jueves, 17 de diciembre de 2009

EL PELIGRO DE LA IMPUNIDAD Y DE LA POCA MEMORIA HISTÓRICA DEL PERÚ

La semana pasada el presidente García, en uso de sus facultades constitucionales, concedió el indulto al señor José Enrique Crousillat por razones humanitarias. La noticia podría parecer inocua para quienes eran muy niños o no habían nacido cuando sucedieron los hechos por los cuales este señor recibió pena de cárcel (y para muchos adultos, que comparten la trágicamente débil memoria política del país); por ello es necesario poner en blanco y negro algunos detalles de la época.

Crousillat era el dueño (por lo menos aparente) del canal América TV en la década de los 90; en esa época el plan de la dupla Fujimori - Montesinos era copar los medios de comunicación a fin de envilecer a la gran masa de la población peruana y presentarle un Perú mediático “ideal”. Para ello contaban con diversos operadores en los medios, la mayoría de ellos comprados con dinero sustraído ilegalmente al estado. En el caso de América TV había un “contrato” de venta de línea editorial por seis millones de dólares; trato reconocido públicamente por uno de los hijos del broadcaster, encausado por el mismo delito. Hay un “vladivideo” en el cual se puede observar a Montesinos poniendo sobre la mesa cerros de fajos de dólares como una parte del pago total.

Con el gobierno de Transición dirigido por Paniagua sucedió un acontecimiento inédito para la cultura política peruana: muchos de los delincuentes de alto vuelo fueron detenidos, enjuiciados y condenados; política que se siguió aunque con menor intensidad en el gobierno de Toledo, y que en el actual gobierno se ha prácticamente paralizado. Por primera vez no funcionaba el tradicional “borrón y cuenta nueva”, y muchos militares de alta graduación, políticos de alto nivel y aparentes “caballeros” de los negocios fueron a la cárcel. Esta ruptura de la impunidad ante el delito era una buena señal para la sociedad. En el caso que nos ocupa Crousillat huyó a la Argentina; tuvo que ser extraditado y tras un proceso judicial intachable se le dio ocho años de cárcel, y se le obligó a una reparación civil de 80 millones de soles.

No conocemos con exactitud el estado de salud del señor Crousillat; el que haya estado dos años en una clínica no nos dice mucho, pues esto ha sido usado como subterfugio en otras ocasiones. A lo mejor el indulto era necesario, pero tal vez hubiera sido mejor darle arresto domiciliario para que tenga todas las atenciones del caso, pero cumpliendo su condena. Nos preguntamos también si ha empezado a pagar su reparación civil, pues las noticias de otros oscuros personajes ya liberados es que no han cumplido con las sanciones económicas que se les impusieron.

Por ello vemos con preocupación este indulto, así como otros acontecimientos, como la suspensión del juicio por enriquecimiento ilícito a un General por la larga duración del juicio, suspensión a la que se aprestan a recurrir otros generales con el mismo proceso; porque podrían ser señales de una política de “olvido” de los delitos a cambio de votaciones en el parlamento y silencio ante actos oscuros. Esperamos estar equivocados por el bien del país, pero en todo caso es necesario que la ciudadanía tenga una actitud vigilante, parte de la cual es hacer memoria de lo vivido, para que no se repita.

Juan Borea Odría

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