SEMANA SANTA
PASIÓN DE JESÚS
LAS 7 PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ
Reflexiones e interpretaciones
Hace más de dos mil años, un modesto hombre marcó el destino de nuestras vidas, Jesús. Vino a la tierra a darnos la mejor enseñanza de amor; a pesar de las humillaciones, todo soportó por los hombres de la Tierra, fue tal su gran amor que no le importó perder la vida en la cruz.
Las siete veces que Jesús habló mientras estaba en la Cruz, tienen gran significado para nuestra vida, hoy. Las Palabras sobre las que vamos a reflexionar son nuevas, -aunque todos los años de nuestra vida las escuchamos una y otra vez en estas fechas- son muy nuevas ya que podríamos decir, que Jesús las pronuncia a cada instante. Y no envejecen, porque las pronuncia a cada corazón y a cada hombre en el hoy de la historia.
Son palabras para siempre. Sí, estas palabras históricas pronunciadas desde la cruz son palabras eternamente nuevas, y hacen a quienes las acogen y las viven hombres también nuevos. Cuando las tres cruces estuvieron en alto se hizo un gran silencio. Nadie terminaba de entender lo que estaba ocurriendo. Se acercaba la muerte y Jesús estaba ya muy débil. La sangre no había dejado de gotear y cada intento de movimiento la hacía fluir más. En torno a la cruz se había intensificado la soledad y estaba verdaderamente solo y se sentía desprotegido.
Todos morimos solos, incluso cuando morimos rodeados de amor y de amistad. Por mucho que el agonizante tienda su mano y se aferre a otra mano, sabe que allá en el interior, donde se libra el último combate, en la más íntima intimidad, está solo, definitivamente solo. Y Jesús no quiso sustraerse a esta ley de la condición humana. Y vio su soledad multiplicada por el espanto de quien muere joven y en una cruz, odiado , despreciado y dramáticamente consciente de todos sus dolores. Y habló Jesús. Nos abrió su corazón. Nos manifestó sus sentimientos.
El día de hoy justamente simboliza -no importa la fecha exacta- el Día en que Jesús nos entrega la más grande manifestación de su amor por la humanidad. Con su muerte y resurrección era "empezar de nuevo" y rehacer un nuevo orden dentro de los hombres de este mundo. Con su sacrificio renueva la vida de todos sus seguidores que después de más de dos mil años, tratan de continuar el camino trazado. Durante su Santa Agonía esboza las frases que han marcado toda una doctrina y que ahora volvemos a evocarlas nuevamente:
Primera palabra
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".(Lucas 23, 33)
Tercera palabra
"Mujer, ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre". (Juan 19, 26-27)
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".(Lucas 23, 33)
Es magnánimo, perdonó a todos y sigue perdonando a los ladrones, a las autoridades judías, al gentío, a los transeúntes, a los soldados, a sus discípulos; perdona a todos: a los corruptos, a las prostitutas, a los hipócritas, a los desinhibidos, a los políticos, a los que construyen las armas y a los que hacen las guerras, a los genocidas y a los abortistas, a los que pecan de oculto y a los que lo hacen en público, a los criminales de profesión y a los que lo son sin que lo aparenten.
Segunda palabra
"Te aseguro hoy estarás conmigo en el paraíso". (Lucas 23,43)
"Te aseguro hoy estarás conmigo en el paraíso". (Lucas 23,43)
Jesús es admirable, distingue en el corazón de los malhechores lo que ellos tienen y se conmueve, es así como uno de estos, reclama desde su cruz su inocencia, además reconoce en él que es Rey, y nos enseña como debemos cargar esa pesada cruz si hemos hecho algo para merecerlo. Señor, así como ese buen ladrón, y no como el otro quiero ser, esto es tener la capacidad para reconocer lo que merezco, la cruz que debo cargar, por mis malas acciones, pero en el fondo ser humilde y pedir perdón y misericordia.
