sábado, 11 de julio de 2009

ENTRE FAENONES, ASESINATOS Y CORTINAS DE HUMO

Han pasado algunos años cuando, llegando a almorzar a mi casa, veía en TV estupefacto como el congresista Kouri recibía de manos de Montesinos miles de dólares, era la cereza en la torta que le daría la estocada al gobierno de Fujimori que a los pocos días pondría el océano de por medio y vía fax “renunciaba” al gobierno.

Esta imagen resurgió en mi memoria hace unos 8 meses cuando se destaparon unos audios, que con el mayor desparpajo hablaban sobre jugosos contratos petroleros, “aceitadas” y “faenones” entre Rómulo León (ex ministro aprista) y Químper (abogado personal de Alan García y conspicuo militante aprista); al día siguiente, el propio presidente García se apresuraba en poner cautas distancias calificando a estos personajes como “ratas” “malditas”. Ante tanto barullo las “ratas” se espantaron intentando ponerse a buen recaudo, sin embargo el escándalo crecía como bola de nieve y los escondrijos cerraban sus puertas y nadie quería involucrarse con ellos y hasta la bonita congresista Luciana León (hija del susodicho) le tocó lo suyo.

Cuando la corrupción salpica se expande en todas las direcciones y la suciedad alcanzó al mismo Premier de entonces (Jorge del Castillo) que mas de una vez fue a “coordinar” al mismo hotel donde se hospedaba el financista petrolero Canan; el gabinete en pleno colapsó y no había forma de sostenerse acabando por renunciar y el presidente García no tuvo mas opción que convocar un nuevo gabinete esta vez bajo el premierato de Yehude Simon; unos días después, las “ratas” fueron capturadas y puestas a buen recaudo en prisión.

Sin embargo, cuando creía que ya nada podía sorprenderme, un nuevo sacudón remeció nuevamente mi conciencia cuando la “rata” (como lo calificó García) mas escurridiza fue excarcelada y transferida a “prisión domiciliaria” instalándose de inmediato en un bunker san isidrino donde ni siquiera la policía que debe custodiarlo puede entrar y, lo mas singular del hecho, es que se enmarca en medio de una vorágine truculenta de asesinatos en la farándula local y los estragos in crescendo de la pandemia de la gripe AH1N1, además de una creciente protesta social que tiende a generalizarse.

Aquellos que pensaron que las cortinas de humo se habían acabado con Montesinos y Fujimori presos se equivocaron; y es que las cortinas de humo son un medio utilizado desde antaño para el control social masivo desde las esferas del poder; en este caso, no hubo -como en la canción de NSQ- “una virgen que llora o una virgen de verdad” pero lo que si hay es una grosera manipulación del morbo y tanatos popular al convertir el asesinato de una folklórica y un estilista gay en un circo mediático (con el aval de los propios medios) para hacer pasar por agua tibia los levantamientos populares en Bagua, Sicuani, Andahuaylas y Puno; la debacle de un desprestigiado gabinete Simon, el pésimo trato de salubridad pública ante la pandemia AH1N1 que ya empezó a cobrar víctimas mortales y a crecer geométricamente, el traspaso de la labor represiva del Estado a la población con llamado “arresto ciudadano” y el descontrol de la delincuencia mayor y menor; y, de yapa, encubrir no solo la excarcelación de Rómulo León sino el hecho, por demás sospechoso, de no haber en 8 meses siquiera tocado el disco duro de su CPU (si es que aún existe) y los negociados con las petroleras transnacionales vía TLC que tienen mucho que ver con el interés de despojar de sus tierras a los nativos de nuestra amazonía.

Me pregunto, ¿Acaso las “ratas” que denunciaba hace algunos meses el presidente García dejaron de serlo y se volvieron “corderitos”?. Lo real es que nuestro querido país está desde hace varios años embarcado en un proceso anómico de diagnóstico incierto, no se trata de un par de “ratas” que eventualmente asomaron sus hocicos por alguna alcantarilla abierta, el problema está que el sistema de desagüe del Estado ha colapsado y las “ratas” salen a la luz por sobrepoblación; las encontramos ahí donde menos las esperamos al olor del fajo de billetes y a la espera de alguna faenita o faenón con su respectiva aceitada, los encontramos desde el comerciante sin escrúpulos que altera la balanza a su favor y el policía que impone una tarifa a la luz roja hasta la desfachatada venta de nuestros recursos al amparo de la “teoría” del “perro del hortelano” y la idea globalizada de que todo se compra y todo se vende. Por el momento, nos ha tocado vivir una era que es contraria a aquellos que pensamos que no todo tiene precio, y solo nos queda por decir -parafraseando a Vallejo-: “Ya va a venir el día, ponte el alma”.
Mario Domínguez Olaya

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas, déjanos tu comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL PERÚ