"QUIERO SER PRESIDENTE"
Muchas veces nos preguntamos "quién nos gobernará?, qué cualidades debe tener para llegar a ser presidente?" y la mayoría de veces pensamos que debe ser peruano y ser como nosotros, que nos represente bien, que sea del pueblo, que trabaje y que haga obras, etc. Sin embargo creo que el presidente (y todos los políticos en general) tienen que tener unas cualidades especiales que les diferencien del resto de los ciudadanos, tales como el aguante o tolerancia (tener correa) , la capacidad de liderazgo, la visión, la ambición de poder en el buen sentido de la palabra, etc. Hagan memoria y todos los presidentes que hemos tenido, aquellos que se "engancharon" o se "conectaron" con su pueblo no necesariamente terminaron bien. Muchos hicieron mamarrachos de su gestión por ser tan populistas y demagogos. En el aspecto internacional existen gobiernos vecinos que van de la mano con estas características y a éstos les espera lamentablemente un triste final.
De todas las características que he mencionado antes, quizá el liderazgo es la que mejor define a este tipo de forma de ver y entender a los políticos. ¿Qué es el liderazgo? Como mínimo, es la capacidad de diseñar estrategias que te empinan al poder, y luego, de imponerlas sobre tu partido y sobre los grupos y personas que en principio te apoyan para conseguir tus objetivos que desde luego deberían de ser los mejores. Ésta es una definición mínima, que no asume ninguna cualidad mágica ni mística en el líder. Pero que Dios nos libre, también, de los "visionarios", que de ellos llenos está el mundo, también con consecuencias desastrosas.
Hay que tener presente que no siempre una autoridad local puede desenvolverse bien como presidente. No por las "obras" se mide el rendimiento de un gobernante. Todos se ufanan por inaugurar obras de todo nivel y hacer publicidad sobre éstas. Ser presidente es más que eso. Ser responsable, disciplinado, tener carácter, carisma, aptitud positiva, saber escuchar, valoración de las cosas, valentía, discernimiento y la seguridad, podrían ser consideradas como características complementarias de la personalidad de un individuo que aspira a ser presidente.
La "honradez", la he dejado para el final -requiere un espacio aparte- porque siento que va haciendo una utopía hoy en día. Los valores se van cada día perdiendo a todo nivel. Por ejemplo, cuando algún taxista devuelve una fuerte cantidad de dinero que su pasajero dejó olvidado en su auto, se le ve como un "estúpido" o "inocente", como algo raro y se convierte en "noticia". No se tiene muy claro que no debemos quedarnos con lo que no es nuestro. Yendo en otra dirección, "perdonamos" cuando alguna autoridad coimea o roba, disculpando este repugnante acto porque ha realizado obras durante su mandato. Es una pena que nos estemos acostumbrando a que esto ocurra muy a menudo.
No creo que ninguna persona que postule para presidente reuna el diez por ciento de todas las cualidades que se necesita para gobernar a un país. Dadas las circunstancias que la historia nos ha mostrado en todos estos años, nos desengañamos muy facilmente de los presidentes que elegimos, justamente porque parecen y no son lo que son realmente. Son los perfectos "cirios" que enamoran a su pueblo llenándolo de falsas promesas para "sacarle la vuelta" al final de la jornada y son tan sinverguenzas que piden "una nueva oportunidad". Espero equivocarme, es lo que más deseo, sin embargo viendo el panorama desalentador, tendremos más de lo mismo en el mejor de los casos.
Nos vemos en las urnas
Se nos viene, más de lo mismo?
Esta es una frase que es muy popular escucharla en los medios de prensa, en el tiempo previo a las elecciones generales venideras. Si bien es cierto lo que afirma Juan Borea al decir que faltan partidos políticos y tan solo tenemos agrupaciones que tienen como objetivo llegar al poder por un sinnúmero de motivos que no siempre son los mejores, también hay que ponerse a pensar sobre la persona que será nuestro próximo presidente de la nación. Aquel sujeto que el próximo julio se coloque la banda presidencial. Al no existir practicamente partidos políticos y grupos de personas con una ideología bien definida, poco se puede esperar por lo que vendrá en las siguientes semanas. No voy a hurgar qué tenemos en vitrina como candidatos al sillón presidencial, ya que no hay nada digno de comentar, y resultaría hasta cómico referirnos a los que lideran las encuestas y los que no.
