DOMINGO DE RAMOS
EL JUICIO DE UN INOCENTE
"Crucifícale, crucifícale..!"
Por el P. Clemente Sobrado
San Mateo 27, 12 - 31 (lectura abreviada):
Reflexión
Fuente
La Iglesia que camina
"Crucifícale, crucifícale..!"
Por el P. Clemente Sobrado
San Mateo 27, 12 - 31 (lectura abreviada):
Y, mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondió nada. Entonces le dice Pilato: “¿No oyes de cuántas cosas te acusan?” Pero Él a nada respondió, de suerte que el procurador estaba muy sorprendido. Cada Fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran. Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: “¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo?”, pues sabía que le habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos lograron persuadir a la gente que pidiese la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. Y cuando el procurador les dijo: “¿A cuál de los dos queréis que os suelte?”, respondieron: “¡A Barrabás!” Díceles Pilato: “Y ¿qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo?” Y todos a una: “¡Sea crucificado!” “Pero ¿qué mal ha hecho?”, preguntó Pilato. Mas ellos seguían gritando con más fuerza: “¡Sea crucificado!” Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: “Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.” Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado. Cuando se hubieron burlado de Él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.
Es posible que muchos se sientan extrañados de que en este domingo de Ramos leamos la historia de la Pasión, es que el Evangelio de Ramos sólo se lee en la Procesión, luego la Misa es de Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Nosotros, en razón del tiempo, solo hemos leído el juicio ante Pilatos.
La Pasión de Jesús es un juicio y también una condena triple. Condena y juicio a la religión y condena y juicio al poder político y condena y juicio al Pueblo que en este día la aclama y que el Viernes Santo grita su condena.
A decir verdad, históricamente los primeros responsables de la condena y muerte de Jesús son los representantes religiosos y luego los representantes políticos en la figura de Pilatos, aunque tampoco el pueblo se salva. Lo cual significa que esta semana la religión debiera sentirse cuestionada por la Pasión y Muerte de Jesús, también los poderes políticos lo mismo que el pueblo en general.
La Pasión y Muerte de Jesús son caminos de gracia y salvación, pero también se convierten en juicios, en críticas de la religión, en críticas de la política y en crítica del Pueblo de Dios. Todos somos responsables de su Pasión y muerte y todos somos salvados en esa Pasión y en esa Muerte. Son los representantes religiosos los primeros responsables de su Muerte y, luego, son los poderosos los que prefieren su muerte a ver tambalear su sillón presidencia. Tampoco el pueblo se salva por dejarse manipular por ambos poderes, el religioso y el político.
Como veis la Semana que comenzamos no puede ser indiferente ni para la Iglesia ni para los poderosos ni para ninguno de nosotros. ¿Seremos capaces de mirarnos todos a la luz de la Cruz? ¿Seremos capaces de tomar conciencia de nuestras responsabilidades?
Uno de los mayores problemas de la religión es justificar sus disparates e incluso sus modos de pensar en nombre de Dios. En nombre de Dios y en nombre de la religión podemos hacer grandes tonterías. En nombre de Dios hemos justificado muchas guerras. En nombre de Dios hemos justificado muchas muertes. En nombre de Dios podemos seguir condenando a aquellos que no piensan como nosotros En nombre de Dios podemos condenar a Dios.
Pilato ve que todo aquello es un lío religioso interno de ellos mismos, ve que allí hay demasiados intereses personales, ve que allí hay mucho de mentira. Pilato contempla a aquel pobre hombre que le han traído y se da cuenta de que políticamente es un infeliz, a lo más puede ser un iluso que ha soñado con ser rey, lo siente como inofensivo. Además, la serenidad del rostro de Jesús le está diciendo que allí hay un hombre sano, sin mayores pretensiones.
De una u otra forma todos somos responsables de la condena de Dios y la muerte de Dios. Los Sumos Sacerdotes por no aceptar el mensaje y la persona de Jesús como Hijo de Dios. Pilato por reconocer la inocencia de Jesús pero con miedo a perder su poder de Gobernador. Y el pueblo que se deja manipular por los grandes.
Dios estuvo en la Pasión y muerte de Jesús, pero es una presencia silenciosa, está ahí por más que no lo veamos. ¿Recuerdan aquello del campo de concentración Auswitz cuando estaba muriendo un niño inocente, y alguien gritó: Dónde está Dios? Y se oyó una voz que decía “aquí”. Dios muriendo en el niño que muere. Dios sufriendo la injusticia en nuestras injusticias. Solemos quedarnos con lo que ven nuestros ojos. Los ojos ven mucho sufrimiento y mucha injusticia. La verdadera pasión está dentro del corazón de Jesús, es ahí donde tendríamos que entrar estos días, según aquello de San Pablo: “Sentid en vosotros los mismos sentimientos que Cristo Jesús.” Ustedes saben bien que los corazones hablan más en el silencio que con las palabras.
Los sentimientos más profundos de Jesús en su Pasión los resumiría todos en uno: el amor. Jesús no es un héroe del dolor, es el héroe del amor. Ser capaz de pasar por todas esas humillaciones, incluso la terrible humillación de la crucifixión y, sin embargo, seguir amando aún a aquellos que lo condenan.
La Iglesia que camina
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