miércoles, 25 de noviembre de 2009

UN PALADÍN CONTRA EL CÁNCER
Consumamos más verduras

En las últimas décadas, no han hecho más que sucederse investigaciones biomédicas en distintas partes del mundo acerca de las propiedades anticancerígenas que se le atribuyen al BRÓCOLI. En algunos casos las investigaciones pretenden ir más allá de los beneficios para la salud que, ya nadie parece dudar, posee este vegetal y, por ejemplo, científicos de La Universaidad de Virginia (EEUU) pretenden averiguar cómo actúan los compuestos considerados anticáncerígenos que posee el brócoli para proteger al organismo de los tumores, sobre todo los de la próstata, pulmón, colon y estómago.

Cuando se habla de alimentos contra el cáncer, el brócoli ocupa un lugar privilegiado. Además previene el infarto y ayuda a adelgazar. Era un gran desconocido hasta hace poco, pero los últimos estudios han demostrado el papel que esta crucífera juega en la prevención de gran número de tumores. Si a esto añadimos que no engorda y que muy poca cantidad basta para obtener su efecto protector, no hay excusa para dejar de "hacerle el feo" y sin dudarlo, volverse adicto al brócoli o brécol como se le denomina en algunas partes.

Además, el brócoli encabeza la lista de los vegetales anticancerígenos. Constituye un alimento remineralizante, cuyo poder nutritivo reside en que son plantas bienales, es decir, que durante el primer año de vida almacenan nutrientes en sus hojas, tallos o raíces, y florecen o dan semillas durante el segundo, que es cuando se ingieren.

El brócoli o bróculi es de la familia de las crucíferas que se caracterizan porque sus flores tienen los pétalos en forma de cruz. Por lo que respecta a su aporte nutricional quizás resulte suficientemente significativo que algunos estudios la califiquen como “la hortaliza de mayor valor nutritivo por unidad de peso de producto comestible”. Mayormente compuesta de agua –casi un 80%- este vegetal es también muy generoso en vitaminas y minerales. Así, es una excelente fuente de vitamina C. Se considera que 200 gramos de esta hortaliza cubren con creces las necesidades mínimas diarias de esa vitamina ya que aporta 116 mg por cada 100 gramos de brócolil. Ración que sería también suficiente para satisfacer los requerimientos diarios de ácido fólico y niacina así como dos terceras partes de provitamina A en forma de betacaroteno. Asimismo contiene vitaminas B 1 , B 2 , B 6 y E. Cabe señalar que en el brócoli los betacarotenos –pigmentos naturales que el organismo transforma en vitamina A según sus necesidades- están enmascarados por la clorofila, el pigmento más abundante en esta verdura y que también le confiere importantes propiedades terapéuticas.

En cuanto a su contenido mineral destaca su riqueza en potasio y sus cantidades significativas de calcio, magnesio, manganeso, cobre, fósforo, zinc, hierro, selenio y azufre. El brócoli es rico en una serie de sustancias fitoquímicas cuyos potenciales efectos beneficiosos para la salud justifican el creciente interés científico por esta planta. Nos referimos, por ejemplo, a sus glucosinolatos, sustancias aromáticas contenidas en el brécol a las que se atribuyen efectos anticancerígenos además de la capacidad de eliminar microorganismos indeseables del cuerpo. Y cuando catabolizan dan lugar a otros compuestos bioactivos no menos interesantes como los indoles- que favorecen la desintoxicación del organismo ( se investiga su papel en la prevención del cáncer de mama y ovarios)- y los isotiocianatos -a los que se les considera los agentes quimiopreventivos más efectivos que se conocen y entre los que destaca el sulforafano, presente en grandes cantidades en el brócoli-. Asimismo, entre esos compuestos fitoquímicos contenidos en el brócoli destacan también varios bioflavonoides -entre ellos la quercetina , que actúa como antiinflamatorio y parece ralentizar el crecimiento de algunos tipos de cáncer-, carotenos -entre ellos la luteína , una sustancia abundante en el ojo humano que actúa como protector frente al desarrollo de cataratas y que además se ha relacionado con la disminución del riesgo de padecer trastornos cardiovasculares- y fibra -a la que también se atribuyen importantes propiedades terapéuticas como veremos más adelante-. Pero antes de analizar esas propiedades detengámonos un momento en el sulforafano , el compuesto que ha convertido al brócoli en una de las hortalizas más estudiadas por laboratorios de todo el mundo.

Antes los sorprendentes resultados de los más de 350 estudios publicados sobre esta sustancia han llevado a numerosos expertos a colocar al brócoli –y por extensión a las crucíferas- a la cabeza del listado de los vegetales considerados anticancerígenos. Y es que gracias a esos mismos trabajos de investigación se sabe que su capacidad para combatir el cáncer no se debe sólo a su capacidad para modular las enzimas de la fase I y II sino a que también tiene actividad antiinflamatoria, antibacteriana y antiviral además de inducir la apoptosis selectiva de las células cancerosas, inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos que puedan alimentar al tumor y provocar el paro del ciclo celular al evitar la división en las líneas celulares cancerígenas en cánceres de colon (algunas fuentes señalan que tomar unos 350 gramos de brécol fresco a la semana resulta muy eficaz para reducir el riesgo de padecerlo), próstata, vejiga, páncreas, mama, leucemia, etc.

Humberto Barreto García

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