sábado, 15 de mayo de 2010


Hace algunos días tuve un sueño que me pareció bastante singular y me pareció una buena materia prima para ensayar un breve relato, además tener un sueño o una pesadilla es para mí un buen síntoma porque significa que he podido dormir aunque sea por algunos momentos, aunque el contenido haya resultado algo tanático y surrealista.

LA CONJURA
Aquellos documentos eran muy importantes, contenían los acuerdos de todas las acciones previas y la relación con los nombres de todos los que participaban en la conjura, doblaron los papeles y los enrollaron con cuidado haciendo un pequeño paquete que cabía en la palma de una mano cuidando de borrar todas las huellas digitales. Entonces lo llamaron y le dijeron:

- Por la Bajada de Armendáriz, avanzando como en dirección a las playas hay unos pequeños arbustos, verás más adelante unos geranios de flores naranjas, ahí ocultarás este paquete sin que nadie te vea, es algo simple en su forma pero la tarea es de vida o muerte, no solo por su contenido sino porque la suerte de la persona que lo tiene que recoger depende de la ejecución exitosa de este encargo, demás está advertir que debes tomar las mayores medidas de seguridad al respecto.

Se puso unos guantes de lana, tomó el pequeño paquete y lo introdujo en el cangurito que portaba dirigiéndose hacia el lugar indicado. El invierno había comenzado y aunque aún era temprano –cerca de las 9 a.m.- no hacía mucho frío, sin embargo en el camino comenzó a sentir aquella sensación de ser seguido u observado y sus manos comenzaron a enfriarse a pesar de los guantes.

Llegó hasta el malecón y bajó las escalinatas hacia la vereda que bordea la autopista por donde discurrían veloces los autos; avanzó varios metros y comenzaron a emerger los pequeños arbustos y divisó a lo lejos el brillo fosforescente de las flores anaranjadas de los geranios, cuando estuvo ya frente a las flores se agachó como atándose los cordones de las zapatillas y deslizó rápidamente el paquetito entre los arbustos de geranio; ya está hecho –pensó-, se paró y apuró el paso hacia la siguiente escalera y al hacerlo miró de reojo hacia atrás y se dio cuenta que unos sujetos a lo lejos emprendían un trote en su dirección, no lo pensó dos veces y partió la carrera ganando la escalera y la subió corriendo de dos en dos escalones; detrás de él la persecución ya era abierta y los que estaban atrás emprendieron también la carrera.
Llegó a la cima del malecón y vio unas tiendas comerciales con grandes puertas de vidrio abiertas de par en par y entro rápidamente, unos minutos después, sus perseguidores ya estaban haciendo lo mismo. Él tenía la ventaja de estar solo y podía moverse con rapidez, entrando y saliendo por varias puertas, buscando confundirse con los pocos clientes que a esa hora estaban en la tienda hasta que divisó nuevamente la puerta de salida y corrió rápidamente hacia ella, unos pasos más y ya estaba en la pista adyacente y siguió corriendo a pesar del extraño calor que sintió en su espalda y justo en ese momento apareció una combi que sobre parando abrió su puerta y el cobrador sacando la cabeza gritó:

- ¡Chorrillos, Chorrillos…!, y sin dudarlo un segundo subió raudamente a la combi y ésta siguió su camino; se sintió aliviado, después de todo había logrado escapar y ahora debía buscar la forma de avisar a los otros que las cosas seguían su curso. Estaba sumido en estos pensamientos cuando escuchó nuevamente al cobrador que anunciaba:

- ¡Último paradero! Y acto seguido se bajó de la combi que dio media vuelta y se marchó, sin embargo una vez parado en la acera, observó que se había bajado sin pagar el pasaje y que el cobrador no le había reclamado nada; sacudió su cabeza como para despejar su mente y trató de ubicarse dónde estaba y pudo oler la brisa marina y escuchar el rumor del mar, se encontraba en un descampado y a lo lejos divisó un paradero de combis y hacia allí se dirigió. Luego de caminar unos diez minutos por un suelo polvoriento llegó al paradero y lo encontró muy parecido a un ranchito de provincia, con una ramadita rústica, unas bancas de madera chusca apoyadas en paredes de adobe y cuatro buses rojos que tenían inscrito a los lados: Las Delicias – Chorrillos – Lima.

