PAN Y CIRCO
Esto no es de hoy día, la crisis estructural viene desde la misma fundación de la república en el S. XIX y la herencia colonial que nos ha acostumbrado a las dependencias externas (económicas, políticas, ideológicas y culturales) sobre todo eso que llaman “democracia representativa” y que nos han hecho creer que es el mejor de los sistemas cuando esos “representantes” no tienen el menor empacho de jurar por “Dios y por la plata” (a propósito, no he escuchado nunca al Sr. cardenal Cipriani ni al santurrón Rafael Rey la mas mínima condena a semejante trasgresión del 2do. mandamiento del catecismo católico).
En lo personal, pienso que es necesaria una reestructuración integral y dar paso a la verdadera democracia que es la democracia directa, la del día a día, la de personas comunes y silvestres como nosotros que no necesitamos de representantes tan espurios e impresentables.
Las siguientes líneas son de la revista política y literaria “Nuestra Época” del 22 de junio de 1918 fundada por intelectuales de la talla de J.C. Mariategui, A. Valdelomar, C. Vallejo, C. Falcón, etc… de un artículo de César Ugarte titulado: “Al margen de nuestra vida política, La crisis de los Partidos”, es un texto de hace casi un siglo pero que parece escrito hoy mismo y hasta podría afirmar que cualquier semejanza con la actualidad “no es pura coincidencia”, veamos:
“AL MARGEN DE NUESTRA VIDA POLÍTICA
La Crisis de los Partidos
Mario Domínguez Olaya
Hace ya mucho tiempo, allá por los alrededores del siglo I d.c. Tiberio haciendo uso y abuso de su cargo de emperador creó la flamante “intendencia de placeres” para satisfacer “legalmente”, desde el Estado, cuanta aberración sexual se le atravesaba por su enfermizo cerebro, Calígula nombraba “canciller” a su yegua Incitatus con quien mantenía una “seria” convivencia zoofílica y Nerón incendiaba Roma para culpar a los primigenios cristianos a quienes capturaba, los rociaba con alquitrán y les prendía fuego como antorchas humanas para iluminar sus banquetes; ¿qué había de común entre estas “joyitas” aparte de sus megalomanías desquiciadas?, aquello que el poeta Juvenal plasmara hace dos mil años en unos versos que aún siguen vigentes: “…se continet atque duas tantum res anxius optat, PANEM ET CIRCENSES” (“…todo, se limita ahora a la ansiosa espera de sólo dos cosas: PAN Y CIRCO”).
Hoy, dos mil años después, nuevamente la “política” –como cada cinco años y entre golpe y golpe- está de moda en nuestro país y ante la carencia crónica de pan para las mayorías, ahí está el circo que cada lustro nos sorprende con una fauna cada vez más peculiar. El circo que se va, nos deja el recuerdo desde el Ejecutivo de “petroaudios”, “faenones” y “aceitadas” y desde el Legislativo “comepollos”, “lavapies”, “robaluz”, “mataperros”, “asesores fantasmas”, etc…; el circo que se nos viene se ve tentador, los carteles faranduleros y de voleibolistas así lo prometen, será mejor entonces ir comprando canchita y gaseosa y acomodarse bien en la butaca para “disfrutar” del espectáculo. Hace dos días en una radio local tuve el infortunio de escuchar una entrevista a la ex vedette Daysi Ontaneda que va en la lista de “Cambio Radical” como congresista para el Dpto. de Piura, ante la pregunta de si conocía la trayectoria sinuosa de Kouri y Barba la Sra. muy suelta de huesos respondió que ella “no iba a hacer política al Congreso” sino a “trabajar” por el pueblo de Piura, sólo la curiosidad sociológica me impulsó a seguir escuchando esta entrevista, la Sra. de marras debería saber que el trabajo en el Congreso se trata, precisamente de hacer política, de legislar y que ningún congresista tiene capacidad de gasto y por lo tanto mal hace en hacer creer a los piuranos que ella puede disponer de un sol del Estado para resolver los atrasos materiales de la población.
