Hasta que llegó el dia esperado, el paseo planificado meses atrás a la Reserva Paisajistica Nor-Yauyos, un paradisíaco lugar que solo lo habiamos leído en revistas, periódicos y escuchado de muchas voces que decían lo bello y hermoso del lugar por su naturaleza, cascadas, cataratas, etc, y que despues de ponerlo a consulta al grupo para visitarlo, la votacion fue unánime y solo quedaba que la comisión se ponga a trabajar para que este paseo se haga realidad y sea el nuevo reto del año, y exitoso como siempre con la ayuda de todos sus integrantes.
Eran las 2.25 am, sonaba el celular, era Martín que habia venido a recogerme, en el auto ya estaba Paco, listo como siempre con su bolsa de dormir, carpa y otros implementos para el gran paseo, el objetivo final era nada menos que acampar en Huancaya, Distrito de la provincia de Yauyos, a 3.554 m.s.n.m, luego pasamos a recoger a César Velazco, que nos esperaba tambien en su casa muy ansioso porque ya nos había llamado para que no se olviden de recogerlo.
Una vez los cuatro en el auto, nos dirijimos a la casa de Martín Pulpín donde estaba el resto del grupo esperándonos muy emocionados y listos para el viaje, ya en la casa nos esperaba Daniel, Mario, Miguel Aguilar, Miguel Contreras, Percy, Humberto y la gran revelacion, nada menos que Tomás Uribe, uno de los compañeros que ya se estaba integrando al grupo meses antes, asistiendo a todas la reuniones, demostrando bastante responsabilidad y fiel cumplidor de sus promesas y ya se vislumbraba como uno de los viajeros fijos porque se le notaba que es de los que le gusta la aventura y mucho mejor con sus compañeros, y hoy, iba a dar su prueba de fuego en esta larga travesía.
En ese momento justo llega nuestro querido profesor Juan Borea, con la Custer que nos iba a trasladar a todos los lugares ya coordinados a visitar en el viaje, como siempre bien precavido tambien, con los implementos necesarios demostrándonos una vez mas su experiencia y conocimiento en este tema y acompañándonos, como en los viejos tiempos de Scouts de los que siempre fue nuestro guía, muchas gracias Juan.
En ese momento justo llega nuestro querido profesor Juan Borea, con la Custer que nos iba a trasladar a todos los lugares ya coordinados a visitar en el viaje, como siempre bien precavido tambien, con los implementos necesarios demostrándonos una vez mas su experiencia y conocimiento en este tema y acompañándonos, como en los viejos tiempos de Scouts de los que siempre fue nuestro guía, muchas gracias Juan.
Despues de subir las cosas a la Custer, partimos exactamente a las 3.45 am con dirección al sur, bromas iban y venían de cada uno de nosotros, se recordaban temas de colegio, anécdotas, etc, poco a poco se iba calmando el ambiente hasta que en un momento dado, ya no se escuchaba nada, algunos dormían, otros miraban a través de la ventana el camino hasta que a las 5.30 am estabamos entrando a San Vicente de Cañete; 5.40 am. en Imperial; 5.50 am en el peaje y a las 6.20 am cruzabamos Lunahuaná. Recordamos que el año pasado acampamos frente al río y la pasamos muy bonito.
Luego a las 6.35 am en Catapalla; 6.45 am Pacarán y a las 7.am a la altura del km 66 hicimos un alto en la Represa El Platanal, donde bajamos para tomar fotos casi al vuelo para luego proseguir con el viaje. 7.12 am San Juan; 7.15 am en el km 70 estabamos en el límite Provincial Pacarán-Yauyos ; 7.31 am km 79 en Catahuasi. Seguimos por el camino y dieron las 7.40 am km 83 Canchán; 8.08 am Capilluca, a esta altura teniamos ya, al río Cañete que bordeaba la carretera y practicamente guiaba el camino hasta nuestro destino final, es decir Huancaya.
A las 8.16 am estabamos ya en el km 102 Putinza; 8.25 am km 107 Calachota; 9.05 am km 129 Magdalena; y exactamente a las 9.17 am Km 133, estabamos en un desvio (a la izquierda) que comunicaba con el pueblo de Yauyos. Decidimos que teníamos que conocer el lugar y entramos con la Custer, como quien dice, hasta las últimas consecuencias, porque nada ni nadie nos iba a detener. Hasta ese momento teníamos viajado exactamente 5 horas 32 minutos desde que partimos de Lima y ya estabamos en el desvio a Yauyos.