Estando ya próximo al paradero un bus partía con los asientos ocupados y decidió entonces esperar el siguiente y se ubicó detrás de una pequeña fila de personas y recién ahí cayó en la cuenta de que aún no sabía con precisión en qué lugar estaba y, más extraño aún, el cielo presentaba una oscuridad crepuscular sobrecogedora sobre todo teniendo en cuenta que, desde el incidente de la persecución, no había transcurrido más de una hora y tendría que ser las diez o diez y media de la mañana como mucho, sin embargo este clima extraño que observaba contrastaba con la agradable frescura del ambiente, definitivamente había algo que no encajaba.

Aquella oscuridad indefinible le molestaba, preguntó qué hora era y nadie tenía reloj, dónde estaban y todos alzaban los hombros y estando en este afán las personas comenzaron a subir al bus. Subió y una nueva sorpresa lo esperaba dentro, como sentados al azahar encontró varios rostros conocidos ahí estaban Carlos, Julio, Emilio,Esther, Nelly, Alex…. y el bus emprendió la marcha. Entonces, ya muy nervioso le preguntó al cobrador:

- Este bus va para Lima ¿no?
Y le respondió:
- Señor, este bus va para el infierno, pero en el camino habrán varias paradas, Ud. Se bajará con otros más en el siguiente paradero.
Esta respuesta lo sacó de cuadro y se volvió hacia el asiento de Carlos para preguntarle:
- ¿¡Puedes decirme que mierda está ocurriendo¡? ¿¡Qué haces tú aquí!?
- No estoy seguro, contestó Carlos, estaba en mi sala mirando la televisión y de pronto sentí un dolorcillo en la axila izquierda y fue subiendo hacia el cuello; de pronto me encontré aquí en el paradero viéndote llegar y subir al bus; yo creo que todos los que estamos aquí estamos muertos.

En ese momento, nuevamente se escuchó la voz del cobrador: - ¡Bajan cinco! ¡Pie derecho, pie derecho…! ¡Dale…! Y se bajaron y se encontró de pronto al lado de los geranios naranjas y mas allá la escalera y mientras subía por ella el crepúsculo iba dando pie al alba y poco a poco llegaba la claridad, llegó al borde del malecón y ahí estaba, nuevamente, la tienda comercial y entró por la gran puerta de vidrio saliendo hacia la calle por la otra puerta y el recuerdo de lo que pasó se agolpó en atropellada en su angustiada mente y como un pantallazo lo vio todo nuevamente, vio cuando cruzó raudamente la calle y tras él apareció su perseguidor con una metralleta en la mano y volvió a sentir el calor lacerante de la ráfaga que se estrellaba en su espalda y pudo ver cuando cayó de bruces en el pavimento y al matador acercándose y a otro mas que le dio alcance y le recriminaba:

- ¡Ya la cagaste!, no debiste matarlo porque muerto no nos sirve de nada, las órdenes eran llevarlo con vida, ahora nunca sabremos lo que se traía entre manos y encima nos darán una semana de rigor.
- No creo que nos den rigor por esto, diremos que intentó atacarnos y parecía que sacaba un arma del canguro, por otro lado, le recordaremos al jefe que él mismo nos dijo que el mejor revoltoso es el revoltoso muerto y éste ya no nos dará más trajín.

Los vio hablar por un radiotransmisor con alguien y retirarse dejando el cuerpo inerte en un charco de sangre y mientras esto veía, vio también que abajo del malecón alguien se aproximaba a los geranios y como quien recolecta un manojo de flores naranjas tomó con cuidado el pequeño paquete y lo introdujo disimuladamente en el bolsillo de su casaca y escuchó que por el pequeño transmisor que tenia decía:

- Acaban de matarlo a sangre fría, pero dejó el paquete donde debía y nada los conduce hacia nosotros, la conjura continúa…
Mario Domínguez Olaya

3 comentarios:

  1. Bueno, tu ensayo narrativo, mezcla de Kafka y El sexto sentido(pelicula de 1999)Deberías de escribir más. Podrías continuar esta historia con el nobre de La Conjura 2 o algo así. Lo que importaría ahora es tener más horas de sueño. Te felicito Rocco.

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  2. PITECANTROPOS ERECTUS20 de mayo de 2010, 13:32

    MEJOR SERIA QUE SUEÑES COMO VIVIAS EN LA EPOCA DE LAS CAVERNAS

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  3. ESTA BUENO LO QUE ESCRIBES SIEMPRE LEO TODO,MI ESTIMADO MARIO,LO DEMAS SOLO ES MOSONADA DE ALEGRIA,NO LO TOMES A MAL,SUEÑA CON EL LOCO SOLORZANO Y VERAS QUE LAS COSAS SE PONEN COLOR DE HORMIGA DE HIROSHIMA.

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