viernes, 5 de marzo de 2010

KAREN CARPENTER: SUPERSTAR (UNA VOZ PARA NO OLVIDAR)

Si estuviera con nosotros hubiese cumplido el último martes 2 de marzo, 60 años de edad. Una voz como pocas que siempre admiré desde pequeño. Su frágil figura contrastaba con la fuerza de su voz que aunque grave sonaba dulce y ligera a la vez.

Karen Carpenter, tenía una voz blanca, casi pura y sobre la que ejercía un dominio admirable. Su hermano, Richard, hacía los arreglos musicales que armonizaban perfectamente con la voz y creaban un sonido distintivo, único. Karen nació en 2 de marzo de 1950 en la ciudad de New Heaven, estado de Connecticut. Fue la menor del matrimonio de Harold y Agnes Carpenter, que el 15 de octubre de 1946 había visto nacer a Richard, que ya a los tres años mostraba un marcado interés por la música.

Ella tenía una prodigiosa voz pero no era consciente de que la poseía. El talentoso de la familia Carpenter era Richard, tocaba el piano desde muy niño y era muy sensible de oído. Cuando Karen estudiaba en Downey High School, no le gustó la clase de geometría y mucho menos gimnasia, y para eximirse se inscribió en la banda de la escuela. Una vez en la banda recibió un glockenspiel. Inmediatamente se aburrió con este instrumento y apenas puso sus manos en la batería se enamoró de esta y no se separó jamás. Incluso su hermano Richard ha comentado que en el fondo de su corazón Karen no se consideraba una gran cantante -que sin duda lo era, poseía no solo excelente voz sino también un impecable dominio-, sino una baterista que podía cantar.

Un amigo que tocaba dicho instrumento, Frankie Chávez, ayudó a Karen con los rudimentos y pronto ella demostró sus habilidades en el manejo de las baquetas. En tanto, su hermano hizo amistad con un músico especialista en el bajo y la tuba, Wes Jacobs, con quien él y su hermana formaron el Trío de Richard Carpenter. La agrupación logró ser finalista del prestigioso concurso The Battle of the Bands, en el Hollywood Bowl, lo que le facilitó establecer contacto con una compañía disquera, para la cual grabó 11 pistas, pero el trato fue disuelto al no haber un lanzamiento comercial.

En 1966, Karen se dio cuenta que no sólo estaba dotada para la batería, sino también para el canto, por lo que fue contratada por un pequeño sello independiente, con el que grabó varios temas. Entre ellos sobresalen "Looking for love", "I"ll be yours" y "The parting of our ways"; sin embargo, sólo uno de éstos se lanzó, en el verano de ese año, con una edición de 500 copias, por lo que el éxito fue relativo. Los hermanos también fundaron los grupos Summerchimes y Spectrum, con los que se convirtieron en dúo, y decidieron grabar las voces ellos mismos, mediante el proceso de multi track. Tras algunos meses, el productor Herp Albert se interesó en ellos, y en 1969 los firmó con una empresa. Aquí es donde Alpert queda asombrado con la voz de Karen y junto con Burt Bacharach le entregan un tema y con unos arreglos sería interpretados por ellos. Esta canción resulta ser "(They Long to Be) Close to You". Influenciados por Les Paul y Mary Ford, así como por Spike Jones y Patti Page, los consanguíneos desarrollarían un estilo que más tarde los llevó a ser reconocidos mundialmente.

Cabe resaltar que Karen Carpenter no sólo tenía una voz privilegiada, sino también tocaba perfectamente la batería, siendo elegida por los lectores de Playboy Magazine en el año 1975 como la mejor baterista del año. De otro lado, En recientes años, artistas tan diversos como Madonna, K.D.Lang, Shania Twain, entre otros, la han citado como una influencia musical en sus carreras. "If I were a Carpenter" ("Si fuera un Carpenter"), es un disco tributo realizado por varias bandas alternativas que grabaron 'covers' de los Carpenters en homenaje a los hermanos.

The Carpenters: Una isla musical

Aunque se formaron en la década de los sesentas, The Carpenters lograron su consagración en los años setenta, justo en los años en los cuales reinaba en el ámbito musical mundial la sicodelia en los primeros años y después la música Disco. Eran considerados practicamente una "isla" entre tantos ritmos llenos de ritmos pegajosos , fuertes y muy rebeldes, muchos quizás inspirados por algo de marihuana y barbitúricos. Inclusive eran "usados" por el gobierno norteamericano para vender una imagen muy antagónica y distinta de lo que se vivía en los últimos años sesenta y comienzos de los setentas. The Carpenters fueron de esos grupos que a pesar de los años y a los tiempos, no cambiaron nunca de estilo. Si Karen viviría hoy, de seguro seguirían con sus clásicos acordes y románticas letras.

"La procesión va por dentro"

Sin embargo detrás de esa imagen de "jovenes educados y muy correctos" Karen y Richard vivían sus problemas, experimentaban fracasos en lo personal y atravesaban problemas psicológicos. Richard adicto a las anfetaminas y al alcohol; mientras que la dulce Karen enterrada en el pánico de verse "gorda". Las cosas no iban bien para ellos, pero los contratos y conciertos no dejaban de firmarse. Los años transcurrían y en 1982 Karen se asumió como anoréxica y fue a tratarse en Nueva York con un psicoterapeuta, además de que cargaba con el fracaso marital con Tom Burris. Su médico descubrió con horror que había estado tomando laxantes en cantidades desproporcionadas, además de medicamentos para la tiroides de manera de que su metabolismo fuera más rápido.

Para la celebración del Día de Acción de Gracias de 1982 las cosas parecían encaminarse bien. Sin embargo, Richard seguía desconfiando de la verdadera recuperación de su hermana, incluso le pidió que buscara ayuda apropiada haciendo referencia a su apariencia física. De hecho él no era el único que dudaba, sus amigos veían que un año de tratamiento "la había empeorado". 3 meses después, el 4 de febrero de 1983, Karen Carpenter fallecía de un paro cardíaco debido a su anorexia nerviosa.

No sólo Karen...

27 años después de la muerte de Karen Carpenter, todavía estamos sufriendo de esta enfermedad devastadora, tal vez más de lo que estábamos en 1983. Sin embargo, el problema ya no es nuestra ignorancia sobre el hecho de que los trastornos alimentarios existen y están matando a miles. Aunque los medios de comunicación plantean el problema, y conocemos del mal de no saber alimentarse correctamente, existe una tendencia o culto por la estética y la imagen que proyectamos al extremo de otorgarle un valor desproporcionado a cómo nos vemos. Karen Carpenter puede ser vista como un gran ejemplo de como nos podemos destruir con el paso de los días y también puede mejorar la conciencia de los millones de personas que sufren esta grave enfermedad.

Paco Cárdenas Linares

Fuentes


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