sábado, 23 de enero de 2010

VUELEN JUNTOS…PERO JAMÁS ATADOS

Esta es una historia recogida de la tradición oral del pueblo Sioux perteneciente a la etnia Lacota, pueblo autóctono de las estepas de América del Norte que sufrió los embates de “civilización” occidental hasta llevarlos a su casi exterminio , pero que demostrando una tenaz resistencia cultural se han negado tercamente a desaparecer aunque aislados en “modernas” reservaciones (mejor llamémoslos ghetos) de gringolandia, no vaya a ser que se contaminen a la “aldea global” con perniciosas ideas libertarias. La antigüedad de este relato se pierde en aquellos tiempos cuando no existía lápiz ni papel, menos aún computadora con veloz procesador matemático y amplio disco duro; lo que si existía era el espíritu libre del ser humano corriendo en la inmensidad de las verdes praderas y trepando hacia lo alto de agrestes montañas.

“EL AMOR Y LA LIBERTAD

Un buen día se acercaron a la tienda del consejero mayor (el mas anciano y sabio de la tribu), eran dos jóvenes, casi niños, tomados de la mano, el mozalbete era Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y la jovencita era Nube Azul, hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.

- Nos amamos…-dijo el joven.
- Y queremos casarnos- completó ella.
Hubo un momento de silencio y Toro Bravo agregó:- Sin embargo, a pesar de queremos tanto tenemos temor…por eso hemos venido para que con tu sabiduría nos entregues un hechizo, un conjuro, o un talismán…algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos…que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta el final de nuestros días. Por favor- repitieron a coro- ¿Qué nos puedes dar?

El anciano los miró y al verlos tan jóvenes… tan enamorados… tan anhelantes a la espera de su palabra…retrocedió en su mente a los años de su propia juventud y sonriendo les dijo:- Hay una forma, pero no sé…es una tarea muy difícil y demanda mucho sacrificio…
- Nada será demasiado, estamos dispuestos a cualquier sacrificio, contestaron los muchachos.Nube Azul-dijo el anciano- ¿ves aquella montaña al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos…Deberás cazar al águila más hermosa que en ella habita, deberás atraparla sin hacerle daño y traerla aquí con vida el tercer día después de luna llena…¿has entendido?
-Y tú, Toro Bravo… deberás hacer lo mismo pero en la montaña del trueno que está al sur…cuando llegues a la cima, encontrarás la más bravía de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, sin daño alguno el mismo día que vendrá Nube Azul…
Ambos se miraron y al unísono contestaron: - Lo haremos.


Entonces no pierdan tiempo y… ¡Salgan ahora!
Los jóvenes se abrazaron y partieron cada uno a cumplir la misión encomendada…ella hacia el norte y él hacia el sur.

El día establecido, frente a la tienda del anciano, los dos jóvenes agotados y con varios rasguños, esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas.El consejero mayor les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas…eran verdaderamente hermosos ejemplares…- Y ahora ¿qué haremos?…-preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?-No.- ¿Los abriremos y comeremos sus corazones?- propuso la joven.- No, volvió a repetir el anciano.
Ahora harán lo siguiente: tomen las aves y atenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero…cuando las hayan anudado, suéltenlas.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía, amarraron a las aves por las patas y las soltaron; de inmediato ambas águilas intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso.

Unos minutos después, irritadas por la incapacidad que provocaba su atadura, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
Antes de que se hicieran mas daño, el anciano las cubrió con una manta y dijo:
Ahora desátenle las patas anudadas y retírenle la manta.
Así lo hicieron, desataron a las aves y cuando las descubrieron las águilas sacudieron sus alas y juntas se elevaron por los aires hasta desaparecer en
las alturas.
Este es el conjuro que pidieron. Jamás olviden lo que han visto…Son ustedes como las águilas, si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose…sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro, si rompen las ataduras del egoísmo estarán siempre juntos. Recuerden, si quieren que el amor entre ustedes perdure: Vuelen juntos…pero jamás atados, por que el amor no es cadena que esclaviza sino fuerza que libera."

Mario Domínguez Olaya

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas, déjanos tu comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL PERÚ