Sobre la hipotética creación de una "provincia especial"
Queremos hacer una reflexión como habitantes de Lima ante el peligro de fragmentación en que se encuentra nuestra urbe por la propuesta, a todas luces electorera, del Presidente García de crear una “provincia especial” en el distrito de San Juan de Lurigancho. Como recordarán García hizo esta propuesta sin tener en cuenta que la figura de “provincia especial” no existe en nuestra legislación, sin consultar con la Municipalidad de Lima Metropolitana, sin un estudio previo, sin que la respectiva comisión del Congreso la revisara; la sacó de la manga, como ha hecho con otros proyectos.
Como era de esperarse, en la “espontánea” marcha que llegó a presionar al Congreso para que aprobara esta ley figuraban en primer lugar dos personajes muy cercanos al presidente, que están postulando a una curul. Las grandes urbes como Lima no pueden fragmentarse en provincias, pues se agravaría la falta de unidad de criterios para gobernar que ya existe con los 42 distritos en que está dividida nuestra ciudad.
Por ello estas urbes tienen en todo el mundo un tratamiento especial; en el Perú también, pues la Municipalidad de Lima Metropolitana de acuerdo a Ley debería funcionar como una Región, y el alcalde provincial ser el Presidente Regional de Lima – ciudad. Que eso no se haya dado por la falta de interés del acalde anterior no es argumento para dividir Lima. Pensemos por ejemplo en Nueva York, que con 15 millones de habitantes tiene un solo alcalde que le da unidad a la vida de la metrópolis.
La gente común cree que al ser provincia tendrá más recursos, lo que es ilusorio; pero se juega con su ilusión; y esto corre rápido: ya surgió un avispado alcalde pidiendo la creación de la provincia de Lima Sur, en poco tiempo se pedirá las provincias de Lima Norte y Lima Este, sólo para empezar. La creación de nuevas circunscripciones territoriales es un asunto serio que debe verse con criterios técnicos, productivos, sociales y geográficos; nunca electoreros ni en época de elecciones. Más bien debería el Perú juntar varios distritos pequeños, con poblaciones insignificantes, en muchos de los cuales la alcaldía atiende una o dos veces al mes, y cuyos alcaldes viven en otras ciudades. Este proceso de concentración haría al aparato estatal más eficiente, disminuiría el gasto en personal, y daría mayor unidad a los procesos económicos y sociales.
Juan Borea Odría
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