CIERRE DE CELEBRACIONES POR LAS BODAS DE CORAL
Una velada llena de confraternidad, música y diversión
Este último fin de semana, la noche del sábado 21 de diciembre, tuvimos la dicha de compartir desde temprano de con los amigos de toda la vida, aquellos que crecieron con nosotros y que marcaron un lugar bien definido en nuestra etapa escolar. Ahora después de 35 años de haber salido de las aulas, ya con la madurez a cuestas y con los años que nos han dado responsabilidades y sabiduría, contemplamos el actual escenario de nuestras vidas: unos casados con hijos, otros abuelos ya, y alguno que otro soltero todavía.
Aquí no importa si somos o no profesionales de éxito, si tenemos una gran cuenta en el banco, si no tenemos trabajo o no nos va tan bien, lo que si es rescatable es que, todos, si, todos compartimos la alegría de vernos nuevamente. Muchos después de años, otros haciendo votos y reafirmando el cariño más frecuentemente. Es aquí que sobran las tristezas, los problemas, la rutina, solo existe el espacio para la sincera amistad.
Y esto que repetimos muy seguido, no es un cliché, ni son palabras sin fondo y dichas por cumplir. Por el contrario, traduce el verdadero sentir como promoción de ex alumnos maristas que desde hace mucho se junta y cada día trasciende.
Fuimos de la idea desde un principio, realizar este reencuentro en la casa de alguno de nosotros, con el claro fin de que participen la mayor cantidad de nosotros, y a sí fue. Al final superamos las expectativas y fue un total éxito. La directiva de la promoción se sintió muy halagada de contar con la disponibilidad de algunos. Tal es el caso de Toño Pretell, que desde un principio no vaciló en ofrecernos su casa para efectuar dicha reunión. Martín, Paco y Humberto, encargados del "combate" que dicho sea de paso, estuvo para repetir (y así lo hicieron varios de nosotros) Tuvimos la oportunidad de ver algunos videos musicales de todos los tiempos en un televisor de 50 pulgadas, durante la primera parte de la jornada. Milton y su gran talento musical acompañó la velada, con su arte y con el buen acompañamiento en la percusión de Ernesto Sandoval, con una excelente selección de temas que incluían piezas de rock, boleros, tropical, música cubana y nuestra infaltable música peruana, que hizo bailar a más de uno, sin importarles que no es muy común el hacerlo entre varones.
Satisfechos de la jornada, cansados pero muy contentos de haber celebrado como debe ser la amistad que nos profesamos, nos sorprendió los primeros rayos solares de la mañana. Hicimos votos de vernos nuevamente y reunirnos con los que han llegado del extranjero, como es el caso de César Romero.
Aprovechamos de esta oportunidad para desearles a todos los Maristas Boys 78 del mundo, un exitoso, feliz y bendecido 2014, esperando que la renovación de nuestra amistad sea más frecuente.
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