JAPÓN: LUEGO DE LA TRAGEDIA Balance, conjeturas y reflexiones
Japón ha sido azotado por frecuentes fenómenos telúricos, pero no había, desde los tiempos de la posguerra en 1945, sentido algo tan devastador que tocó simultáneamente varias áreas incluyendo movimientos verticales en Tokio, la capital del país. La Universidad de Tokio informó que el sismo fue 180 veces mayor que el terremoto de Kobe en el 1995 que dejó más de 6,500 victimas. El violento sismo también puso en alto riesgo la central nuclear de Fukushima en una de las provincias afectadas. Solo la férrea disciplina del pueblo japonés ha podido ser el muro de contención para evitar mayores y serios daños a pesar de los peligros latentes de una explosión radioactiva. Hasta ahora son incalculables las terribles consecuencias que dejará la radiación que emana de esta central nuclear, no solo para Japón, sino en contra del planeta.
Este terremoto se produjo en la Fosa de Japón, donde la Placa del Pacífico subduce bajo la Placa de Ojotsk. Un terremoto de esta magnitud por lo general tiene un frente de ruptura de al menos 480 kilómetros y requiere de una larga línea de falla relativamente recta. Debido a que el límite entre placas y la zona de subducción en esta región no es tan recta, es por lo que los terremotos en esta región se espera tengan magnitudes de entre 8 y 8,5, por esto la magnitud de este terremoto fue una sorpresa para algunos sismólogos. La región hipocéntrica de este terremoto se extiende desde la costa de Iwate hasta las prefecturas fuera de la costa de Ibaraki.
En mis viajes por el mundo he podido comprobar la sensibilidad de la gente ante lo sucedido, y concuerdo con muchas personas que lo que ha experimentado el país de Japón es catastrófico y eso hubiera sido apocaliptico en países como el nuestro. También se dice que en algunos medios de comunicación no autorizados que este desastre fue realizado por la mano del hombre y por una potencia del hemisferio norte. Siendo Japón un país acostumbrado a estos fenómenos, resulta tan extraordinario que esta ecatombe de gran magnitud no haya sido calculada como acostumbran prevenir.
Japón ha sido azotado por frecuentes fenómenos telúricos, pero no había, desde los tiempos de la posguerra en 1945, sentido algo tan devastador que tocó simultáneamente varias áreas incluyendo movimientos verticales en Tokio, la capital del país. La Universidad de Tokio informó que el sismo fue 180 veces mayor que el terremoto de Kobe en el 1995 que dejó más de 6,500 victimas. El violento sismo también puso en alto riesgo la central nuclear de Fukushima en una de las provincias afectadas. Solo la férrea disciplina del pueblo japonés ha podido ser el muro de contención para evitar mayores y serios daños a pesar de los peligros latentes de una explosión radioactiva. Hasta ahora son incalculables las terribles consecuencias que dejará la radiación que emana de esta central nuclear, no solo para Japón, sino en contra del planeta.
Este terremoto se produjo en la Fosa de Japón, donde la Placa del Pacífico subduce bajo la Placa de Ojotsk. Un terremoto de esta magnitud por lo general tiene un frente de ruptura de al menos 480 kilómetros y requiere de una larga línea de falla relativamente recta. Debido a que el límite entre placas y la zona de subducción en esta región no es tan recta, es por lo que los terremotos en esta región se espera tengan magnitudes de entre 8 y 8,5, por esto la magnitud de este terremoto fue una sorpresa para algunos sismólogos. La región hipocéntrica de este terremoto se extiende desde la costa de Iwate hasta las prefecturas fuera de la costa de Ibaraki. La Agencia Meteorológica de Japón declaró que este terremoto puede haber generado una ruptura en la falla desde Iwate a Ibaraki, con una longitud de 400 kilómetros y un ancho de 200 kilómetros. Se ha señalado que puede haber tenido el mismo mecanismo que el de otro gran terremoto ocurrido en el año 869, que también causó un tsunami de gran tamaño.
En mis viajes por el mundo he podido comprobar la sensibilidad de la gente ante lo sucedido, y concuerdo con muchas personas que lo que ha experimentado el país de Japón es catastrófico y eso hubiera sido apocaliptico en países como el nuestro. También se dice que en algunos medios de comunicación no autorizados que este desastre fue realizado por la mano del hombre y por una potencia del hemisferio norte. Siendo Japón un país acostumbrado a estos fenómenos, resulta tan extraordinario que esta ecatombe de gran magnitud no haya sido calculada como acostumbran prevenir. Con un extraordinario sentido de orgullo, tenacidad y amor por su patria, los japoneses se repondrán como el ave Fénix de las calamidades y desastres causados por la naturaleza que de manera imprevista golpea con furia y fuerzas devastadoras a territorios y comunidades en cualquier punto del planeta.
Tenemos que estar muy atentos, nosotros los peruanos en la prevención de sismos. La planificación deberá ser prioridad en los próximos gobiernos. Muy poco se ha hablado sobre este punto en la campaña electoral de este año, solo escuché a la candidata a presidente, Juliana Reymer referirse al tema y al cambio climático con mucho énfasis durante su campaña.
Reflexionemos pues, planifiquemos qué hacer y no esperar a que suceda esto y estar desprevenidos sin saber que acción tomar. Comencemos por casa y en nuestros centros de trabajo.
Unas semanitas más y ya estoy de vuelta en Perú
Humberto Barreto García
Nunca e visto tanta desgracia junta. Este terremoto a sido más fuerte que cualquiera que halla sentido aquí. Tengo 10 años viviendo en Tokio, soy peruano y e perdido a dos amigos muy queridos. Oren por nosotros.
ResponderEliminarRoberto R.T