miércoles, 12 de octubre de 2011


EL CREADOR DE” PINOCHO”
Una historia en fina madera

El cuento trata del retozón pero bondadoso títere que se convierte en un inquieto niño de carne y hueso, se han vendido por millones desde que salió a la luz en 1881. Tan solo en Italia se han vendido centenares de ediciones de esta historia en ediciones a partir de 1940, año en el que el libro se declaro de dominio público, y son unas cuantas miles las publicadas en el mundo entero.

En la actualidad Pinocho está considerado como una de las más famosas creaciones de la literatura infantil, y sus aventuras se han traducido a más de 200 idiomas y también está editado en dialectos por todo el mundo entre ellos el esperanto.

Sin embargo, a pesar del éxito alcanzado por Pinocho, el nombre de su autor es muy poco conocido por los lectores y en muchas ocasiones es hasta desconocido. Muchos jóvenes en el mundo le atribuyen la autoría a Walt Disney, y en algunos países la gente lo supone de origen popular. En realidad Pinocho , es una obra de Carlo Collodi, autor florentino relativamente moderno ya que nació en 1826, fue empleado gubernamental de segunda categoría, folletista político y “los adultos son demasiados difíciles de comprender y complacer “.

Lorenzini era el verdadero apellido de Collodi, pero tomó este apellido porque era el nombre del pueblo natal de su madre como nombre de pluma en 1860.Cuando andaba por la mitad de su carrera y en previsión del día en que apareciera un articulo político que había escrito y que podía suscitar controversias. Hombre soltero, Collodi era amable, aunque taciturno, con talento para hacer reí. Hacia 1875 el editor Piaggi le encomendó la traducción de un libro de fabulas francesa. La obra alcanzo gran éxito, y Collodi recibió el encargo de escribir varios libros de texto de tono ligero y humorístico, entre ellos una gramática y una aritmética elemental y cuatro manuales de geografía. En 1881 se le dio la comisión de escribir algunos artículos para el Giornale per i bambini, semanario de Roma destinado a los niños. Collodi, que andaba escaso de fondos, se apresuro a llenar varias hojas de su papel azul pálido personal con los dos primeros capítulos de la Historia de un títere, acompaño este trabajo con una carta dirigida al editor, en que decía : “ le envió esta chiquillada. Haga usted con ella lo que le parezca pero, si la pública, páguemela bien para que me den ganas de continuarla”

Lo que ocurrió después no se sabe a ciencia cierta. Tal vez Collodi se fastidió de su creación, pero por lo que haya sido, los capítulos siguientes fueron apareciendo en forma irregular, al punto que el editor tenía que apremiar al autor para que se los enviara, y los lectorcitos hacían llover sus protestas sobre el semanario. Collodi, aburrido de su obra, no obstante el entusiasmo que manifestaba su público infantil, la abandono cuando llevaba escritas dos terceras partes de ella, y la dio por terminada con el episodio que publico en octubre. Llovieron de nuevo las protestas, y el editor del Giornale per i bambini, se vio obligado a anunciar: “El señor Collodi me ha escrito para decirme que su amigo Pinocho no ha muerto; la verdad es que está más vivo que nunca y habrá de contarnos todavía muchas cosas extraordinarias “.

Y cuatro meses después el folletín volvió a aparecer en las páginas del periódico con el nuevo título de Las aventuras de Pinocho. Collodi cedió los derechos de su obra a la casa editorial de Paggi por solo 500 liras (moneda antigua usada en Italia) Y en 1883 el folletín se publico en forma de libro. Hasta el día en que murió, en 1890, Collodi no tuvo porque lamentar la operación, ya que , como los padres de familia de aquella época no se sintieron muy contentos con un personaje que parecía alentar en sus jóvenes lectores una inclinación a hacer diabluras, fueron pocas las ventas de las aventuras de Pinocho. Pero el libro se resistía a desaparecer, si quiera fuese porque toda una generación de niños y niñas italianos mantenía a Pinocho con vida gracias a una especie de campaña secreta. La fenomenal popularidad que el cuento conquisto no tardo en inspirar estudios serios y criticas sesudas.

