EL LESBIANISMO
La homosexualidad en las mujeres
La homosexualidad femenina -o lesbianismo- es tan frecuente como la masculina, pero es menos evidente, ya que los afectos entre mujeres son más naturales. La palabra lesbianismo deriva de Lesbos, isla griega donde vivió la poetisa Safo, quien le cantó al amor entre las mujeres. El lesbianismo tiene muy poco dramatismo en su relación y el interés por otra mujer tiene más componentes afectivos que genitales.
Antiguos estudios establecían que una mujer llegaba a ser lesbiana debido a lo que la teoría sicoanalítica definió como "la envidia del pene". O sea, que la motivación estaba dada por sentirse con pene, "porque quien posee pene tiene poder". Obviamente, ese era un planteamiento dentro de la cultura machista.
Luego se avanzó en el análisis del odio al padre o al hermano, una violación o atentado sexual sufrido en la infancia, el miedo a tener hijos, la discriminación por el solo hecho de ser mujer o la decepción en el encuentro con el varón.
Este último punto se investigó bastante. Se refería a que una mujer que tiene contactos desagradables con su pareja hombre ansiará la comprensión, el afecto y las 'dulces caricias' de otro mujer. Vale decir, el argumento de muchas lesbianas era la respuesta a la pregunta ¿quién puede entender mejor a una mujer? Otra mujer. La misma 'excusa' planteada por los hombres homosexuales: un hombre sabe perfectamente lo que quiere otro hombre.
Existen varias teorías sobre los orígenes de la "orientación sexual": hoy día la mayoría de los científicos considera que la "orientación sexual" es probablemente el resultado de una compleja interacción de factores ambientales, cognitivos y biológicos. En la mayoría de las personas se determina a una edad muy temprana. En estos últimos tiempos también se ha podido comprobar que la biología, incluso los factores hormonales genéticos o innatos, desempeñan un papel importante en la sexualidad de las personas.
En síntesis, es importante reconocer que probablemente existen diversos motivos que explican la orientación sexual de una persona y que éstos son diferentes en cada caso.
¿La orientación sexual es una opción?
No, los seres humanos no pueden escoger ser homosexuales o heterosexuales. Para la mayoría de las personas, la orientación sexual se define al comienzo de la adolescencia, sin necesariamente pasar por una experiencia sexual. Si bien tenemos la opción de actuar, o no, en relación a esos sentimientos, los psicólogos no consideran que la orientación sexual sea un acto consciente que podamos cambiar a voluntad.
La orientación sexual es diferente del comportamiento sexual porque se relaciona con los sentimientos y la auto-imagen. En su comportamiento las personas deciden expresar, o no, su orientación sexual.
Hasta hace poco, la interpretación intelectualista (la homosexualidad es sólo fruto de una decisión) fue la más difundida. Quizá como reacción, en tiempos recientes el acento se ha desplazado hacia lo puramente biologista, y se ha comenzado la búsqueda científica de diferencias genéticas o estructurales entre las personas homosexuales y las heterosexuales.
Ésta es una investigación plagada de dificultades, ya que ha de tener siempre en cuenta el origen multifactorial de la conducta humana7.
Los hallazgos recientes y, sobre todo, los que más han cautivado a la opinión pública, son los que asocian la conducta homosexual con alteraciones de la estructura cerebral o de los genes.
Se cree que entre el hombre y la mujer, el más vulnerable a ser homosexual es el varón, por ser genetípicamente XY, la mujer siendo XX es más pura en este aspecto y su homosexualidad va más hallá de lo genético e involucraría a los otros factores ya mencionados.
Es un mito también el decir que una lesbiana es una "machona". Existen muchas mujeres que se comportan en su diario vivir realmente como mujeres y a la hora del sexo solo lo hacen con otro miembro de su género. Existe un grupo que toma poses y ademanes de varón que no corresponden al género, y con esto no quiere decir que son lesbianas.
Muchos nos sorprendemos cuando nos topamos con dos mujeres lesbianas demostrándo su amor en público, pero es más impactante el ver a dos homosexuales varones que hagan lo mismo, por qué?. Porque es aceptado socialmente que las mujres se expresen entre si con mayor libertad que los varones. El ver a dos mujeres de la mano, acariciarse, ayudar en vestirse a otra, bañarse y dormir juntas, etc, es más común y más tolerado por la sociedad que si esto mismo lo hicieran dos varones. De aquí que el número de lesbianas puede ser mayor que el indicado en los estudios, ya que es más explícito que la homosexualidad masculina.
El rol del médico
A la hora de la atención médica, la homosexualidad plantea, fundamentalmente, dos problemas, de los cuales uno tiene actualmente enorme preponderancia: el SIDA, cuyas enormes repercusiones desbordan las posibilidades de este artículo. El otro consiste en tratar las alteraciones psicológicas de este tipo de personas. Sin embargo, el médico no se enfrenta, ante estos pacientes, con un mero problema psicológico (de ansiedad, etcétera), no relacionado con la conducta homosexual. Y esto merece una breve explicación. La medicina no persigue la felicidad del hombre (hombre y mujer).
El médico se ocupa sólo de los aspectos médicos de la vida humana: la salud y la enfermedad.
El médico no es un consejero moral. Sin embargo, el médico, cuando intenta tratar a sus pacientes, no puede hacer caso omiso de que son hombres, con capacidad de decisión y, por tanto, con cuestiones morales en su vida, que, sobre todo en los pacientes que acuden al psiquiatra, pueden tener una gran relación con los trastornos psicológicos. En el caso del LESBIANISMO, el médico le resulta un poco dificil llegar a un diagnóstico y encaminar el tratamiento de cualquier enfermedad, sobre todo, las de orden sexual.
Reducir el problema a su dimensión puramente psicológica es incompetencia médica. La escuela psiquiátrica de Victor Frankl ha dado nombre al enfoque que tiene en cuenta ese aspecto humano del paciente: la logoterapia. Su idea de fondo consiste en afirmar que la libre decisión de la voluntad puede tener una influencia muy importante en la psicopatología. Consecuentemente, no desdeña plantear al paciente un horizonte de exigencia, si un enfoque humanamente inadecuado de la vida personal es la raíz de sus problemas psicológicos. No es falta de realismo que el médico plantee a su paciente el control de sí mismo y de su tendencia hacia personas del mismo sexo. Del mismo modo que cabe el control de la tendencia hacia el sexo opuesto en quienes no sufren una perturbación de la tendencia heterosexual, debe abrirse la posibilidad a este tipo de consejo en el caso de la homosexualidad. Plantear la sexualidad como algo de ejercicio completamente irrefrenable resulta un enfoque humanamente equivocado y poco realista.
El Dr. Joe 90
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