viernes, 13 de marzo de 2009

"AQUELLA MALA MUJER..."
Todos perdemos algunas veces la cabeza por una mujer, mas aún si perdemos la brújula por ella. Cuando somos muchachos, no hay problema, superamos tal momento cuando ella nos deja, se va o nos saca la vuelta. Cuando ya adultos la cosa se complica un poco haciéndonos a veces morder el polvo de la pena y la desdicha porque nuestros sentimientos cada vez pesan más. La historia a contar se ubica justo en el verano de 1988, el escenario una fiesta en el "Parthenon", el protagonista, alguien al cual el tiempo siempre le queda muy corto.....

Ya casi a 21 años de este suceso, las situaciones, imágenes y recuerdos llegan a mí de a pocos, como para atreverme a escribir por capítulos esta novela de amor. Es por eso que he demorado en contarla ya que algunos datos faltaban por confirmarse.

Desde 1983 Coco estaba relacionado amorosamente con Betty, una hermoza mujer de imponente andar y de una personalidad arrolladora (por lo menos eso era lo que él repetía a menudo), mi compadre había literalmente perdido la cabeza por ella. A reunión que iba, ella era su estandarte de orgullo. Estaba todavía estudiando Medicina en San Marcos y en reunión que asistía se mandaba con su discurso médico que a veces aburría, "que las neuronas tienen terminaciones sinapticas que almacenan en la zona neurotransmisores....que la hemoglobina está formada por un nucleo HEM y las globinas..... que si el beso es un intercambio interbacterial en donde....." Betty incluso llegó a callarlo en imnumerables veces delante de nosotros, todo un escándalo... Coquito asimilaba nomás.

Aquella noche en donde se desarrolló la anécdota, era cumpleaños de Walter. Todos los que queremos al milenario amigo estábamos reunidos en su casa. Existía un grato ambiente, habían amigos del barrio, amigos comunes y gente de la promoción. Entre ellos estaban sin más no recuerdo, Rubén y Hugo, amigos comunes como el Loco Manuel, Miguelito Weilg; mi hermana y su peor es nada, amigas como Carmencita, "las mellizas", "Juana la Loca", Salomé, Elsa, Rosa, etc. A Coco lo esperábamos desde hace rato acompañado de su flamante hembrita pero no llegaba. El tono estaba en su esplendor, el equipo de sonido gritaba las canciones del Gran Combo y yo con una chela bien helada brindando con Walter, cuando apareció solo en la puerta la figura esmirriada de Coquito, con mirada perdida esbozando una sonrisa fingida se acercó y nos saludó.
-"Qué pasa Coco, por qué tan tarde?"
- "Nada cuñao..tuve que hacer, salí tarde de la facultad"
- "Estas con los ojos rojos..."
- "Lo que pasa es que he estado en la biblioteca, mañana tengo examen de Medicina interna"
- "Salud compadre"
- "Salud cuñao!!"

Pasaron las horas y Oscar D'León interpretaba justamente "Llorarás" cuando se me acerca el Loco Manuel (amigo común de Walter y mío -aquel que llevó sus videos de buena música a la fiesta que la promoción organizó para celebrar los cumpleaños de Daniel y el mio en casa de Pulpín hace años) y me dice:
- "Qué le pasa a Robotito?"
- "Por qué dices eso?" le respondí
- "Ya está borracho y casi no ha tomado nada..."
- "Es cierto...seguro que ya vino adelantando con algo encima."
- "Lo que pasa es que más temprano lo ví sentado en una esquina cerca a su casa llorando"
- "LLorando?"
- "Sí, me acerqué y le pregunté por qué estaba así, a lo que me respondió que era por una mujer, que le había pagado mal, que le había roto el corazón..."
- "Te dijo que ella se llamaba Betty?"
- "Sí, exacto, ese era el nombre.." "Dijo con algo de cólera:' Me ha traicionado, yo que la quería tanto y me pagó tan mal, es una mala mujer...!!!"
- "Esa es su costilla"
- "Querrás decir fue su tahembri !"

Nos acercamos con Huguito también donde estaba Coco. Estaba con baco encima y pronunciando frases sobre ella. En ese momento pusieron algo de Peter Frampton en el equipo de música y salió a bailar con vaso en mano. Unos pasos emulando a una marioneta de aquí para allá, torpes movimientos robóticos cuando pierde el paso y se va de bruces contra la pared. El impacto estremeció la casa, mojado por la cerveza derramada Manuel junto con Hugo lo sacaron del living hacia afuera. Allí se "desintoxicó" un poco y pagó pato el jardín de Walter.

Me acuerdo que mi hermana también se le había pasado la mano con el trago, Antonio, mi futuro cuñado se la quería llevar en ese estado, a lo que le sugerí alegremente que me esperara para irnos juntos...qué pendeivis el fulano.

Serían las 2 de la mañana cuando Coquín ya estaba para el gato y se tomó la decisión de llevarlo a casa. El único que tenía movilidad era Huguito -un volkswagen negro bien equipado con lunas polarizadas y muy pintón- él se ofreció a llevarlo, y yo lo tuve que acompañar. Cuánto renegó aquella noche el cabezón de Hugo por la torpeza del embriagado amigo. Lo llevamos casi arrastrando hacia la puerta del auto, cuando Coco pierde el equilibrio y cae encima de la puerta que aún estaba sin abrir. El pesado cuerpo de la "víctima del desamor" hizo una gran abolladura a la puerta del carrito, a lo que Hugo exclamó al cielo:

- "Ya la cagaste huevonazo...!" "Mira como me has dejado el carro..!..MI CARRO!!!"

Era tarde, el daño estaba consumado y Coco casi inconsciente recostado al costado del escarabajo. El carro de Hugo practicamente recién había salido del taller de pintura...

- "Ayúdame Paco a meter a este huevón dentro del carro.."
- "Que van a decir sus viejos cuando lo vean?"
- "A mi no me importa...para que chu..toma sin saber chupar!"
- "Pero casi no ha tomado nada.."
- "Entonces...es doblemente huevón..!"

Estaba frío y tieso, casi un cadaver, le salían burbujas de saliva de la boca. Llegamos a su casa y le dije a Hugo:
- "Quién toca la puerta?"
- "Cualquiera, da lo mismo.."
- "Tu hablas.."
- "Mira Paco, estamos haciendo mucho en traerlo con vida a la puerta de su casa, tocamos el timbre y fuga!"
- "Seguro?"
- "NO JODAS CARAJOO!"
- "Bien lo que digas..."

Y así fue, lo llevamos hasta la puerta de su casa, bien parado, rígido con las manos a la altura de sus muslos, con la cabeza gacha pero erecto. Tocamos el timbre y prendimos fuga, corrimos al carro, subimos al vuelo y nos alejamos del lugar justo en el instante en que se habría la puerta de su casa, escuchamos gritar a su viejita: "COQUITO, QUE TE HA PASADO..QUÉ TE HAN HECHO.!!!"

Coco después de aquel suceso no se le vió en muchos meses. Tiempo después se le veía en cada reunión con diferente chica, cuando le preguntaban por ella, él decía: "Ésta es la chica...ahora sí ...ahora sí me caso..!" Desde ese tiempo a mi compadre se le conoce con el sobrenombre del Doctor PL.
Paco Cárdenas Linares

1 comentario:

  1. Me olvidaba contar que ese día no solo el carro de Hugo pago pato sino también la cama de Walter, su edredón, baño, etc....Coquito arrasó con todo a su paso.

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