MARISTAS BOYS 78

Desentralizando el blog, en esta oportunidad tengo el placer de presentar un relato que escribiera Humberto Barreto hace unos meses, antes de emprender su viaje por alta mar. Haciendo gala de su memoria, esta es la historia de Juanito Velarde en un día de playa durante el verano de 1978. Realmente toda una locura....

UN LOCO EN LA PLAYA

Un día estabamos en la playa el loco de Juanito Velarde y yo, eran los tiempos cuando estudiábamos en el Centro Base ( antes Mixto) unos meses antes de entrar al Maristas, así que era el verano del 78. Bueno, a la playa llegaron unos chicos que hacían promoción a un shampoo que estaba de moda, creo que era Selsun Blue, también habían chicas impulsadoras -esas con bikini diminuto y mallas superajustadas.

El loco Velarde se va a mirar y me dice "Espera un momento...voy a ver de qué se trata" y se perdió como media hora, yo aproveché en computarme una tahembri (o sea "mamacita rica") y le invité unas chelitas. Cuando ya estaba acercando mi hocico al suyo unos conchasum...que estaban jugando pelota, desparramaron arena de playa sobre nosotros. La chica salió despavorida dejándome con las ganas y algo más.

"El loco!" dije. Ya había pasado más de una hora y yo en otra cosa que no estar cerca al vesánico de Juan, al locquito no se le podía dejar ni un rato solo. Me acerco donde estaba la gente y el alboroto y encuentro a Velarde haciendo cola para concursar con otros patas en ropa de baño. El ganador le harían una prueba de lavado de cabello. Todos los de la fila eran patas bien plantados, pintones y fornidos. Juan era el más chato de todos, la bermuda le llegaba casi a los talones, un desastre total. Su figura insignificante era la burla de los otros concursantes que le decían "Oye huevón...qué haces tu acaá?".

Realmente la pepa del loco Velarde era comparable a la de una palta reseca hasta el perno. A él no le importaba, siempre optimista y haciendo la señal de la victoria avanzaba ante el jurado. Eso sí, Juanito siempre ha sido un payaso, siempre ha tenido buen caracter y un excelente sentido del humor...

Estando muy cerca de su turno se acercó al grupo de chicas impulsadoras, esas que promocionan el producto y les dijo: "Vengan!!.....acérquense no sean tímidas que no muerdo. Pónganse junto a mí para que las vean y puedan lucirse conmigo...!" Ellas se mataban de risa y le siguieron la corriente. Todo era un cague de risa para el loco y para los que se ganaban con el show.

Aprovechó para coger de la cintura y caderas a las modelos, sus manos traviesas corrían por los alrededores de la cintura de las féminas y él delirando de éxtasis. Todos aplaudían, silbaban o gritaban. La gente estalló en carcajada cuando Velarde se puso a modelar su atrofiada anatomía por la pasarela, realmente se robó el show playero.

Salió como finalista -no por lo pintón sino por payaso- y le dieron el shampoo para que lo probara, él se fue corriendo a lavarse la cabeza...pero al mar! ......Cuando regresó le preguntaron sobre los resultados de la prueba y cómo había quedado su cabello, a lo que él respondió desenfadado:

"La verdad...esta huevada no sirve para nada...ni espuma sale. Diganle a los dueños de la empresa que este producto no sirve..!" Fue un loquerío y un total mate de risa, aquel experimento del shampoo fue un completo desastre para los promotores aquella mañana, pero para el público presente fue lo mejor. Indudablemente para el loco Velarde fue su consagración y con su ocurrencia me hizo olvidar el plantón que me hicieron a la orilla del mar.

Humberto Barreto García