viernes, 13 de agosto de 2010


DE "PADRE" A "PAPÁ", DE "PAPÁ" A "PAPI" Y DE "PAPI" A "PÁ".....QUÉ ES LO QUE SIGUE...?

Hace algo más de un año, leí un artículo muy bueno sobre la evolución que ha experimentado el ser padre hoy en día, y me hizo reflexionar de manera hilarante y amena, sobre nuestro actual rol dentro de la familia. Desde el momento que vamos perdiendo "solidez" y autoridad hace que las cosas se tornen a veces de cabeza en el hogar. Qué está pasando con nuestros hijos, o mejor, qué pasa con nosotros? Estamos sediendo terreno gracias a la evolución o involución de las nuevas generaciones? Quizás ahora sea más importante ser "el mejor amigo" de nuestros hijos que ser el mejor padre para ellos. Bueno, lo cierto es que la nota me la hizo recordar Carlitos Guevara y las comparto ahora con ustedes. El autor del artículo es Daniel Samper Pizano, nacido en Bogota el 8 de junio de 1945. Es columnista, cuentista y novelista colombiano, colaborador de varios medios de comunicación escritos y series de televisión. El artículo apareció por vez primera en El Tiempo de Bogotá. También diremos que es hermano del ex presidente Ernesto Samper Pizano.
Cómo era de bueno ser padre!
Por Daniel Samper Pizano

Hasta hace cosa de un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento como si no fuera dictamen de Dios sino reglamento de la Federación de Fútbol. Imperaban normas estrictas de educación: nadie se sentaba a la mesa antes que el padre; nadie hablaba sin permiso del padre; nadie se levantaba si el padre no se había levantado; nadie repetía almuerzo, porque el padre solía dar buena cuenta de las bandejas: por algo era el padre...
La madre ha constituido siempre el eje sentimental de la casa, pero el padre era la autoridad suprema. Cuando el padre miraba fijamente a la hija, esta abandonaba al novio, volvía a vestir falda larga y se metía de monja. A una orden suya, los hijos varones cortaban leña, alzaban bultos o se hacían matar en la guerra.
- Padre: ¿quiere usted que cargue las piedras en el carro y le dé de beber al buey?
¡Qué berraquera era el padre!

Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en el papá. El mero sustantivo era una derrota. Padre es palabra sólida, rocosa; papá es apelativo para oso de felpa o perro faldero. Demasiada confiancita. Además -segunda derrota- "papá" es una invitación al infame tuteo. Con el uso de "papá" el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el padre era el padre:

- ¡Pero, papá, me parece el colmo que no me prestes el carro...!
A diferencia del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle de una bofetada el cigarrillo y media jeta, como hacía el padre en circunstancias parecidas. Los hijos empezaron a llevar amigos a casa y a organizar bailoteos y bebetas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban:
- Bueno, tranquiliza saber que están tomándose unos traguitos en casa y no en quién-sabe-dónde.
El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo. Los hijos empezaron a comer en la sala mirando el televisor, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa. Y a coger el teléfono sin permiso, y a sustraer billetes de la cartera de papá, y a usar sus mejores camisas. La hija, a salir con pretendientes sin chaperón y a exigirle al papá que no hiciera mala cara al insoportable novio y en vez de "señor González", como habría hecho el padre, lo llamara "Tato".
Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero bastante maltrecha. Nada comparable a la figura procera del padre. Era, en fin, un tipo querido, de lavar y planchar, a quien acudir en busca de consejo o plata prestada.
Y entonces vino papi.
Papi es invento reciente, de los últimos 20 o 30 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta o se le solicita, sino que se le notifica.
- Papi, me llevo el carro, dame para gasolina...
A papi lo sacan de todo. Le ordenan que se vaya a cine con mami cuando los niños tienen fiesta y que entren en silencio por la puerta de atrás. Tiene prohibido preguntar a la nena quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo en la cocina. A papi le quitan todo: la tarjeta de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la rasuradora eléctrica, el computador, las llaves...
Lo tutean, pero siempre en plan de regaño:

