MARISTAS BOYS 78

SER NIÑOS NUEVAMENTE

Hace unos días, en los primeros minutos de la Navidad, viendo a mi hijo menor abriendo paquetes y regalos, muy entusiasmado y lleno de ilusión, comprendí que finalmente, ser niño era un universo lleno de sencillez, un mundo mágico y esperanzador. Es también estar lleno de honestidad, de inocencia, sentirse seguro y protegido ya que casi siempre existe alguien que vele por él. Es llenarse de pensamientos, dudas y cuestionamientos que lo hacen madurar. Es jugar, compartir, llorar y reir; también hay frustraciones, caídas y desánimos que muchas veces nosotros los adultos no les damos la debida importancia.

Digo todo esto, ya que en cada encuentro con los miembros de la promoción, -aquellos amigos de toda la vida- sentimos salir "ESE NIÑO" que vive dentro de nosotros, y cuando eso sucede, ese encuentro entre patas se hace más fácil y resulta un éxito. ¿Por qué? simplemente porque volvemos a ser auténticos una vez más, nos transformamos por un instante en seres básicos que solo hablan el lenguaje de la amistad y dejan de lado poses y caretas que necesitamos ponernos para enfrentar este mundo hipócrita y veloz que no nos deja casi nada para compartir la vida con los seres que más queremos. Esa es la clave del éxito entre Los Maristas Boys 78.

Digo que cuando tomamos la actitud de un niño, somos libres al mundo y también somos auténticos, y serlo es ser realmente como eres. Nos preocupamos solo en lo simple y esa es una buena terapia antiestrés, una forma muy agradable para salir de las preocupaciones y quehaceres diarios. Preguntando a muchos de los Maristas Boys sobre esto, las respuestas casi siempre son las mismas y casi todos concuerdan que al asistir a nuestras reuniones se sienten liberados y salen cargados de mucha energía positiva para continuar con su vida. Este año que se está yendo, para muchos de nosotros, ha sido una gran prueba de vida, no la hemos pasado tan bién, sin embargo nos hemos sentido "apoyados" y nuestra "carga" se ha visto algo aligerada gracias al amigo que nos llama o que nos visita para darnos fuerza y nos hace sentir mejor.

Como sabemos, el niño siempre se siente seguro aunque no la pase del todo bien. Vive el momento con ganas, con pasión, poniendo todo de sí. No calcula, ni medita de consecuencias, se entrega como es sin miramientos...y lo reitero nuevamente.....es libre. Esa confianza, amigos míos, es la confianza que Dios nos pide que depositemos en él y que vivamos como niños frente a él y a los demás, sin miedo del mañana, sin preocuparnos por el qué vendrá, ocupándonos por el ahora, por hacer bien nuestra parte, esperando que Dios haga la suya y a su tiempo, no en nuestro tiempo.

Otra característica del niño es su gran capacidad de perdonar o de superar los problemas humanos. Cuando un niño es golpeado o insultado por su amigo , no vivirá resentido durante una semana, simplemente en poco tiempo estará jugando con el amiguito que lo molestó. Los niños dejan de ser niños cuando van aprendiendo las reglas del mundo y aprenden que siendo niños son más vulnerables, así aprenden a engañar, a mentir y a cuestionar a Dios. Perdonar, no es ser débiles, sino emular divinidad. No es ser permisivo, sino magnánimo. ¿Quién en esta vida no comete errores? No somos nadie para llenarnos la boca hablando de otros y de sus vidas ya que existen muchas cosas que tenemos que arreglar en las nuestras. El perdón reconcilia, hermana, une y nos hace nuevamente libres.

En estas" fechas de amor", que sean realmente de amor y no un mero cliché comercial y cursi, sino tratemos de ser un poco como los niños, "dejando todo en la cancha" en lo que hagamos, sin dejar reservas y poniendo todo nuestro ser en ellas. Acostumbremos a que nuestro accionar sea así y obtendremos la excelencia.

En esta reflexión "en voz alta" expongo mis mejores votos para que desde hoy y en adelante las vidas de cada uno de ustedes sean más libres y fructíferas. Que sus familias cosechen lo que siembran ustedes cada día en favor de ellas. Del mismo modo, la integración total de nuestro grupo será resultado del accionar de cada uno de nosotros, creo que se está viendo ya los frutos.

Muchas gracias por la confianza depositada en el nuevo grupo directivo que lidera Julián y al cual me honro pertenecer. Si seguimos en esta línea y por este mismo camino, de seguro que los objetivos trazados serán cumplidos en el próximo año.

Que tengan todos los lectores un FELIZ AÑO 2011 y en este último artículo del año va mi mejor deseo para que les vaya bien en el futuro.

Paco Cárdenas Linares