MARISTAS BOYS 78

 

JESÚS, EL QUE LO SIGA, SE SALVARÁ

"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna"

Por el P. Clemente Sobrado

 

San Juan 3, 11- 16:

"En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. i al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna."

Reflexión

Hola amigos: En el Perú celebramos hoy la fiesta del Señor de los Milagros. Es posible que para estas horas miles de hombres, mujeres, jóvenes y ancianos estén acompañándolo en la procesión y nuestras calles estén oliendo a incienso y todos cantando con el corazón hecho voz: "Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión..."

El Señor de los Milagros es el mejor símbolo de nuestra piedad popular. Es posible que cada uno esté en esa larga procesión con los corazones en las manos, con sus problemas y necesidades, con sus alegrías y tristezas.

Le llamamos "Señor de los Milagros". Puede que muchos busquen el milagro de su salud, otros el milagro de un trabajo, o el milagro de la solución a un problema.

Sin embargo, el mayor milagro, si os fijáis en la imagen es el Milagro del amor y que el Evangelio refleja muy bien cuando el mismo Jesús dice: "Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna."

Necesitamos de la salud, pero más necesitamos del amor.

Necesita de un trabajo, pero más necesitamos del amor.

Se puede vivir como enfermo del cuerpo, pero no es vida vivir enfermo del corazón que no ama.

Se puede vivir con mayores limitaciones, pero no podemos vivir sin amarnos.

Hasta es posible que si descubriésemos de verdad el amor que Dios nos tiene y que nosotros debiéramos tenernos, las cosas cambiarían ciertamente entre nosotros.

Que cada uno le pida lo que su corazón ansía. Aunque todos debiéramos pedirle que hoy nos haga el milagro del amor. No olvidemos, y mirémosle bien, que la imagen del Señor de los Milagros es Jesús crucificado.

Fuente
La Iglesia que camina