LA VIOLENCIA
Un acto que lo aprendemos?
Viendo las noticias, un día como cualquier otro, me llamó la atención la entrevista que hicieron un canal televisivo a un personaje público el señor Hernán Dario Gomez, más conocido en el mundo del deporte como el “Bolillo” Gomez, ex entrenador de la Selección Colombia, de la selección de Ecuador años atrás, el cual tuvo que renunciar a su cargo como entrenador de la selección de su país por un altercado bochornoso que se suscitó en una discoteca con una mujer, a la cual la emprendió a golpes lo cual generó una serie de reacciones a nivel nacional, las razones, motivos o circunstancias no las sé, ya que hay un sin número de versiones.
A raíz de esto me dio la curiosidad de indagar con los conocidos, hombres y mujeres por igual, si maltratan a sus esposas o esposos, y eso me llevó a un grado de sorpresa increíble, porque no solo es el maltrato físico del que hablo, sino el psicológico y social.
La Salud no solo es la ausencia de enfermedades, sino el completo bienestar biológico, psicológico y social (Constitución del OMS, Ginebra,1976). La violencia tiene que ver con la utilización de la fuerza física o de la coacción psíquica o moral por parte de un individuo o grupo de sujetos en contra de sí mismos, de objetos, o de otra persona o grupo de vistimas, por lo que constituye una amenaza o negación de condiciones de posibilidad de realización de la vida. En todos los países y en todas las clases sociales , uno de los asuntos más complejos y difíciles de solucionar es la violencia desde el punto de vista social y de salud. La violencia se encuentra dentro de factores familiares, psicológicos, macrosociales, biológicos.
La violencia es uno de los fenómenos mas extendidos de nuestra época, no solo en situaciones de conflicto abierto, sino en la resolución de problemas, a veces muy simples, de la vida diaria. En la vida familiar existen muchas razones por las cuales tanto la víctima como el agresor intentan disimular y ocultar la situación de maltrato. Es por eso que sólo cuando la violencia provoca grandes daños físicos, recién se vuelve visible ante los demás. Las estadísticas hablan de que en realidad existe una violencia desproporcionada a la mujer por su sola condición de pertenecer al sexo femenino y esto abarca todas las clases sociales y edades, todas las creencias religiosas o preferencias sexuales.
En todo maltrato físico siempre existe un período de calma el cual se representa y lo que se llama coloquialmente como el reconcilie, el hombre se disculpa y promete no volverlo a hacer, pero son muy pocas personas las que no agreden nuevamente. Muchas esposas maltratadas hay veces soportan muchos años este tipo de violencia continua por parte de sus esposos, es increíble las razones por las cuales ellas mantienen esta relación: -Piensan que si se separan van a ser rechazadas o culpadas por no comprender a su pareja. -Piensan que de separarse su situación económica va a ser muy crítica. -Tienen niños pequeños y piensan que estos necesitan económica y emocionalmente a sus padres. -Dudan de poder valerse solas económicamente.
Este tipo de violencia es en realidad casi imperceptible y no se le dá el espacio que requiere en nuestra conciencia individual y colectiva, desafortunadamente es mas fácil no pensarla y nos resistimos a percibirla, por eso la lentitud en la evolución de la creencia constituye uno de los hechos de la historia. Recuerden que no por negarla o dejar de reconocerla dejará de existir.
No se trata de aprender a vivir con la violencia sino a percibirla como un fenómeno que se debe controlar. Vencer esta herencia de violencia legada por el pasado o fomentada en la actualidad no se alcanza en corto tiempo; pero no por ello inalcanzable. Las generaciones futuras tienen derecho a vivir en un mundo de paz, sin violencia, lo cual se traduce en bienestar, salud y por sobretodo calidad de vida.
El Tio Ronald
Referencias Bibliográficas
Grosman M.A. Violencia en la familia Buenos Aires. Editorial Universidad Artiles de L.I. ¿Aprendemos la violencia? Rev.Sex. y Soc. Agosto 2000.
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