MARISTAS BOYS 78

ACEITADAS Y FAENONES

La irrupción en la escena política de los llamados en un principio “petroaudios” y hoy “multiaudios” (pues la gama de “negocios” es mucho más amplia que el petróleo) pone ante nuestra conciencia ciudadana un tema doloroso: la corrupción en el manejo de la cosa pública.

Confluyen varios elementos negativos: la misma interceptación telefónica es un delito, pues va contra la privacidad de las personas; pero gracias al cual se ha podido descubrir indicios de negociados poco claros. Ahora bien, y salvando la responsabilidad de los periodistas que publicaron los audios que les hicieron llegar, es lícito preguntarnos por qué razón los que las grabaron dieron a conocer ahora esas grabaciones, y si son tan solo la punta de un iceberg con el cual intentan negociar otros aspectos como por ejemplo sentencias benignas, que se comparta “la torta” presupuestal o semejantes.

A los ciudadanos con cierta criticidad y que son capaces de atravesar las cortinas de humo (¡Vuelve Magali!... ¡continúan las eliminatorias!...¿se casará de nuevo Gisela?...), les queda claro que hay varias estructuras mafiosas que rodean al aparato estatal: empresarios que hacen negocios turbios, funcionarios que venden influencia y accesos, integrantes de nuestras fuerzas armadas que se dedican a la escucha ilegal para fines delincuenciales, etc.

Es por ello necesario exigir mecanismos de transparencia, presionar a las autoridades con vigilancia ciudadana, construir partidos políticos sólidos, continuar en el camino de la honestidad hasta en los mínimos detalles, formar a las nuevas generaciones en la ética y la capacidad de reflexión y de lucha. No es fácil, pues se choca contra paradigmas arraigados (“roba pero hace obra”, la “viveza criolla”, el “tener esquina”, el considerar un c… a quien teniendo oportunidad no roba, etc.) Construir una sociedad que valga la pena se convierte en una lucha de cada día. Cada peruano, cada uno de nosotros, tiene su lugar en esta pelea.

Juan Borea Odría