miércoles, 20 de enero de 2010


Desde hace más de un mes estoy frente a las costas de Rabat, capital de Marruecos en pleno continente africano. Sí, estoy fondeado por más de 40 días y 40 noches sin poder tener contacto con la gente , con ustedes amigos por medio de la internet. Si no tuviera hobbies o pasatiempos hace tiempo me hubiese colgado de una soga en la viga de mi camarote....Felizmente hace algunas semanas envié a Paco algunos artículos para que los publicara y espero les esté sirviendo de algo mi aporte... Entre mi trabajo y ocupaciones varias dentro de la embarcación me deleito con lecturas muy interesantes, entre ellas la historia de un inquietante investigador chino que trabaja en la Universidad de Navarra, España. Cuando estuve el año pasado por ahí leí algo muy interesante sobre su lucha contra el cáncer de hígado, dentro del CIMA ( Centro de Investigación médica aplicada de la Universidad de Navarra) y su estrecha relación con la fé católica que hace que mejore su trabajo científico. Que ahora se los comparto....

"GUANGHUA YANG, CONVERSO CHINO: “LA CIENCIA ADQUIERE SU SENTI DO PLENO CON LA FE"

"Guanghua Yang, investigador chino del CIMA de la Universidad de Navarra, recibió el bautismo el pasado 12 de septiembre. En el CIMA, un centro de investigación científica puntera, descubrió que ciencia y fe se complementan. Este es el relato de su “descubrimiento”.

“Cuando llegué a Pamplona para comenzar el doctorado no profesaba ninguna religión, sólo pensaba en trabajar y ser el mejor en mi especialidad. Aquí he comprendido que esto no es suficiente y que la ciencia adquiere su sentido más pleno con la fe”, explica Guanghua Yang. Este investigador chino de la provincia de Anhui llegó en 2002 al área de Terapia Génica y Hepatología del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra para realizar el doctorado. Con 26 años, y tras finalizar su estancia en el CIMA, ha decidido celebrar su bautismo el 12 de septiembre, ocho días después de la defensa de su tesis. “Donde vivía en China los niños no reciben educación religiosa. Ha sido aquí, gracias a la ayuda de mis amigos católicos, con quienes he mantenido charlas muy interesantes, cuando he comprendido que nuestra existencia va mucho más allá de lo meramente material”.

Su personalidad ya no es la misma desde que tomó contacto con la fe cristiana: “Mi abuelo murió de cáncer. Este hecho traumático me llevó a dedicarme a la investigación sobre esta enfermedad, para lo que vine a Pamplona tras graduarme en la Shanghai Fisheries University, en China”. Su objetivo entonces consistía sólo en ser el número uno, de modo que trabajaba horas y horas sin descanso “hasta que mis compañeros del CIMA me enseñaron que un ambiente laboral exigente y humano era posible”.

SU LUCHA CONTRA EL CÁNCER DE HIGADO

La base de su tesis doctoral, defendida el pasado 4 de septiembre, consiste en la síntesis de una molécula o vector viral que mejora los actuales tratamientos contra el cáncer de hígado al facilitar el transporte, al interior del cuerpo humano, de proteínas anticancerígenas.“En un curso que realicé en París en 2004 supe que sólo 15 personas en el mundo trabajamos con esta técnica, y yo soy el único chino”.

El catecúmeno acompañado por su padrino.“Precisamente en mi país, miles de personas mueren al año por esta causa y ahora mi postura católica me empuja a regresar allí para tratar de luchar contra ella”.Dos días después de su bautismo se marchará a la ciudad de Shanghai, donde empezará el posdoctorado en la misma especialidad. También allí podrá cuidar a sus padres, que residen cerca. “Antes no le daba tanta importancia a la familia, ni a la relación con los demás”. La religión le ha hecho entender, según explica, la importancia de dar y recibir. Por eso le gustaría exportar a su país las pautas de trabajo de la Universidad de Navarra, “donde se dispone de medios, se contagia la alegría de hacer lo que nos gusta y se obtienen resultados”, concluye."

Ustedes conocen de mi preocupación incansable por el medio ambiente. Creo que la ciencia y la religión deben de integrarse y hacer un frente al inminente deterioro del ecosistema y del mundo en general. La solución al problema del medioambiente es un tema crucial del siglo XXI. Por eso, Edward Osborne Wilson *, comprometido con la causa, ha escrito su nuevo libro con el formato de una serie de cartas escritas a un imaginario pastor de la iglesia baptista. Las creencias en la Creación o en la teoría de la evolución deben dejarse de lado en pos de una colaboración a favor del futuro del planeta.

La inquietud por el medioambiente y la necesidad religiosa de salvar la Tierra han sido puestos en común en diversas ocasiones. El año pasado, por ejemplo, en el seminario sobre religión y ecología que cada año auspicia la Universidad de Harvard, se habló de las respuestas que las religiones del mundo dan al declive medioambiental terrestre, y a la demora de dichas respuestas hacia los problemas medioambientales. Se planteó que las religiones, como formadoras de la cultura, pueden aportar inestimables replanteamientos a las cuestiones actuales. Habiendo desarrollado éticas referentes al asesinato, el suicidio o el genocidio, el siguiente reto sería plantear la ética contra la devastación biológica y ecológica a manos del hombre.

(*) Es un distinguido entomólogo y biólogo conocido por su trabajo en evolución y sociobiología. Profesor de la universidad de Harvard, y ganador en dos ocasiones del Premio Pulitzer por sus obras On Human Nature (1978) y The Ants, acaba además de sacar un libro titulado “The Creation: An Appeal to Save Life on Earth" (La Creación: Llamamiento a la Salvación de la Vida en la Tierra), con el que intenta “reclutar” a gente religiosa para que se implique en la recuperación y cuidado del medioambiente.
Desde altamar
Humberto Barreto García

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