viernes, 11 de febrero de 2011


"NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE"


Siempre diré que la cultura está botada. Desde que mis pasos han caminado libremente por buscar algo que no sea necesariamente cotidiano y común, he visto con aflicción y condena, como el arte y la cultura en general no es del gusto popular de la población. Preferimos gastar y estar en uno de los caros conciertos de algún artista extranjero que presenciar un espectáculo cultural GRATIS..! Exposiciones, teatro, cursos, retiros, ponencias, grupos críticos, conciertos de música peruana y clásica, ferias de libros, etc, donde se exponen los "nutrientes del alma", siempre han estado al alcance de cualquier bolsillo, inclusive algunos, sin costo alguno, pero la gente "no le da bola".

Es cierto que ahora todos apuestan por el dinero, todo es comercial. Tanto en la televisión como en la escena cultural limeña y nacional, no existe tanto que escoger como en antaño. Me acuerdo muchas veces, en los años setenta, haber acudido a imnumerables salas con exposiciones de artes plásticas, donde existía una realtiva concurrencia de expositores y de gente que acudía. Inclusive con Walter Palomino hemos ido a conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional sin pago alguno, en el Teatro Municipal, la Concha acústica del Parque Salazar, el Museo de Arte o aquí nomás, en la Parroquia Niño Jesús de Ciudad de Dios. En esa oportunidad, se realizó un concierto muy interesante donde el programa fue muy atractivo, pero que lamentablemente la concurrencia no llegaba ni a veinte personas, inclusive el maestro Leopoldo La Rosa dirigía a los músicos. Me acuerdo que entre las personas que se encontraban allí, estaba nuestra maestra de arte en tiempos escolares, la artista Julia Escalante.

Hay que reconocer que durante el gobierno militar de Velazco y Morales Bermudez, el estado trataba de infundir en la población, el amor por lo nuestro y por la cultura, dejado muy de lado por aquellos tiempos, en que se admiraba a todo lo que venía de afuera. ¿Se acuerdan que durante el año 1975 fuimos al Cine Susy (aquel famoso por sus películas de Kung fu y triple X) a ver una obra de teatro? A continuación, trataré de esbozar un relato de nuestra experiencia allí.

"Y NO PODRÁN MATARLO..." Y NI SIQUIERA VERLO
Túpac Amaru II en el Cine Susy de San Juan
Cursábamos el segundo grado de educación secundaria. Nuestro profesor tutor era nada menos que Victor Cruz Jibaja, un hombre de pequeña estatura, poseedor de un bigote muy bien cuidado y propietario de una singular personalidad. Era muy amante de fumar en clase y llegar al punto de consumir por lo menos dos cajetillas diariamente. Ordenado, pulcro y con poses de dandy, impartía su "cátedra" todos los días. Historia y lenguaje eran cursos que nos dictaba. Más de uno de nosotros fue blanco de sus críticas en lo referente a la apariencia, orden y aseo. El Maestro Santillán y Walter P. eran los blancos fijos de su artillería casi siempre. "Ese pantalón, esa camisa....usted no tiene plancha en su casa?" o "Cómo se le ocurre traer una soga en vez de correa...". Expresiones como "Esas manos..!, esas uñas..."", esos zapatos...!", etc., eran pan de todos los días.


Sus enseñanzas resultaban muy ilustrativas, sin embargo, el dictado de sus clases, dejaba algo por hacer. Estuvimos -espero que lo recuerden también- todo el año leyendo "Los perros hambrientos" de Ciro Alegría. Cuentos como ese, ahora se lo hacen leer al alumno en una semana a lo más. Empero, se le ocurrió la idea de que su clase presenciara una obra teatral que narraba parte de la historia nuestra.

Muchos colegios se anotaron para estar en el famoso"Susy Hall" de San Juan. Para muchos, era la primera vez que verían una obra de teatro. La obra trataba sobre los últimos días de Túpac Amaru II. Una pieza escénica adaptada sobre la rebelión del prócer y su muerte, donde se incorporó parte del poema "Canto coral a Tupac Amaru II" de Alejandro Romualdo Valle Palomino.

Hay que decirlo: No se le dió la debida importancia al evento. Por más que el profesor nos proporcionó tarea y una monografía que debíamos de presentar, la gente fue a divertirse en gran mayoría. Los actores no podían desarrollar bien su papel, ya que cuando se quedaban inmóviles en una determinada escena, se escuchaba una pedorreta que despertaba risas y carcajadas a montones. En más de una oportunidad cuando el " Comendador Areche" tenía un acometedor diálogo con "Túpac Amaru" caían al escenario una serie de frutas, entre troncos de manzanas comidas y cáscaras de plátano, la verdad que un triste y lamentable espectáculo. En muchos momentos de la obra, los actores hicieron un alto, y manifestaron su incomodidad amenazando con suspender el espectáculo, sin embargo las amenazas e invocaciones resultaron en balde.

La mayoría de la gente de nuestra promoción, aprovechaba para darse una siestecita, fumarse un cigarrillo -caleta nomás- Ray y "el maniático" con las manos en los bolsillos con hueco, todo el tiempo, según ellos, contando su propina. El chato Paredes y sus seguidores, haciendo "travesuras" alrededor del chino López como pequeños buitres (ésta será otra historia aparte), y en realidad, casi nadie apreciaba lo que teníamos delante nuestro. Ya se podrán imaginar como estaba el teatro, los maristas éramos los "más tranquilos" de todos los alumnos que abarrotaban el Susy. En medio de la obra se escuchaban los insultos entre los colegios, desde la platea alta caían esputos, bolsas de pichi, chicles y demás cosas. Por otro lado, los concurrentes teníamos una batalla aparte lidiando con las pulgas del local, que nos dejaban la piel llena de ronchas. Era una verdadera batalla campal.

Cuando salimos del teatro, la mayoría experimentó una sensación parecida a la que se tiene cuando vas a presenciar un partido de fútbol al estadio, más que otra cosa. El propósito fue de lo mejor, pero no llegó a cumplir con los objetivos. Actividades así, se repetían una y otra vez. En colegios estatales casi eran de carácter obligatorio el asistir a este encuentro con el arte y la cultura, sin embargo no calaba lo sufiente entre nosotros.

Al final, "el chato" Cruz Jibaja recibió una amonestación de parte de la dirección del plantel y él descargó con nosotros bajándonos puntaje en las calificaciones sobre la monografía que teníamos que presentar después (en ese tiempo se llamaba "la asignación") y también en conducta.

Paco Cárdenas Linares

1 comentario:

  1. Cómo olvidar al fumón de Jibaja. Me acuerdo cuando terminaba su cigarro, arrojaba con estilo el pucho en el tacho de basura a una distancia de tres metros. Otra cuando nos mandó a construir esas porquerías de escudos con piedras. Era todo un personaje. Tienes que hacer otro artículo sobre él, Paquito.

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