"Mujer, ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre". (Juan 19, 26-27)
María simboliza y promueve la unidad porque todos los cristianos somos sus hijos; simboliza y promueve la santidad, con su amor y su ternura hacia su Hijo y hacia la voluntad del Padre; simboliza y promueve la catolicidad, porque es la nueva Eva, la madre de la nueva humanidad, a la que todos los hombres estamos llamados; simboliza y promueve la apostolicidad, con su presencia y su solicitud por los apóstoles como en el cenáculo en los días de Pentecostés. María es Iglesia. María hace Iglesia, engendra la Iglesia.
Cuarta palabra
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mateo 27, 46)
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mateo 27, 46)
Dios no tiene relación con el Pecado, y en ese momento Jesús llevo el peso de nuestro pecado en la cruz y el Padre tuvo que abandonar a Cristo, por causa de nuestro pecado. Se acerca la muerte. No es el final de la existencia corporal, la liberación y la paz, sino la muerte que representa el fondo del abismo, la inimaginable profundidad de la angustia y devastación. Se acerca el final y a la vez el comienzo. Desnudez, impotencia horrible, desolación desgarradora. No existe más que abandono lacerante. Y en esta noche del espíritu y de los sentidos, en este vacío del corazón donde todo abrasa, su alma insiste en llorar. La tremenda soledad de un corazón consumido se hace en ti invocación a Dios.
Quinta palabra
"Tengo sed" (Juan 19, 28)
"Tengo sed" (Juan 19, 28)
Estas palabras del Evangelio nos muestran que Jesús de Nazaret es real y que sus sufrimientos son también reales. Igualmente cuando nos aproximamos a una persona que vive con VIH y con sida tenemos que tomar muy en serio sus sentimientos y necesidades. Lo peor que podemos hacer es minimizarlas o negarlas. Muchas veces nos cuesta olvidarnos de nuestros sentimientos y de nuestras historias que interfieren en la escucha y en el acompañamiento. Es necesario siempre partir de las necesidades expresadas por el otro o la otra. No nos acercamos ni acompañamos por nuestras necesidades, que también son reales y tenemos que tener clara conciencia. Este acercarse es un despojarnos de nuestras identidades para poder escuchar que el otro y la otra tienen sed. Sed de vida y de dignidad, sed de ciudadanía y de pertenencia.
Sexta palabra
"Todo está cumplido" (Jn 19,28)
Jesús ha ido a donde el Padre quería; ha predicado cuándo, dónde y por el tiempo que el Padre quería; ha hecho los milagros que el Padre quería; ha elegido a los hombres que el Padre le indicó; ha predicado la verdad y la justicia, como el Padre quería; ha vivido conforme a lo que predicaba, para agradar a su Padre; ha sufrido los tormentos indescriptibles de la pasión y de la cruz; ha cumplido las Escrituras. Jesús ha hecho la voluntad de su Padre del Cielo. Nosotros, ¿estamos cumpliendo con Dios?
Séptima palabra
"Padre en tus manos encomiendo mi espíritu". (Lc 23,46)
Cuando el Señor dijo estas palabras, se conmovió el universo completo. Todos los demonios del infierno supieron que estaban vencidos. La muerte habia sido destruida, la victoria era total. Desde el inicio hasta el final de nuestra tarea es importante encomendar nuestra acción entre las manos de Dios. Solo en la perspectiva de saber que todo aquello que hacemos, pensamos y proponemos lo estamos haciendo en la perspectiva de la cruz, puede brindarle aún a los momentos más tristes o difíciles la perspectiva de la victoria. No será fácil construir una iglesia y una sociedad más inclusiva. Hay que vivir con la alegre noticia de que Dios es el Padre que cuida de nosotros. Y, aunque a veces sus caminos sean incomprensibles, tener la seguridad de que El sabe mejor que nosotros lo que hace. Hay que amar a Dios, sí. Pero también hay que dejarse amar y querer por Dios, enconmendando todo nuestro ser.
Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte. Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre. Que este domingo de Pascua, resucitemos también como Cristo y renovemos de esta manera nuestras vidas. No es fácil pero podemos intentarlo. Saludos a todos.
El Editor
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