetes en cuestión de semanas. Otra de las propiedades curativas del alpiste que se deben explicar en mayor detalle es su función de regeneración del hígado, que es ni más ni menos la de favorecer el porcentaje de células útiles del hígado y desinflamar éste órgano, ganando así la batalla en contra de la mortal cirrosis hepática. Continuando con ésta exposición del alpiste y sus beneficios, está el hecho de ser el mejor remedio en contra de la hipertensión y obesidad, al eliminar la grasa en venas y arterias y mejorar la consistencia muscular en todo el cuerpo. Para mejores resultados, en ésta dieta del alpiste para bajar de peso, al consumir alpiste en ayunas o antes de acostarte no lo combines con fruta.
 
COMO HACER LECHE DE ALPISTE
Para 1 litro: unas 6 cucharadas de semillas de alpiste (para variar la consistencia, simplemente agregar o quitar semillas)
 
1 litro de Agua
1)Remojar en agua las semillas durante unas 8 horas. El remojo las activa y duplican el contenido de minerales incluido por supuesto el calcio.
2) Tirar el agua y colocar las semillas en la licuadora, agregar el litro de agua, y opcionalmente el aceite, el endulzante y la vainilla. Licuarlo bien, asegurándose de que hayan quedado bien desechas (cuando no se oye más sonidos de “crick” ya está).
3) Colarlo en un colador fino.
 
CONTRAINDICACIONES
En general no hay efectos negativos en el consumo de alpiste, sin embargo, en caso de llegar a ingerirse en exceso, algunas de sus propiedades ventajosas pueden llegar a ser contraproducentes:
 
◾ Al ser un diurético natural, puede producir una baja excesiva en el contenido de sales del cuerpo, lo cual sería dañino para el sistema nervioso, que en otras palabras causaría una sensación general de cansancio y dolores de cabeza.
◾ Fuera de lo anterior, no existe ningún problema con el consumo regular y moderado de la semilla de alpiste. Debes evitar consumir azúcar refinada, que eliminará los efectos benéficos del alpiste.
 
NOTA ADICIONAL E IMPORTANTE:
El alpiste tradicional, el que consumen las aves, no es el mismo alpiste apropiado para el consumo humano. Este alpiste tiene unos pequeños pelillos de silica que pueden causar cáncer en el esófago, naríz y boca. El alpiste para consumo humano es un variedad sin pelos llamada (glabrous), y si es apto para consumo humano.
 
Fuentes:
La Casa del Alpiste
Barcelona Alternativa

domingo, 2 de noviembre de 2014


LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
Caminando junto con ellos
Por el P. Clemente Sobrado

Marcos  15,  33 - 39:

Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: “Eloí, Eloí, ¿lama sabactaní?”, - que quiere decir - “¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?” Al oír esto algunos de los presentes decían: “Mira, llama a Elías.” Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: “Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.” Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró. Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo. Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.”

Reflexión

Ayer celebrábamos la Fiesta de todos los Santos y hoy celebramos a todos aquellos que nos han precedido a la Casa del Padre. Yo diría que es una misma fiesta, sólo que vista desde dos ángulos de vista. Al fin y al cabo, los santos son aquellos que se nos han adelantado y han llegado antes que nosotros a la casa del Padre. Todos ellos han tenido que pasar por la misma puerta: la puerta de la muerte.

Yo no sé por qué la gente tiene tanta devoción a los cementerios, hasta es posible que ayer muchos haya dejado de ir a Misa por visitar los cementerios. Creo que a nosotros nos pasa lo que a las piadosas mujeres y a los discípulos el día de la Pascua: de madrugada van al sepulcro. Pero ellos se llevaron una gran lección: lo encontraron vacío, entonces los mismos ángeles les preguntan: ¿A quién buscáis? ¿A quién iban a buscar? Pues a Jesús el Crucificado, el que había muerto en la Cruz. ¡No está aquí! ¡Ha resucitado! ¡Está vivo!

Esta también debiera ser la pregunta que la gente se debiera hacer. ¿Por qué buscamos aquí en el cementerio a quienes ya están vivos en la casa de Papá Dios?

Jesús habló relativamente poco de la muerte. Por eso hoy, la liturgia puede elegir una serie de textos, todos ellos hacen referencia indirecta a la muerte. La única palabra bien dicha sobre la muerte no es la que se escribió, sino la que se vivió: la muerte de Jesús. Él también pasó por esa experiencia dolorosa de la muerte, pero no para quedarse muerto, sino para abrir la puerta de la verdadera vida. Si hemos de ver nuestra vida a la luz de la vida de Jesús, también tendremos que ver nuestra muerte a la luz de la muerte de Jesús. Nadie vivió tan hondamente la vida como Él, pero tampoco nadie vivió con tanta intensidad la muerte como Él.

Fuente: La Iglesia que camina
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