MARISTAS BOYS 78

FIESTA CRIOLLA EN DICIEMBRE DE 1988

Reencuentro en Tecnicar

De derecha a izquierda empezando por la fila superior: Roberto, Hugo, Aníbal, José,
Walter P., Coco, Walter V., Milton, Pepe, Rubén y Paco

 Faltando muy poco para cumplir cuatro años nuestra web, vamos a recordar un evento que significó mucho para Los Maristas Boys 78 en esos tiempos y hasta la fecha es recordado alegremente por muchos. Algunos de los visitantes del blog no han tenido la oportunidad de revisar los artículos de las primeras temporadas y es por eso que de vez en cuando, en este espacio algunas notas recordaremos. La primera vez que se publicó fue en noviembre del 2007 y lo traigo al presente con algunos agregados:

Ésta fue una de las poquísimas veces que este selecto grupo de amigos se reunían. Se estaba celebrando el cumpleaños número 26 de Hugo Flores, un 22 de Diciembre de 1988 en su recién montado taller de planchado y pintura automotríz. Como todos recordarán TECNICAR SERVICE (en esos tiempos algunos le decían Tecnibar) era la consolidación del esfuerzo de alguien que comenzó muy joven en el negocio del planchado y pintura para automóviles.

Siempre era costumbre,  que Huguito cuando cumplía años -como también lo es ahora- su local se llenaba de gente que acudía a saludarlo y pasarla bien. Esta vez no desfilamos por separado durante el día, sino que nos pusimos de acuerdo para caerle en mancha y hacer algo  diferente. Comenzamos a desfilar de uno en uno. Me acuerdo que  llegué con Walter Palomino. Hugo ya estaba algo sazonado celebrando en  compañía de Walter Valderrama. Al poco rato, casi al caer la tarde se apareció José "chino" López muy alegre, era una de las pocas veces que se reunió con la mancha. Estábamos felicitando los cambios que Huguito había realizado a su taller cuando apareció el loco de locos, el inconfundible  Rubén Solórzano, que venía cantando un vals criollo al entrar. Es cuando López sugiere que le pasemos la voz al artista de la guitarra, el virtuoso Milton Escobar. Después de un rato éste llega acompañado de Pepito Chávez con aires de cantor emulando a Manuel Donayre. En eso aparece Roberto Lecaro un poco contrariado, nos contaba que había salido con su tío que había venido desde "los yunaites", y era por eso su demora.

Nos veíamos después de tiempo y en aquel sitio reinaba la alegría, en especial Hugo que no paraba de festejar esa algarabía reinante en su oficina. Más tarde llegaron Coco Cotrina, pidiendo disculpas por llegar tarde debido a sus clases en la universidad (y para variar...tenía un seminario) y José Anibal Bustamante (el otro chino).

Milton se trajo guitarra y cajón. Erán las 7 de la noche (hora histórica para los amigos de Hugo) y el loco Rubén comenzó a tocar el cajón siguiendo un compás y ritmo que contagiaba.  Milton guitarra en mano desató unos acordes de polka peruana y a los cuales se le unió el repique de castañuelas de Pepito Chávez.

Uyuyuy...se armó la jarana y comenzamos a interpretar la canción "Zaña", acordándonos de la época en la que la cantábamos en el colegio. Pasaban las horas, se destaparon creo mas de cinco cajas de cerveza , la alegría y el júbilo iba creciendo. Acompañando con las palmas cantábamos valses, marineras y festejos. Era un momento donde los amigos de siempre, algunos inclusive que vivían en el extranjero llenaban la oficina de Hugo y festejaban aquel reencuentro.

Lamentablemente éramos todos hombres, porque las ganas de bailar con tanto ritmo afloraba. Serían las 8 y media de la noche cuando el "Chino" López sacó del bolsillo su pañuelo e invitó a bailar una marinera a Pepe Chávez, que a la primera atracó. Hicimos campo al centro del saloncito y comenzó la resbalosa. No lo sabíamos pero el chinito sabía bailar bien su marinera, tondero y hasta festejo. Pepito ya estaba con la cintura medio quebrada pero le metía alma, vida y corazón en cada paso.

Imposible olvidar aquella reunión, una de las que más gocé con la gente que estimo y aprecio. Aquellos amigos que son de toda la vida. Es una pena que algunos no se encuentren ya con nosotros, otros muy distanciados por equis motivos. Eran épocas en donde no existián tantos compromisos ni tanto estrés como ahora....también todos eran solteros. 

Han pasado más de dos décadas de ese acontecimiento y parecíera que fue ayer. Algo parecido pasó cuando fuimos a visitar a Ricky enfermo, pero tendríamos que programar algo similar porque creo que lo merecemos nuevamente.

 
Paco Cárdenas Linares
 
Artículo original