Esta subida al pueblo de Yauyos fue bastante accidentada, el camino era bastante angosto, muy polvoriento porque entraba el polvo por la ventana que dicho sea de paso se cerró de inmediato para no "talquearnos" antes de tiempo, aparte que por trechos el camino era para que sólo pase un carro, es decir, que si venía otro carro de regreso, había que tocar la bocina antes de tiempo para que uno de ellos se acomode en un lugar mas espacioso y pueda cruzar el otro carro y con mucho cuidado de no caer en el precipicio, una pestañada y omnibus abajo. Este tramo para llegar al pueblo era de 10 largos kms zigzagueantes bordendo cerros que para mala suerte nuestra Custer recalentó y tuvimos que esperar hasta que enfríe el motor y poder proseguir el viaje. Sin duda fue muy oportuna e importante la participación de Percy en estos momentos ya que como especialista en motores de avión y autos ayudó a solucionar el problema y finalmente todo no fue más que un susto, sino hasta ahora seguiríamos varados en ese lugar.
Hay que resaltar que en pueblo anterior, es decir en Magdalena, se está construyendo una nueva
pista a la espalda del cerro que va a agilizar la llegada al pueblo de Yauyos, es decir se evitará todo este camino peligroso y polvoriento a este pueblo, ojalá sea pronto.
pista a la espalda del cerro que va a agilizar la llegada al pueblo de Yauyos, es decir se evitará todo este camino peligroso y polvoriento a este pueblo, ojalá sea pronto.
Cuento también que mientras el carro estaba varado en esta subida, Juan Borea convocó a un grupo a proseguir el camino, pero "caminando". Al toque, el primero en bajar fue Mario Domínguez, seguido por César Velazco y Tomás Uribe. Miguelito Contreras no quiso ir porque no había tomado desayuno y ésta era una manera de reclamar para que le pongan algo de atención. Finalmente la Custer avanzó, alcanzamos al grupo y volvió a recalentar, en este segundo grupo que quería seguir caminando recién se animó Miguelito, pensando que al toque lo ibamos a alcanzar con la Custer, pero se chasqueó porque lo alcanzamos despues de 20 minutos largos de caminata en todo el sol. Al final subió mas cansado que nunca, se sentó y no se movió hasta llegar al pueblo, para eso ya todo estaba bajo el control de Percy que dicho sea de paso, es un maestro en el tema y es la segunda vez que nos auxilia, la primera fue en Cañete, en el viaje anterior.
Llegamos al pueblo aproximadamente a las 11.20, aquí tomamos nuestro primer desayuno-almuerzo que nos resultó bastante reparador despues de varias horas de no probar nada, el mas feliz de todos era Miguelito Contreras que hacía 4 horas estaba reclamando su desayuno y recién ésta era nuestra primera parada para comer, yo estaba mal como consecuencia del soroche que me estaba destruyendo en forma lenta pero después de esa sopa a base de queso que almorzamos, me pasó como por orden de magia pero me fié y pedí una ensalada de palta y al momento, nuevamente me dolía la cabeza.
Tenemos un anécdota en este pueblo que prefiero no comentar, porque por un comentario en voz alta bastante bromista como siempre de nuestro amigo Humberto Barreto acerca de una casa de Hospedaje, casi nos "linchan a todos" y les aseguro que no se salvaba nadie, porque a una señal de esta propietaria al grupo del lugar que estaban haciendo política nos iban a caer como 60 personas encima, ufff de la que nos salvamos, en fín, una anécdota mas.
Despues de recorrer este pueblo y conocer mas de sus costumbres, subimos a la Custer para emprender la bajada y proseguir nuestro viaje a Huancaya que cada vez se hacía mas cerca, a la 1.50 pm estabamos nuevamente abajo en el Km 133, este tramo de regreso se hizo mas fácil y rápido por ser bajada. A las 4.06 pm estábamos en la laguna de Piquicocha; a las 4.50 pm llegábamos al pueblo de Vitis donde todos bajamos a tomar fotos; caminamos buen rato, conocimos su Plaza y su Iglesia. Aquí habían colectivos que traían gente de Lima, pueblo muy bonito, nosotros estabamos encantadísimos y no sabíamos ya que observar, por un momento cada uno de nosotros tomó un rumbo diferente y nos perdímos en las calle angostas de piedra, por ahí vimos a Daniel Zevallos con su poncho marrón perdiéndose entre la gente, era uno más.
