MARISTAS BOYS 78

"ME HABRÁS NEGADO TRES VECES...."

"Antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces", le dijo hace dos milenios Jesús al apóstol San Pedro en la Última Cena. Y así ocurrió, según los Evangelios, y en 1980 sucedió algo similar con dos personajes de nuestra promo. Para no levantar mucho polvo y publicidad los aludidos protagonistas serán referidos por sus "chapas" que por cierto son muy populares en nuestro entorno.

Como recordarán existían a finales de los setentas un medio de transporte público que surcaba las calles de medio Lima para movilizar a todo el "populorum" hacia la capital. Estos omnibuses se les conocía con el nombre de Íkarus y era una marca húngara de buses que la Municipalidad de Lima tenía a cargo (ENATRU PERU) *. Pintados de color amarillo, estos buses acoplados tenían sus paraderos finales en diferentes zonas populosas de Lima, lo que se llamó "los conos". San Juan tenía una de las sedes -aquí fue donde también trabajó Humberto Barreto alguna vez- Algo similar se piensa hacer con el llamado "Metropolitano" pero remasterizado, un proyecto que de seguro no servirá para nada, ya que Lima ha crecido y Castañeda no se ha dado cuenta. Proyectos de antaño como el "Tren eléctrico" del anterior gobierno de Alan García", junto con éste, hacen de los limeños, unos ciudadanos frustados por no tener hasta ahora en pleno siglo XXI un "metro" construído responsablemente.

Bueno, pero por qué hablo de los Ikarus? ...es que durante aquellos tiempos se desarrolló una anécdota entre dos ex condiscípulos de Pablo VI, justamente en el paradero de estos vehículos, además siempre es bueno algo de historia no? Resulta que esta anécdota me la contó uno de los protagonistas hace años. Martín Pulpín me lo hizo recordar hace algunos días, y antes que la mente me traicione, lo "vomitaré" de inmediato.

Gustavo Coqueta salía de sus estudios siempre a la misma hora, tenía que tomar su carro en la Avenida Roosevelt, aquella arteria que cruza el archiconocido Jirón Lampa -muy transitado por mí durante los ochentas- Como recordarán en esta avenida era punto fijo para que muchos san juaninos nos encontráramos a diario por diversas razones; casi la mayoría de la promoción estudiaba algo.

Un día Gustavo llega corriendo al paradero, ya que tenía que hacer múltiples cosas y era tarde para él. Antes de llegar, en pleno cruce piensa: "Ojala encuentre a alguien conocido en la cola para tomar el ikarus al toque..", ya llegando al punto donde empezaba la larga cola, observa a un conocido suyo...más aún su pata del alma...su amigo, compañero de estudios muy querido y cómplice de imnumerables travesuras y anécdotas. Se trataba de Carlos Elvis "Pitita". "Que bien...me salvé! allí está "Pitita"...voy a pasarle la voz..!" -dijo Gustavo alegremente.

Ya en la fila Gustavo se aproxima a Carlos Elvis y lo aborda.... "Hola hermano que gusto me da verte..!" Este lo ve y sigue abrazado a su chica, hablándole al oído. Sorprendido de lo ocurrido vuelve al ataque y esbozando una amigable sonrisa le vuelve a decir: "Que te pasa Pitita, no te acuerdas quien soy ?" Nuevamente con la mirada fría y algo sorprendido lo ignora por completo. Su enamorada sorprendida veía como Carlos olímpicamente "choteaba" al pobre Gustavo por segunda vez. Mas colorado que camarón hervido Gustavo, haciendo un último esfuerzo y dejando de lado todo su orgullo y dignidad en aras de la amistad marista, insiste nuevamente: "No te acuerdas, soy Gustavo, estudiamos juntos en el Maristas de San Juan, te sentabas cerca a mí....qué te pasa hermano, haz perdido la memoria?" En ese momento muy mortificado Carlos Elvis lo barre con la mirada y muy incómodo le dá la espalda por tercera vez. Ya era mucho roche acumulado, la gente de alrededor se reía y algunos sentían verguenza ajena ante tal situación. A Gustavito no le quedó otra cosa que bajar la cabeza e irse al final de la fila, quedando muy sorprendido con lo sucedido. Hasta ese momento él tenía una idea muy sólida de quienes eran sus amigos y de lo que significa la amistad, y ese día fue "el día quiebre" de ese concepto.

Realmente hasta ahora nadie sabe lo que pasó. Cuando Gustavo, años después le hizo recordar aquel trago amargo que tuvo que soportar de parte de él, éste le hizo mención que no se acordaba de nada, que nunca sucedió, que se lo imaginó y que siempre ha sido y será su amigo.