Creo que tenemos una enorme responsabilidad este abril próximo de decidir quién nos gobernará y los que estarán sentados en el congreso haciendo Dios sabe qué menos legislar. Tengamos criterio desde ya y no esperemos la última semana para tener a nuestro favorito. No hay mucho por escoger, sin embargo el proceso electoral nos espera. Muchas veces nos hemos fijado en muchos aspectos que no necesariamente hacen a un presidente una persona competente y comprometida con su trabajo. Votamos por pena, por el que habla bonito, por el chinito, el cholito...o con el hígado; por ir en "contra de la corriente" o seguirla mansamente.
Creo que tenemos una enorme responsabilidad este abril próximo de decidir quién nos gobernará y los que estarán sentados en el congreso haciendo Dios sabe qué menos legislar. Tengamos criterio desde ya y no esperemos la última semana para tener a nuestro favorito. No hay mucho por escoger, sin embargo el proceso electoral nos espera. Muchas veces nos hemos fijado en muchos aspectos que no necesariamente hacen a un presidente una persona competente y comprometida con su trabajo. Votamos por pena, por el que habla bonito, por el chinito, el cholito...o con el hígado; por ir en "contra de la corriente" o seguirla mansamente.
Muchas veces nos preguntamos "quién nos gobernará?, qué cualidades debe tener para llegar a ser presidente?" y la mayoría de veces pensamos que debe ser peruano y ser como nosotros, que nos represente bien, que sea del pueblo, que trabaje y que haga obras, etc. Sin embargo creo que el presidente (y todos los políticos en general) tienen que tener unas cualidades especiales que les diferencien del resto de los ciudadanos, tales como el aguante o tolerancia (tener correa) , la capacidad de liderazgo, la visión, la ambición de poder en el buen sentido de la palabra, etc. Hagan memoria y todos los presidentes que hemos tenido, aquellos que se "engancharon" o se "conectaron" con su pueblo no necesariamente terminaron bien. Muchos hicieron mamarrachos de su gestión por ser tan populistas y demagogos. En el aspecto internacional existen gobiernos vecinos que van de la mano con estas características y a éstos les espera lamentablemente un triste final.
De todas las características que he mencionado antes, quizá el liderazgo es la que mejor define a este tipo de forma de ver y entender a los políticos. ¿Qué es el liderazgo? Como mínimo, es la capacidad de diseñar estrategias que te empinan al poder, y luego, de imponerlas sobre tu partido y sobre los grupos y personas que en principio te apoyan para conseguir tus objetivos que desde luego deberían de ser los mejores. Ésta es una definición mínima, que no asume ninguna cualidad mágica ni mística en el líder. Pero que Dios nos libre, también, de los "visionarios", que de ellos llenos está el mundo, también con consecuencias desastrosas.
Hay que tener presente que no siempre una autoridad local puede desenvolverse bien como presidente. No por las "obras" se mide el rendimiento de un gobernante. Todos se ufanan por inaugurar obras de todo nivel y hacer publicidad sobre éstas. Ser presidente es más que eso. Ser responsable, disciplinado, tener carácter, carisma, aptitud positiva, saber escuchar, valoración de las cosas, valentía, discernimiento y la seguridad, podrían ser consideradas como características complementarias de la personalidad de un individuo que aspira a ser presidente.
La "honradez", la he dejado para el final -requiere un espacio aparte- porque siento que va haciendo una utopía hoy en día. Los valores se van cada día perdiendo a todo nivel. Por ejemplo, cuando algún taxista devuelve una fuerte cantidad de dinero que su pasajero dejó olvidado en su auto, se le ve como un "estúpido" o "inocente", como algo raro y se convierte en "noticia". No se tiene muy claro que no debemos quedarnos con lo que no es nuestro. Yendo en otra dirección, "perdonamos" cuando alguna autoridad coimea o roba, disculpando este repugnante acto porque ha realizado obras durante su mandato. Es una pena que nos estemos acostumbrando a que esto ocurra muy a menudo.
No creo que ninguna persona que postule para presidente reuna el diez por ciento de todas las cualidades que se necesita para gobernar a un país. Dadas las circunstancias que la historia nos ha mostrado en todos estos años, nos desengañamos muy facilmente de los presidentes que elegimos, justamente porque parecen y no son lo que son realmente. Son los perfectos "cirios" que enamoran a su pueblo llenándolo de falsas promesas para "sacarle la vuelta" al final de la jornada y son tan sinverguenzas que piden "una nueva oportunidad". Espero equivocarme, es lo que más deseo, sin embargo viendo el panorama desalentador, tendremos más de lo mismo en el mejor de los casos.
Nos vemos en las urnas
Paco Cárdenas Linares
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