Al rato Juan Borea nos conmina a continuar y subir a la Custer para proseguir, ya estábamos cerca. En el carro todos estabamos contentos, veíamos a Martín bastante alegre, ya habíadescansado lo suficiente en el carro porque casi la noche anterior no había dormido; veíamos también a Daniel como siempre fregando a la gente, haciendo una y mil bromas con todos como en el colegio, a un Tomás Uribe hablando en voz alta a cada rato "Tengo hambre". A un Mario Dominguez que no se dejaba atacar en el sentido bromista logicamente; a un Paco callado pero observador y tomando fotos por doquier y con la filmadora en mano; a un Percy haciendo también bromas de vez en cuando pero bastante animoso por llegar; a un Humberto tomando fotos al que se descuidaba con fines nada inocentes y a Juan Borea adelante como guía general observando todo y explicándonos de vez en cuando en que sitio estábamos y enseñándonos muchas cosas de los lugares por donde pasábamos. Él ya había venido antes y compartía sus conocimientos con nosotros, era el padre de todos, el mejor maestro del mundo que nuevamente nos guiaba y teníamos la suerte de tenerlo nuevamente.
Que bonito grupo, como antes, con la misma alegría e ilusión de niños, solo que ahora bordeamos los 47 y 50 años pero con mas conocimiento de la vida, más responsables y lo mas importante, un gran respeto entre nosotros, con una amistad más sólida que nunca, que cualquier grupo envidiaría, ese espíritu ganador inquebrantable que todo lo puede, esa es nuestra promoción.
Despues de 15 minutos de salir de Vitis siendo las 5.30 pm, por fín llegábamos a Huancaya, no habíamos anunciado nuestra venida pero parecía que nos esperaban, bajamos en el pueblo. Había un frío infernal y era imposible acampar, decidimos entonces a sugerencia de Juan, buscar donde hospedarnos, nos repartimos en grupos, en ese lugar no hay hoteles, solo hospedajes, así que con Martín encontramos un bonito lugar, pero el elegido fue el que encontró Juan Borea, este hospedaje se llamaba "Brisas de Mayo" y tenía una hermosa vista al río. En cada cuarto habían 2
camas y había suficientes cuartos para todos, aparte que la comida en este mismo local era bastante cómoda pero tenía de todas maneras que pasar el control de calidad de todos nosotros para decidir si también tomábamos desayuno aquí mismo el día de mañana, en fín, bajamos nuestras cosas y nos acomodamos en los cuartos de a 2 personas, luego fuimos a caminar pero antes Juan coordinó con el dueño del local que debía de preparar para la noche porque estaríamos de regreso a las 8 pm.
camas y había suficientes cuartos para todos, aparte que la comida en este mismo local era bastante cómoda pero tenía de todas maneras que pasar el control de calidad de todos nosotros para decidir si también tomábamos desayuno aquí mismo el día de mañana, en fín, bajamos nuestras cosas y nos acomodamos en los cuartos de a 2 personas, luego fuimos a caminar pero antes Juan coordinó con el dueño del local que debía de preparar para la noche porque estaríamos de regreso a las 8 pm.
Caminamos buen rato haciendo una inspección ocular por todo el lugar, entramos a un museo pequeño que nos cobró 1 sol x persona donde había restos de esqueletos como si los hubieran sacado de un fardo, cráneos que habían sido trepanados, etc. Que bueno que este pueblo tenga este museo, esto habla mucho de su cultura. Después salimos nuevamente a caminar, ya era de noche, bordeamos un camino con poca iluminación al borde de las cascadas que se veían aún de noche, que bonito lugar. Mas allá hicimos un alto para prender una caja de bombardas que habíamos traido de Lima y que mejor oportunidad para hacerlo entre nosotros al borde del rio y la oscuridad, esta bombarda de 48 disparos iluminó la noche, alumbrando con luces de colores la oscuridad y con ruidosos estruendos que le dio cierto toque de festividad ya que esa noche era especial para nosotros, una más para nuestro libro.
Después regresamos a la plaza de armas, nos tomamos 500 fotos y regresamos al hospedaje según lo planificado, al llegar nos estaban esperando unos riquísimos panecillos con queso acompañados con café para algunos y con mate de coca para otros. En resumen, estuvieron riquisisísimos, despues, a voto mayoritario se decidió que al día siguiente ibamos a tomar desayuno a las 7 am. en este mismo lugar, y que los que querían podían ír a dormir, sin embargo la mayoría nos quedamos conversando en la mesa hasta las 11 pm aproximadamente, recordando cosas, haciendo planes futuros para el grupo y muchas cosas mas. Después, todos a dormir porque hacia demasiado frío, es más, cuando personalmente fui a mi cama, ésta tenía 5 frazadas y una colcha, ya se imagínan que tal helada nos esperaba en la madrugada, y eso que esta temporada aquí no es invierno, saquen su cuenta.
Julián Antezana Sánchez
(Continuará mañana)
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