

Es una pequeña y cómica historia que data del tiempo del colegio y que César Velazco hace meses hizo que volviera a mi mente nuevamente.

Un día le estuve contando a César Velazco sobre la película hindú “Mendigar o morir”, que la había visto en el cine y que el argumento era muy triste, lleno de pobreza y miseria. Me acordé que en esos momentos no tenía nada en los bolsillos también, y como jugando nos pusimos a extender la mano pidiendo unos centavos a propios y ajenos. Él se chupó y todavía recuerdo que me entregó lo que había recolectado. A veces César, Martín y Ray me seguían para después “hecho el trabajito” disfrutar juntos algo para comer.

No todo era tampoco color de rosa y nos la llevábamos fácil. Existían alumnos de otros salones que me insultaban y hasta algunos nos correteaban por todo el patio porque se sentían ofendidos con tal acto. Del otro lado de la gente, existían los “caseritos”, aquellos que siempre nos daban algo, entre ellos estaba nuestro compañero Monroe que siempre su cuota no era nunca menos que un jugoso sol – aquellos de verdad por supuesto- , con esa linda gente nuestro botín llegaba diariamente a 4 soles aproximadamente, gran cantidad de dinero en aquellos tiempos.

Fue una experiencia que ahora me da risa pero no me avergüenza para nada. Pienso que esa travesura planificada y sumamente organizada sirvió para muchas cosas, nos divertía y aprendíamos la lección que las cosas resultan muy fáciles cuando las hacemos en conjunto. El grupo que me acompañaba desde lejos se encargaba de escoger a las “víctimas”y otro me seguía no tan lejos para cuidarme de las posibles agresiones. Todos al final compartíamos aquel fruto del trabajo, si se le puede llamar así a eso....Está demostrado creo entonces que desde siempre disfruté del trabajo grupal, aunque para ser sincero, siempre me tocaba la peor parte...
Paco Cárdenas Linares
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