EFECTO DE LA VERDAD EN LOS DISCÍPULOS
"Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios."
Por el P. Clemente Sobrado
San Juan 6, 60 - 69:
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: "Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?" Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: "¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?""El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.""Pero hay entre vosotros algunos que no creen." Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: "Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre." Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: "¿También vosotros queréis marcharos?"
Le respondió Simón Pedro: "Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios."
Reflexión
Seguimos con el capítulo seis de Juan. Un capítulo que, si no me equivoco, nos ha dado tela para cinco o seis domingos. No se preocupen que el próximo domingo volveremos a la lectura de Marcos.
El texto de hoy sigue siendo un texto que a muchos desconcertó y que también es posible nos siga desconcertando a muchos. Vamos a destacar tres o cuatro rasgos significativos que, personalmente, me parecen de suma actualidad.
El primero: Muchos de los que le seguían sentían que el modo de hablar era duro. Es que Jesús no era de esos que engrasaban el Evangelio suavizándolo para ganarse adeptos. Las rebajas están bien para la competencia y ventas de los centros comerciales, pero no para vender más barato el Evangelio.
El segundo: Jesús era consciente y sabía que muchos de los que le seguían no creían en Él, incluso era consciente de que en el grupo estaba el que luego le traicionaría. Jesús no es de los que echa fuera a los malos, les sigue dando oportunidades, aunque luego Él mismo tenga que pagar las consecuencias de ser vendido y traicionado.
El tercero: En ese momento muchos discípulos s echaron atrás y lo abandonaron. No los retuvo poniéndole pañitos calientes al Evangelio. Con la misma libertad que comenzaron a seguirle, se fueron.
El cuarto: Jesús aprovecha la oportunidad para poner a sus Doce entre la espada y la pared, abiertamente les dice si también ellos quieren irse. Un momento de crisis expuesto a quedarse solo, pero también es el momento en que Pedro en nombre del grupo da la cara y confiesa: "A quién iremos su tú tienes palabras de vida eterna."
Cuando situaciones que hoy tendríamos que hacernos muchos que nos llamamos cristianos.
Fuente
La Iglesia que camina
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