En nuestros días son más de 200 los análisis y ensayos eruditos que se conocen acerca de Pinocho. Muchas autoridades contemporáneas opinan que Pinocho es, en realidad una pintura vigorosa, henchida de incidentes, de la vida y de los tiempos de su autor. El director o empresario que figura en el libro y que mueve el espectáculo de títeres al que Pinocho asiste, deriva del gran duque Leopoldo II ç, uno de los toscanos más eminentes de la época. El episodio en el que participa al zorra malvada y el gato está basado, según se cree, en un sujeto de apellido Gatto, ladrón de gallinas muy conocido en el barrio donde vivía Collodi. Hay, así mismo, una escena en que Pinocho, lo devora un terrible tiburón. Dentro del vientre del tiburón, el muñeco se encuentra con su padre, Gepetto y un atún (ya después la historia cambia y se lo come una ballena).

El incidente tuvo su origen en las relaciones de Collodi con cierto acaudalado florentino, de nombre Pagliano. De este, el padre del escritor había obtenido prestadas algunas sumas de dinero, pero los altos intereses que Plagiano le cobraba había dejado sin recursos al viejo Lorenzini, quien al fin fue “devorado” por sus deudas . Carlo Collodi tuvo que acudir en ayuda de su padre. A la vez que saldaba aquella cuenta, Collodi auxilió también a un joven amigo suyo, quien quizás le sirvió de modelo para el personaje del atún que corresponde a las bondades de Pinocho ayudándole a el y a Gepetto a alcanzar la costa a nado cuando escapan del vientre del tiburón. Para estas fechas, varias generaciones de lectores se han regocijado con Las Aventuras de Pinocho, y el explosivo y perdurable éxito obtenido por el relato de Collodi ha tenido toda clase de repercusiones.

En 1952, por ejemplo, la comisión nacional de monumentos de Pinocho (QUE HOY SE DENOMINA FUNDACION CARLO COLLODI), inicio una colecta para recaudar la cantidad de 40.000.000 de liras que se destinarían a construir un parque publico en una gran extensión de terreno, cerca de la aldea de Collodi. La cuarta parte del costo del proyecto se sufrago con aportaciones de la niñez italiana, mientras los admiradores de Pinocho en 22 países extranjeros contribuyeron con un millón de liras. El parque se inaguró en 1956 y en el se levanta un imponente grupo escultórico que representa a Pinocho, al hada niña y un pájaro.

La escultura esta en un prado, rodeada por la placeta mágica, o plaza de los milagros, un parque de diversiones y una exposición permanente de algunas de las ediciones italianas y extranjeras de Pinocho. Los muñecos inspirados en Pinocho que se venden todos los años suman varias decenas de millares, hay varias películas rodadas de Pinocho y su libro sigue siendo del deleite de los niños el títere de Collodi se ha convertido en el deleite de los niños y de los hogares en todo el mundo. Allí están las frases celebres de que si no estudian les saldrá orejas de burro o si mientes tu nariz seguirá creciendo como le sucedió a Pinocho cuando contaba alguna mentira.

Así pues , en cierto sentido, Pinocho vive en cada momento de nuestras vidas de una u otra manera se compenetra con nosotros y es un títere de carne y hueso ,cuya existencia de muñeco demuestra los padecimientos que la maldad puede causar como los amigos que inducen a que sigamos el camino incorrecto y prueba de la bondad y del arrepentimiento de Pinocho hace que se transforme en ser humano. Bien decía Pinocho, “¡Que ridículo era yo mientras fui títere! ¡y qué contento me siento de haberme convertido en un chico de verdad ¡ A pesar de los años siempre tendremos a la mano un libro de cuentos ahora un video, pero el mensaje es el mismo de generación en generación, siempre existirá un niño dentro de nosotros para contar las aventuras de Pinocho a nuestros niños

Será hasta pronto con otro tema
Desde Mozambique en el África
Manuel H. Barreto García

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