sábado, 19 de junio de 2010

LOS AMIGOS QUE GANÉ

Hace poco, alguien me prestó el libro de Jaime Bayly “Los amigos que perdí”; debo confesar que Bayly no es santo de mi devoción, su excesivo liberalismo, forzado hasta la caricatura, y las frecuentes alusiones a sus prácticas bisexuales me desagradan no por cucufatería u homofobia sino porque me provocan hastío y, sobre todo porque percibo un tufillo vil de oportunismo ante el recurso fácil de los improperios e insultos que carecen de propuestas viables pero que abundan en el rating y la auto publicidad de sus libros.

Sin embargo, reconozco que, como escritor, tiene una fluida narrativa que lo hace digerible; independientemente de su contenido, sabe explotar literariamente temas cotidianos que son asequibles para el público y me recuerdan –salvando las distancias- a Oscar Wilde que en el s. XIX causó gran revuelo entre el conservadurismo hipócrita de la sociedad inglesa cuando hizo público sus deslices carnales con el hijo de un funcionario aristócrata de la corona.

Leí casi de corrido la novela, son cinco cartas que él le escribe a los amigos que en su momento maltrató y que ya no quieren saber nada de él al exponer en sus publicaciones intimidades que solo debían quedar entre ellos; esta lectura, muy a su estilo, deja una serie de sensaciones y algunos sabores amargos y es que a pesar de una fuerte dosis de cinismo también encontré mucha nostalgia y tristeza impresa en aquellas líneas y un reconocimiento explícito de haber hecho mal uso de un vínculo tan significativo como la amistad.

Es en este sentido, que en lo personal, me he sentido reflejado a la inversa en esta lectura, es decir he sentido que yo no perdí amigos sino que los gané al alternar, de muy buen agrado, con seres humanos que hemos compartido las diferentes etapas de nuestras vidas en el discurrir de cuatro décadas en las que, siguiendo cada quien su propio camino, hemos sabido mantener el hilo conductor que nos convoca cada vez que nos reunimos y hace felicitarme de que en algunas cosas no hayamos crecido mucho todavía.

Debo reconocer que mi relación con la promoción no siempre fue lo suficientemente fluida, es más, entre que salimos del colegio y el año 2008 me reuní muy pocas veces con la promoción e incluso no participé en las celebraciones de los 25 años por razones de orden muy íntimas y personales ajenas a los integrantes de la promoción; no obstante, siempre reconocí la importancia de la época escolar en mi vida, sobre todo el haber sabido cultivar amistades con quienes compartí historias comunes pasando verdaderas vicisitudes y pruebas de fuego en los más diversos escenarios.

Fue en aquella reunión de fin de año del 2008 en el negocio de nuestro amigo Lucho Sayán cuando me reintegro a las actividades de la promoción y, pese a algunas limitaciones de orden pedestre, he tratado de cumplir no de una manera formal sino en una dimensión más profunda que me ha permitido conocer valiosos aspectos humanos que los años no han hecho más que potenciarlos; el vínculo generado desde entonces cada vez se hace más fuerte, y echando una mirada hacia atrás me doy cuenta lo importante que ha sido en mi vida retomar estos lazos de amistad y reencontrarme con grandes personas dispuestas a compartir algo de su valioso tiempo conmigo. Solo puedo decir gracias por todo y, a diferencia de Bayly, que perdió a sus amigos por puro egoísmo y el poco escrúpulo al publicar sus historias, yo he ganado nuevos amigos y fortalecido la relación con aquellos de toda la vida. Hemos comenzado un camino, sigamos caminando.

Mario Domínguez Olaya
P.D.: Ayer viernes 18 falleció a los 87 años el portugués José Saramago, premio nobel de literatura, en las Islas Canarias (España) dejando una profunda huella de humanismo en sus escritos; obras como “Ensayo sobre la ceguera” y “Caín” trazaron nuevas perspectivas en la comprensión de la complejidad del ser humano. Otro de los grandes que solo ha muerto para seguir viviendo.



3 comentarios:

  1. Una gran lección todos recibimos en cada reencuentro de amigos. Sigamos cultivando esa hermosa amistad.
    De José Saramago he leído muy pocas obras. La verdad no comparto algunos modos de ver la fe y la religión, sin embargo lo admiro por su libertad al escribir y sus excelentes reflexiones. Otro grande entra a la eternidad.

    José Saramago: "No me hablen de la muerte porque ya la conozco"

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  2. Paco, te recomiendo "Ensayos sobre la ceguera" y sabrás darte cuenta de la dimensión humana de este gran escritor, creo que hasta película se ha hecho sobre este libro, narra la historia de un lugar donde de improviso se expande una contagiosa epidemia de ceguera, lo singular del caso es que la gente no se queda a oscuras sino que lo ve todo blanco, es una ceguera lechosa, una excelente metáfora social de cómo perdiendo algo tan vital como la visión el orden establecido se trastoca y valores, usos y costumbres cotidianas se vuelven enemigas del mismo hombre, una clara alusión a la vileza de la segregación de parte de los que si pueden ver y el surgimiento de nuevas formas de abuso incluso dentro de los que sufren la desgracia de no ver. Cuando tengas un tiempito léelo, si quieres te lo puedo prestar, avísame.
    Mario

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  3. Justamente, ese es uno de los que leí hace 4 años. Un poco dificil de leer cuando no conoces al autor bien, ya que no se sabe si habla en primera y tercera persona por momentos.Tengo el DVD de la película "A ciegas" con Julianne Moore y Mark Ruffalo. Buenaza.

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