viernes, 20 de febrero de 2009

HUMBERTO BARRETO: SU AMISTAD ES COMO EL VINO

La semana pasada publiqué un artículo en donde se graficaba la importancia de la integración de los alumnos dentro del aula de clases en tiempos de colegio. Hoy, hablaré de alguien quién con el paso de los años se ha convertido en uno de los mejores amigos, se ha constituído en una persona que al igual que el vino, cuanto más tiempo tiene, mejor se le disfruta. El quinto de secundaria -a propósito de la extensa huelga magisterial de 1978- tuvimos como nuevos compañeros a un grupo de estudiantes provenientes de otros colegios que formaron parte de la promoción tan solo unos meses antes de terminar el año escolar.

De ese grupo cabe destacar la persona de Manuel Humberto Barreto García, nacido en Lima un 2 de mayo de 1960. Desde el primer día hizo denodados esfuerzos para integrarse al grupo. Es muy dificil para uno incorporarse a un grupo tan compacto como era el de nosotros. Años atrás Coco, Andrés, César, Juan pagaron tributo de ser los "nuevos" del salón, siempre no faltan las mofas y burlas en torno a su manera de hablar, de vestirse, a las facciones, etc para sentirlos menos. La crueldad de la infancia y la adolescencia en este sentido hacen que el entrar al grupo sea todo un acontecimeinto no muy satisfactorio para el postulante.

Barreto García anhelaba desde años atrás ser "marista", muchos amigos y conocidos estaban estudiando en el Ramírez Barinaga, y él por motivos diversos no estaba allí. Es justamente en 1978, justo unos meses antes que termine el año Humberto se traza el proyecto de "conquistar" Pablo VI a toda costa usando todo tipo de "armas", dentro de estas estaba su verborrea. El popular "Dientón" era bueno para contar chistes e historias muchas de ellas 40% genuinas, el resto producto de su imaginación, a raíz de ello se le bautizó con el apelativo de "Humberto Palermo" por los "palos" que daba.

Durante su paso por la promoción Humberto, a decir verdad no era amigo mío, sin embargo siempre hubo empatía entre nosotros que años más tarde de gestó una inquebrantable amistad. Lo positivo de Humberto era su caracter, jovial, siempre positivo, un poco picón pero de una chispa en el hablar. Era flaco, de estatura media, abundante cabellera -eso sí, siempre peinado- de unos incisivos centrales superiores superdesarrollados que le daban un aspecto "roedoide", siempre esbosando una sonrisa. Muy servicial e impetuoso, alegre y jacarandoso, así se movía Barreto García entre nosotros.

Esos pocos meses hizo muchos amigos dentro y fuera del salón de clases, las chicas del salón homólogo al nuestro compartían con él algunos minutos del recreo. Se concretó también uno que otro amor por ahí. Lo más memorable de su paso por el colegio fue la organización de La Fiesta de Confraternidad y Camaradería -primer actividad que Walter realizó como presidente- en donde se suscitaron una serie de hechos que la hicieron inolvidable -les prometo hablar de esta en un futuro- Lo que puedo adelantar es el destape y despertar sexual de muchos de nosotros, un saldo de 98% embriagados, un condiscípulo calvo y la casa de Humberto en ruinas al final de la jornada.

Hablo en esta oportunidad de Humberto, por ser un fuerte representante de esa valiosa gentita que se incorporó al grupo el último año de colegio. También por ser un gran elemento en Pablo VI por su carisma, don de gente, muy desprendido y de alma muy noble. Él se ha convertido en uno de los gestores de lo que ahora es la Promoción Pablo VI, y aún estando fuera del país se siente conectado con su gente y está al tanto de lo que sucede en el grupo. En el 2002 fue el pilar y uno de los gestores para que se reorganizara la promoción. También lideró la cruzada en pro de nuestro amigo Juan Velarde ese mismo año y al año siguiente permaneció al lado de los promotores que hicieron que Pablo VI sea lo que es ahora, un grupo que funciona en la alegría y en la adversidad y que junto con su ex profesores han logrado una integración que es digna de imitar.

Hemos compartido con el amigo muchas jornadas y nos hemos dado cuenta que tiene un corazón tan grande como su vientre. Su predilección por la gastronomía ha desarrollado en él un gran profesional de la cocina y un excelente gourmet. Viaja por el mundo en un navío llevando sus mejores sabores a los tripulantes e invitados. Muy hogareño, cuando está en casa se transforma y se vuelve un "hacedetodo", muy polifacético soluciona todos los problemas domésticos e inclusive hasta se da tiempo de ayudar a su comunidad en lo referente al ornato público y seguridad ciudadana.

El día de hoy justamente se cumplen 25 años y un mes de su matrimonio con Roxana su esposa. Poseedor de dos hijos, Manolo y Claudia a los cuales ama y se desvive por ellos y por su felicidad. Forma parte de ese grupo de nosotros que ya es abuelo y está muy orgulloso de serlo. Su satisfacción en el trabajo es realizar lo que a él le gusta y tener la oportunidad de viajar por el mundo conociendo mucha gente y lugares muy hermosos.

Paracaidista, chef, licenciado en turismo, ha seguido cursos de salvataje y supervivencia, idiomas, etc. quién sabe que más habrá estudiado. Antes que se dedicara a su actual labor, desfiló por muchos trabajos para responsabilizarse por su familia y por su madre. Todo esto le ha servido para desarrollar en él una real valoración a las cosas y mucha responsabilidad en cada paso que da.

Creo que ha sido poco de todo lo que puedo hablar de Humberto hoy, él es uno de los que después de salir del colegio se ha convertido en un amigo de verdad. Es en esta oportunidad que le rindo un simbólico reconocimiento por lo entregado y que este artículo sirva para dar a conocer -para los que no lo conocen tan bien- lo bueno que es tenerlo como amigo.
Paco Cárdenas Linares

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