MARISTAS BOYS 78

UNA GRAVE IRRESPONSABILIDAD
Sobre las universidades de Huancavelica

No sabemos el final que tendrá el conflicto generado en Tayacaja, pero lo que sí sabemos es que esta lamentable situación nos debe servir para reflexionar como ciudadanos sobre la manera como no deben nunca actuar el Congreso de la República ni los dirigentes de la sociedad.

Lo primero que debemos hacer antes de formar opinión es conocer los acontecimientos. En este caso el problema se ha generado porque el Congreso emitió una ley creando la Universidad Nacional Autónoma de Tayacaja. Para quienes no conocen, Tayacaja es una provincia de la región Huancavelica; en su capital Pampas funciona una sede descentralizada de la Universidad Nacional de Huancavelica. Hace unos días el Congreso de la República aprobó un proyecto de ley presentado por congresistas de la Región por el que se crea la Universidad Autónoma de Tayacaja; como de acuerdo a la constitución los congresistas no tienen iniciativa de gasto, la Ley señala que la Universidad de Tayacaja funcionará en el local y con el presupuesto de la actual sede descentralizada de la Universidad de Huancavelica. Los estudiantes de la Universidad de Huancavelica apoyados por la población se han movilizado y declarado huelga general por el recorte a sus rentas y la apropiación de su centro de estudios; por otro lado los habitantes de Tayacaja también se han levantado exigiendo la creación de la Universidad en dicha ciudad y amenazado con tomar la central hidroeléctrica del Mantaro si no se satisface su demanda.

Hay varios aspectos en esta problemática. Las familias entienden que un título universitario garantiza a sus hijos un mejor nivel de vida; piden entonces universidades en sus ciudades. Muchos congresistas y funcionarios del Ejecutivo intentan sintonizar con este deseo de la población para legitimarse y recabar votos con miras a una posible reelección y propician la creación de Universidades por doquier. El pleno del Congreso avala estos pedidos a sabiendas que no hay mayor financiamiento ni condiciones de calidad; lo hacen para no enemistarse con la población y para poder ellos luego pedir en retribución a su voto favores para iniciativas de ellos. Siguiendo con esa dinámica, este año se han creado varias universidades públicas y privadas, y hay en la cola de autorización otras tantas.

Al final muchos acaban estafados. Las familias porque gastan recursos y ponen expectativas en universidades precarias que no aseguran calidad educativa. Los estudiantes porque los títulos que obtengan (si culminan los estudios) estarán devaluados en el mercado de trabajo; porque los puestos de trabajo posibles para las carreras de fácil creación (las más baratas) ya están saturados, y probablemente tengan que ganarse la vida en ocupaciones distintas a la carrera en la que invirtieron tanto tiempo. La sociedad local porque esas universidades sin laboratorios ni bibliotecas, con catedráticos de bajo nivel académico, no aportarán realmente en investigación y desarrollo local.

Otro aspecto que da que pensar es el triste papel que juegan en estos conflictos los Presidentes Regionales y las autoridades locales. A pesar de ser gobierno no dirigen la vida de sus regiones o localidades y son desbordados por las demandas reivindicativas; ante el conflicto o se acomodan con los quejosos, o se ponen de costado dejando que las cosas caminen por su cuenta y se resuelvan solas o con intervención del gobierno nacional. La sociedad debe ofrecer alternativas de educación superior no centradas en el título universitario. En países más desarrollados la oferta de institutos tecnológicos de calidad es amplia, y el mercado de trabajo para estos egresados en amplio. Hay que parar en nuestra patria esta creación de universidades sin futuro y más bien invertir en fortalecer las existentes con el fin que sean dignas de ese nombre, y no meros centros de expendio de títulos devaluados.

Juan Borea Odría