La Tierra produce lo suficiente para todos. Sin embargo son tantos los que adormecen y despiertan con hambre... Separados por el abismo, dos mundos diferentes: A un lado, nuestro mundo, el de los bendecidos por el destino; al otro, el triste mundo de la gran mayoría de excluídos, olvidados, ignorados por el destino...
Entretanto la mayoría prefiere ignorar lo que ocurre al otro lado del abismo, existen, incluso, aquellos que ven más allá, se preocupan e intentan construir puentes. Y una de esas personas se llama Angelina Jolie. ¿Qué lleva a una joven actriz a abdicar de todo confort y viajar por medio mundo para aliviar con su abrazo un corazón entristecido...? Hace siete años involucrada en trabajos humanitarios, Angelina Jolie cuenta que durante los dos primeros años lloraba continuamente durante los viajes.
Hoy dice que aprendió a controlar mejor el sentimiento de desespero ante tamaña miseria y que busca medios de viabilizar una solución para tantos problemas encontrados. Como embajadora de buena voluntad de las Naciones Unidas ha recorrido decenas de países: Chad, Costa Rica, India, Pakistán, Líbano, Sudán, Thailandia, Sri Lanka, Tanzania, Ecuador, Namibia, Camboya, Sierra Leona, entre otros. La primera persona en ser galardonada con el título de “Ciudadana del Mundo”, otorgado por las Naciones Unidas.
Angelina Jolie fue elegida por la revista Time como la segunda mujer más influyente del globo. Además de prestar su imagen y donar su tiempo y dinero a refugiados y huérfanos, procura llevar la realidad que vivencia en sus viajes hasta los líderes mundiales y gobernantes de los países ricos, proponiendo soluciones y exigiendo acciones. Según el reportaje de la revista Time dona un tercio de sus ganancias en pro de causas humanitarias.
Llama la atención del mundo hacia las causas humanitarias, involucrándose intensamente en cada proyecto, también tiene sus riesgos. Mientras visitaba Angola junto con Unicef, después de la guerra en el 2002, contrajo gravemente la malaria, llegando casi a perder la audición. Por entonces, al comentar el episodio en una entrevista, afirmó: “Existen algunos riesgos que son dignos de ser asumidos, aunque el miedo a los riesgos es inexcusable Tienes que defender aquello en lo que crees.”
En otra entrevista afirmaba que durante la adolescencia era un tanto rebelde y que no conseguía imaginarse formando una familia algún día. Añade que la oportunidad de colaborar para una causa más noble cambió completamente su manera de ver la vida. “Lo que he hecho me ha dado una nueva perspectiva y me ha llevado a descubrir otro mundo de dolor y de miedo. Ayudar al prójimo me conduce a una vida de significado”.
En cierta ocasión, entrevistada por un periodista sobre sus motivaciones humanitarias, contestaba: “Me gustaría que Maddox (su hijo adoptivo) me recordase no sólo como una actriz que actuó bien y que por eso ganó premios, sino también como alguien que se preocupó de los otros y que hizo, o que por lo menos intentó, que el mundo fuese un poco mejor para los demás”.
Una heroína con los ojos vueltos hacia el mundo real, que ella intenta mejorar con compasión y valor. Guerrera y frágil, la ambigua diva construye, con un viejo corazón maternal, una nueva familia multirracial. Los premios, el Oscar y el Globo de Oro que ya consiguió, las películas y los festivales...
Todo eso pasará... Sin embargo, el amor, la solidaridad, la generosidad y la compasión... Son estos los bienes eternos, que para siempre acompañarán a aquellos que los manifiestan...
Julia Escalante Ramírez
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