viernes, 16 de octubre de 2015

Los Maristas Boys en Huancavelica


VIAJE A HUAYTARÁ - HUANCAVELICA
Nuestro viaje anual 2015
Por Mario Dominguez​



Si hay algo que caracteriza a los Maristas Boys, a parte de la buena amistad cultivada por más de tres décadas, son los ya legendarios viajes anuales que, a lo largo de estos años, nos hace recorrer y reconocer in situ la piel de nuestro querido país por costa, sierra y selva y esta vez, el pasado 28 de agosto, le tocó el turno a Huaytará en la serranía de Huancavelica.

Partimos el viernes 28 a las 11:30 pm. desde el ya famoso Aquarium que es el frontis de la casa de nuestro recordado amigo Martín, que hace poco nos dejó para irse en un viaje sin retorno por mejores lares; este lugar de encuentro elegido por los Maristas Boys no es casual ni fortuito sino en merecido homenaje a Pulpín, conspicuo miembro de los Maristas Boys y mejor y entrañable amigo; es la mejor forma de siempre tenerlo presente en nuestras aventuras; es así que fuimos llegando al punto y emprendimos el camino convencidos que Martín era el número 13 porque también viajaba con nosotros.


La camioneta Van de nuestro amigo y también Marista Boys Osquitar Navarro fue la nave encargada de trasladarnos en esta ocasión, fuimos 12 quienes nos hicimos presentes: Oscar Navarro (Cachito y choher de la expedición), Tomás Uribe (Buhito), César Velasco (Cessi), César Cárdenas (Paco), Julián Antezana (Memín), Daniel Zevallos (Moroco), Miguel Contreras (Pulgarcito), Humberto Barreto (Homero), Carlos Rodríguez (Alipio), yo Mario Domínguez (Rocco) y el siempre presente Martín (Pulpín); en su carro viajaba Percy (Orejitas) porque de ahí se iría a su chamba en Nazca y la primera parada sería en la casa de retiro de Juanito Borea (Boliche) en San Bartolo a quien recogimos pasada la 1 am. del sábado 29.

Antes de las 6 am. llegamos a Huaytará, acogedor pueblo del Dpto. de Huancavelica a 2,700 msnm., desayunamos a eso de las 8:30 y luego nos acomodamos en el Hotel previamente reservado donde dejamos nuestros equipajes; hasta aquí todo estaba tranquilo y sin mayor novedad que la belleza de nuestra serranía.

A eso de las 11 comenzó la trepada hasta llegar al Complejo Arqueológico Incawasi de Huaytará a más de 3,600 msnm, es en este trayecto que los efectos de la altura y la condición sedentaria de citadinos comenzaron a hacerse evidentes y los primeros estragos empezaron a asomarse y a perfilarse las primeras bajas; un indicador de este desenlace era Memín que mostraba paulatinos cambios conductuales y somáticos; por ejemplo, de un momento a otro se apagó, dejó de hablar y de contar chistes blancos y de vacilar a la gente para ensimismarse en un triste mutismo haciéndose notorio un cambio en la pigmentación de su rostro que iba adquiriendo un pantanoso matiz gris verdoso que nada bueno auguraba; aun así llegamos al destino previsto y Juanito nos aplicó una buena caminata entre unas lomas hasta llegar al complejo arqueológico; hay que decirlo, Memín siguió estoicamente la ruta y estuvo entre los que llegamos a las ruinas incaicas, algunos como Cessi y Humberto ante la falta de oxígeno prefirieron quedarse a medio camino y esperarnos cerca a la movilidad; otro detalle a destacar fue el aguante digestivo de Buhito, todos nos medimos y tomamos un conservador desayuno para no recargar el estómago previendo los estragos de la altura y la caminata, todos menos Tomás que se empujó 4 panes con queso, jugo de papaya, café y una trucha frita al plato con arroz y a la hora de la verdad acompañó la caminata en altura sin ningún contratiempo, mis respetos Buhito.

De ahí seguimos subiendo hasta las lagunas de Oclococha y Choclococha a 4,800 msnm; este trayecto fue el más crítico, Memín en este tramo ya parecía personaje de “Walking Dead” y se movía por inercia, su complejo B, su brazalete mágico y sus pastillas de chiquitolina reultaron obsoletos e hicieron agua, la suerte estaba echada, por otro lado, quien emborrona estas líneas o sea yo, Rocco, también comencé a sufrir los estragos del soroche con una fuerte indisposición estomacal que resolví en la primera parada con baño que encontramos, fueron 10 o 15 minutos críticos pero suficientes para que me bulleen con el sanbenito de que el mito y la leyenda de que yo era de piedra y nada me podía pasar había llegado a su fin, y, aunque el malestar sólo fue durante un breve lapso, quedé estigmatizado durante todo el viaje a pesar que bajé a las lagunas y retorné sin mayor novedad, para la próxima creo que volveré a darme otra carrerita por la puna.

Regresamos a Huaytará por la noche a la hora de cenar y luego al hotel a descansar, algunos de nosotros (Oscar, Percy, Daniel, Julián, Carlos, César, Miguel y yo) nos quedamos hasta la medianoche en la Plaza de Armas tomando unos rones y observando las festividades del día de Santa Rosa y la Policía con Castillo y Patasca incluido. Al día siguiente, temprano, visitamos la Iglesia de Huaytará muy similar al Qoricancha cusqueño ya que la Iglesia católica fue construida sobre la base de piedra de un Templo Inca y de ahí subimos al mirador para contemplar por última vez el paisaje panorámico del pueblo de Huaytará.

Luego de desayunar comenzaría la retirada y enrumbamos hacia Pisco, primero pasamos por el pueblito de Huancana donde se elaboran los mejores alfajores del Perú y luego llegamos al Complejo Arqueológico Tambo Colorado donde empieza el Qhapaq Ñan (Camino del Inca) y sede de un impresionante centro ceremonial con amplias estructuras arquitectónicas distribuidas en varios niveles que dan cuenta de la vitalidad social del mundo incaico, sin embargo, pudimos constatar también el impresionante descuido de semejante patrimonio histórico y cultural por parte de las autoridades del Estado que lo tiene casi en abandono. Por la tarde ya terminando la jornada pasamos por el santuario de la Beatita de Humay en Chincha y de ahí a almorzar opíparamente en la picantería “El Nilo” con su plato de bandera “Sopa Seca con Chicharrón de Cerdo” asentado con unas cuantas cervecitas, a partir de este momento nos despedimos de nuestro amigo Percy quien enrumbó hacia su centro de trabajo en Nazca y nosotros en la Van de Osquítar hacia San Juan, con la promesa de continuar la aventura el próximo año esta vez hacia la Amazonía para reafirmar y seguir consolidando los lazos de amistad que nos hermanan. Gracias por la compañía Martín ¡Hasta siempre!

ROCCO







1 comentario:

  1. "Todo lo sólido se desvanece en el aire". Ay Mario!! El mito de la mole indestructible término siendo una leyenda urbana...

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