- Tú sí eres la embarrada, ¿no papi?
- ¡Papi, no me vuelvas a llamar "chiquita" delante de Jonathan
Aquel respeto que inspiraba padre, con papá se transformó en confiancita y se ha vuelto franco abuso con papi:
- Oye, papi, me estás dejando acabar el whisky, marica...
No sé qué seguirá de papi hacia abajo. Supongo que la esclavitud o el destierro. Yo estoy aterrado porque, después de haber sido nieto de padre, hijo de papá y papi de hijos, mis nietas han empezado a llamarme "pá".
____________________________________________________________________
Como ven, las cosas van de mal en peor. Desde el momento en que "necesitamos" ganarnos el cariño de nuestros hijos en todo momento, ya la estamos "embarrándo". Cuando pequeños, exageramos en las atenciones, y los colmamos de cariño al punto de volverlos en algunas oportunidades "pequeños dictadores"; de grandes, la cosa se pone peor, ya que aquí "bajamos de nivel" y nos volvemos "los mejores amigos" de nuestros hijos. Nos equivocamos si tratamos de actuar siempre así. No dejemos de ser nunca padres, por más confianza y cariño que exista en la relación con nuestros hijos. A mi modesto entender, no debemos permitir que la "distancia" con ellos se acorte al extremo que se instale la falta de respeto. Podemos tolerar el tuteo, soportar que nos digan por nuestro nombre, pero jamás el maltrato. Podemos ser amigos de ellos, sin embargo no deben ellos de olvidar "las maneras", los tratos y buenas costumbres. A estas alturas, muchos de nosotros tenemos hijos mayores, y si no hemos puesto en práctica esto, de muy poco pueden servir estas reflexiones. Los que aún tenemos hijos menores, todavía podemos enmendar los yerros o continuar haciendo lo correcto.

En algunas ocasiones cometemos el gran error de ser papás de nuestros nietos, no terminando de comprender que tuvimos la oportunidad de "criar hijos" y que no podemos pretender el seguir haciéndolo con los hijos de nuestros hijos. Si tenemos la convicción que nuestra educación para con ellos fue buena y útil, para qué persistimos en realizar tareas que no vienen al caso; hay que darles su lugar aunque no compartamos lo que hacen como padres.

No solo la palabra "PADRE" está perdiendo su significado. El portador de la misma, es quién retrocede ante la avalancha de cambios generacionales que tenemos. La madre tiene mucha responsabilidad en todo este retroceso, el sistema, "los derechos" individuales, la globalización, los divorcios o separaciones, los medios de comunicación, y sobre todo, la desintegración gradual de la familia.

Paco Cárdenas Linares

Fuentes
El Tiempo
El Matador

Lecturas relacionadas

4 comentarios:

  1. NOSOTROS LOS PADRES DESDE HACE TIEMPO ESTAMOS SEDIENDO MAS POR AMOR A NUESTROS HIJOS QUE POR AMOR PROPIO. LOS TIEMPOS CAMBIAN PAQUIRRI.

    ResponderEliminar
  2. Todo al extremo no es recomendable. Yo pequé de ser amiga de mi hija y al final quería hacer lo que quería y me contestaba mal. Reaccioné y traté de enmendar pero fue muy tarde. Ella se embarazó y se fue a vivir con su hombre.

    ResponderEliminar
  3. Ser padre es tambien parte de la sociedad del dia a dia.
    Los tiempos han cambiado y ya no Hay tanta cucufateria como lo habia antes, que se rasgaban las vestiduras los abuelos y al final tenian hijos en cantidades y con diversas parejas.
    El ser padre es una etapa importante en el ser humano ,pero hay que saber ubicarce y dar a cada uno su lugar , lo demas cae por su propio peso.
    cada quien cosechara lo que siembre

    ResponderEliminar
  4. ACTUALMENTE, CON TANTO PSICOLOGO, ASISTENCIA SOCIAL, Y MALOS PADRES, HACEMOS DE NUESTROS HIJOS UNOS POBRES BUENOS PARA NADA, QUE NO PUEDEN VALERSE POR SI MISMOS, NO TERMINAN EN MADURAR, AUN CUANDO YA SABEN MUCHO DE SEXO, DE TECNOLOGIAS Y DE COSAS MALAS.
    MI PADRE ME PEGABA Y AHORA SOY UN HOMBRE SIN PROBLEMAS NI TARAS, RESPONSABLE.

    ResponderEliminar

Si deseas, déjanos tu comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL PERÚ