UNA ELECCIÓN QUE CONSTITUIRÁ UN HITO
Es inevitable el comentario a los resultados en las elecciones de la gran potencia del norte. La crisis económica mundial, la guerra de Irak, y las personalidades mismas de los contrincantes lograron que los habitantes del mundo entero tuvieran en su conversación cotidiana el proceso electoral.
De entre las múltiples conclusiones que se pueden hacer al respecto, quisiéramos hacer una reflexión sobre un hecho que para nuestros jóvenes es poco conocido: el hecho de la elección de un presidente de raza negra, hijo de un inmigrante de Kenia. Hace menos de cincuenta años nuestro campeón nacional de boxeo Mauro Mina fue a pelear a USA, y fue rechazado de restaurantes y servicios porque era negro. Había letreros de “Prohibido el ingreso a perros y a negros” en muchos establecimientos. El transporte público, la educación, los servicios, eran separados para blancos y para “gente de color”. Existía una organización violentista, el Ku Klux Klan (todavía existe, aunque con menor fuerza), que golpeaba y atacaba a negros y a blancos que defendían el derecho de igualdad racial.
Cuando la Corte Suprema de USA estableció el ingreso de estudiantes negros en universidades “para blancos”, en un Estado cuyo gobernador se negó a acatar la orden el presidente Eishinhower tuvo que movilizar a la Guardia Nacional, que en uniforme de combate y bayoneta calada escoltaba a los estudiantes negros en su ingreso, estadía y salida del local de estudio. Esas fotos, publicadas en la otrora famosa revista “Life” despertaron conciencias sobre el tema. La lucha de la comunidad negra tuvo en la década del 60 su gran conductor en Martin Luther King, pastor de raza negra que predicó la lucha no violenta y fue asesinado.
No sabemos el rumbo que tomará la política norteamericana los próximos cuatro años; sobre todo porque, más allá de las esperanzas despertadas, los poderes fácticos influyen mucho más de lo que se pudiera sospechar en las decisiones de la gran nación. Y porque en realidad las diferencias entre demócratas y republicanos no son abismales. Pero la elección de un presidente negro (mulato diríamos nosotros) constituirá un hito en el tema racial. Dios quiera que ese hito remueva conciencias también en nuestro país, donde el racismo está presente no de manera abierta, pero si en la mente de muchas personas que exigen “buena presencia”, o se “reservan el derecho de admisión”.
Juan Borea Odría
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