Hoy, dos mil años después, nuevamente la “política” –como cada cinco años y entre golpe y golpe- está de moda en nuestro país y ante la carencia crónica de pan para las mayorías, ahí está el circo que cada lustro nos sorprende con una fauna cada vez más peculiar. El circo que se va, nos deja el recuerdo desde el Ejecutivo de “petroaudios”, “faenones” y “aceitadas” y desde el Legislativo “comepollos”, “lavapies”, “robaluz”, “mataperros”, “asesores fantasmas”, etc…; el circo que se nos viene se ve tentador, los carteles faranduleros y de voleibolistas así lo prometen, será mejor entonces ir comprando canchita y gaseosa y acomodarse bien en la butaca para “disfrutar” del espectáculo. Hace dos días en una radio local tuve el infortunio de escuchar una entrevista a la ex vedette Daysi Ontaneda que va en la lista de “Cambio Radical” como congresista para el Dpto. de Piura, ante la pregunta de si conocía la trayectoria sinuosa de Kouri y Barba la Sra. muy suelta de huesos respondió que ella “no iba a hacer política al Congreso” sino a “trabajar” por el pueblo de Piura, sólo la curiosidad sociológica me impulsó a seguir escuchando esta entrevista, la Sra. de marras debería saber que el trabajo en el Congreso se trata, precisamente de hacer política, de legislar y que ningún congresista tiene capacidad de gasto y por lo tanto mal hace en hacer creer a los piuranos que ella puede disponer de un sol del Estado para resolver los atrasos materiales de la población.
Esto no es de hoy día, la crisis estructural viene desde la misma fundación de la república en el S. XIX y la herencia colonial que nos ha acostumbrado a las dependencias externas (económicas, políticas, ideológicas y culturales) sobre todo eso que llaman “democracia representativa” y que nos han hecho creer que es el mejor de los sistemas cuando esos “representantes” no tienen el menor empacho de jurar por “Dios y por la plata” (a propósito, no he escuchado nunca al Sr. cardenal Cipriani ni al santurrón Rafael Rey la mas mínima condena a semejante trasgresión del 2do. mandamiento del catecismo católico).En lo personal, pienso que es necesaria una reestructuración integral y dar paso a la verdadera democracia que es la democracia directa, la del día a día, la de personas comunes y silvestres como nosotros que no necesitamos de representantes tan espurios e impresentables.
Las siguientes líneas son de la revista política y literaria “Nuestra Época” del 22 de junio de 1918 fundada por intelectuales de la talla de J.C. Mariategui, A. Valdelomar, C. Vallejo, C. Falcón, etc… de un artículo de César Ugarte titulado: “Al margen de nuestra vida política, La crisis de los Partidos”, es un texto de hace casi un siglo pero que parece escrito hoy mismo y hasta podría afirmar que cualquier semejanza con la actualidad “no es pura coincidencia”, veamos:“AL MARGEN DE NUESTRA VIDA POLÍTICA
La Crisis de los Partidos
… no hay agrupaciones que merezcan el nombre de partidos. Grupos sin cohesión interna, sin hombres superiores, fraccionados por rivalidades y ambiciones, no tienen ya derecho a titularse partidos y su mantenimiento nominal es un convencionalismo hipócrita y peligroso.
Fácil es comprender el peligro que para el país significa esta situación anómala. La lucha política, en semejante ambiente, no puede ser sino agitación de intereses egoístas. Es casi imposible que surja de este caos un gobierno firme, capacitado para dirigir al país hacia una reorganización por medio de una política sana, realista, apartada de toda concupiscencia, de toda oligarquía y de toda fantasía.
Frente a este peligro, no es, precisamente, la ruina de las viejas agrupaciones políticas la que debemos lamentar, ni es en su artificial reorganización en la que debemos cifrar nuestras esperanzas. Ante las amenazas que vislumbramos en el porvenir, el problema que debemos plantearnos es más radical. Es nada menos que el de la renovación de los métodos de acción política. ¿Qué agrupaciones deben reemplazar a nuestros partidos personalistas en ruina? He allí la grave cuestión.
La crisis de los partidos es universal. Una queja sorda se eleva en todas las democracias contra las máquinas políticas que sin más ideal que el poder, para servir intereses egoístas se apoderan del sufragio o lo mistifican, pretendiendo suplantar la verdadera democracia…
César Ugarte”
Fácil es comprender el peligro que para el país significa esta situación anómala. La lucha política, en semejante ambiente, no puede ser sino agitación de intereses egoístas. Es casi imposible que surja de este caos un gobierno firme, capacitado para dirigir al país hacia una reorganización por medio de una política sana, realista, apartada de toda concupiscencia, de toda oligarquía y de toda fantasía.
Frente a este peligro, no es, precisamente, la ruina de las viejas agrupaciones políticas la que debemos lamentar, ni es en su artificial reorganización en la que debemos cifrar nuestras esperanzas. Ante las amenazas que vislumbramos en el porvenir, el problema que debemos plantearnos es más radical. Es nada menos que el de la renovación de los métodos de acción política. ¿Qué agrupaciones deben reemplazar a nuestros partidos personalistas en ruina? He allí la grave cuestión.
La crisis de los partidos es universal. Una queja sorda se eleva en todas las democracias contra las máquinas políticas que sin más ideal que el poder, para servir intereses egoístas se apoderan del sufragio o lo mistifican, pretendiendo suplantar la verdadera democracia…
César Ugarte”
Mario Domínguez Olaya
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