Se tejen muchas especulaciones al respecto. "El amor embrutece", no digo que es malo sino que nos vuelve imbéciles sobre todo si estamos "templadazos" , practicamente es un axioma. A Pitita se le conoce solo ese gran amor y ahora es su esposa y madre de su hijos. Es muy posible que el sindrome de la estupidez haya experimentado Carlitos en ese momento y no se si le dure hasta ahora, pero lo cierto es que pudo estar bajo los efectos de las feromonas, endorfinas y demás sustancias que nos vuelven seres casi "zombies" sobre todo cuandos estamos acompañados con la mujer que nos quita el sueño. Otra posibilidad es que haya estado con "frecuencia latina", tambien llamado en el argot tramposo como "Canal dos" o "la otra" y se sintió descubierto creyendo que todos le conocían a la chica "titular". Otra posibilidad sería que sentía roche o verguenza por Gustavo, no sé si por lo coqueto, hablador, risueño o quien sabe qué. Sin embargo existe otra razón, y es que como estaba muy cerca y era uno de los primeros en la fila, por consideración al resto de la gente, negó a su amigo para no cederle el lugar y no hacerle el favor de subir antes y no ganarse la pifia de los que venían detrás. Todo pudo pasar por la cabeza de Carlitos Elvis, hasta el sentir roche por su amada, la verdad no sé que decir, ya que unos meses después él mismo (sí, Carlitos Elvis) me presentó a su novia justamente dentro del mismo bus. En la zona denominada "rotonda del Ikarus" aquella que coincidía con el acople de los ambientes del bus, allí el popular Pitita me presentó con mucho orgullo a su enamorada diciéndome "Hola Paco, cómo estás?...qué haces?" segundos más tarde "Te presento a mi hembrita...!" "Mi hembrita?" pensé, su chica debe ser muy superada para admitir tal apelativo como modo de presentación. Al final pudo ser el estilo de Carlitos para presentar a sus chicas. Conversamos unos cuantos minutos de cosas del momento, de la gente de la promo, de lo que hacíamos. Yo regresaba de la universidad hasta mi casa en San Juan y me despedí de ellos muy cordialmente ya que los dos bajarían en el paredero conocido con el nombre de La Bolichera en Surco.

Dos situaciones distintas y las mismas personas involucradas. Gustavo no tiene fama de ser cuentero y mentiroso, así que le creo. Lo que resulta sorprendente es que los mismos protagonistas hicieran exactamente todo lo contrario cuando se encontraron conmigo. Creo que ni el mismo Jesucristo hubiera podido soportar aquella magna negación si Pedro se hubiera mandado con tal rollo -salvando distancias, claro está. A Dios gracias Gustavo superó esto como muchas cosas que le suceden en la vida. Él está hecho -según sus propias palabras- de acero puro y todo lo supera...menos su apetito, y eso todos lo podemos comprobar.....

Reflexión

Muy aparte de la anécdota en sí entre Gustavo y Carlos, pongo sobre el tintero el problema de contaminación -entre otras cosas- que encierra la gran cantidad de vehículos automotrices muy antiguos, incluive he visto esos Ikarus de mi relato todavía andando por las pistas de Lima hasta hace algunos añitos. Contrario a otros países de la región, en el Perú circulan vehículos de transporte público con más de 30 años de antigüedad. Son más de 350 rutas las que cubren estos vehículos en la capital. La solución del actual caos del sistema de transporte pasa por el retiro de las unidades antiguas, las combis y coaster por vehículos de mayor capacidad. Actualmente, 20 mil de ellas deben ser retiradas. No es suficiente los negociados de "la revisión técnica" y la nueva placa de rodaje, hay mucho más por hacer.

Paco Cárdenas Linares

(*) Cómo no olvidar estos buses articulados que llegaron en el gobierno militar, y sus cuatro rutas (3, 3A, 4 y 5) que tenían sus paraderos a lo largo de toda la avenida Roosevelt. Para empezar me acuerdo de la línea 4 (Lima - Chorrillos) Su paradero era en la segunda cuadra de Roosevelt, al frente del edificio Roosevelt. Pasando Lampa en la tercera cuadra estaban los paraderos de la 5 (Via Expresa - San Juan) y la 3 (Via Expresa - Villa María). Y en la última cuadra de Roosevelt estaba el paradero de la 3A (Via Expresa - Surco - Villa María). En dos oportunidades anteriores en este espacio me he referido a este medio de transporte rápido que surcaba Lima y corría al centro de la Vía Expresa.