jueves, 23 de septiembre de 2010

"ROBA PERO HACE OBRA"


La semana pasada comentamos sobre la distorsión que hay en la conciencia cívica del peruano promedio al sobredimensionar "las obras" como un mito electoral. Reiteramos que el problema no son las obras en sí; pero hay que tomar conciencia que lo que necesita una ciudad es un GOBERNANTE que lidere con el apoyo de un equipo y consultando a las organizaciones sociales. Y que solo en ese marco tienen sentido las "obras". Esto es más urgente en una ciudad como Lima que por un lado es una metrópoli con más habitantes que muchos países, y por otro es un mosaico de 43 distritos de diverso tamaño en el cual lo tradicional es que cada municipio intenta administrar (no gobernar) su jurisdicción mientras el Municipio Provincial "hace obras" y no coordina acciones con los distritos. Como la gente ha visto esto desde niña, su demanda para un alcalde no es la que debería ser.

Un ejemplo para finalizar mi reflexión sobre esto, es el Estadio de la Universidad San Marcos. Es el Estadio más grande del Perú, con aforo inicialmente para cien mil personas. Pero casi no se usa, pues las vías de acceso son escasas y estrechas, y llevar cien mil personas a ese lugar generaría una atoro del tráfico de magnitud incontrolable.

Hoy queremos invitar a la reflexión sobre otra frase muy común en el imaginario popular, y que es profeso no la incluí en la editorial pasada para que no se confundieran los planos. La frase es "roba pero hace obra"; esta frase expresa un sentimiento que nos debe preocupar. Por un lado, es la idea de la población que todos los gobernantes se postulan para enriquecerse en el cargo. Y ya que "todos van a robar", por lo menos que parte de este dinero se invierta en la ciudad. Por otro lado, es la justificación del delito que encubre también otro sentimiento: en cuanto pueda, yo también robaré o estafaré, pues el robo del grande hace complaciente el del chico; y quien no roba no es por honesto, sino "porque no puede". Una frase de Fujimori en la campaña en 1990 ilustra esta percepción: le descubren que declaraba menos valor del real a las casas que vendía para defraudar en el pago de impuestos, y también le descubren que recibió predios agrícolas destinados para campesinos de Reforma Agraria; su respuesta es "yo no soy caído del palto". Lo que, contrario sensu, indica que quien es honesto sí es un "caído del palto".

Lo trágico es que esta respuesta no es una expresión original de ese sujeto, sino que es una concepción muy difundida en nuestro país; incluso se admira como inteligente a quien roba, cuando se expresa con cierta envidia "este la supe hacer.. ¿Cómo hacer un buen gobierno con este sentimiento subyacente?

En este campo necesitamos ejemplos de gobierno municipal decente, honesto, y al mismo tiempo eficaz. Cuando la población compruebe que esto es posible, cambiará su percepción y empezará a pedir a los candidatos lo que ahora en su mayoría no pide. Hagamos lo posible como electores y como ciudadanos vigilantes para que se de ese gobierno en nuestra Lima y sus distritos.

Juan Borea Odría

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si deseas, déjanos tu comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL PERÚ