CONSTRUIR NUESTRA VIDA SOBRE ROCA SÓLIDA
Acción más que palabras
Por el P. Clemente Sobrado
San Mateo 7, 21 - 27
Dijo Jesús a sus discípulos: “No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.”
Reflexión
Aquí Jesús tira a dar, como suele decirse. No se anda por las ramas y va a la raíz de las cosas. Parece algo muy simple, pero a cada uno puede hacernos cosquillas en el alma. Puede que a muchos que nos sentimos muy seguros se nos comience a balancear el piso.
Lo primero que Jesús nos dice es que con Dios el bla, bla, bla no sirve, que las palabras por bonitas que sean no engañan a Dios, que ante Dios solo vale la vida, que Dios solo cree a la verdad de la vida. Es decir, que lo fundamental ante Dios es vivir “haciendo su voluntad” realizando su plan y su proyecto sobre nosotros y sobre los demás.
Lo segundo que nos quiere hacer ver es que el criterio de nuestra verdad no está en nuestras palabras sino en las suyas, que nuestras vidas no pueden construirse sobre las palabras de los hombres sino sobre su Palabra.
Tampoco basta con leer la Palabra de Dios cosa que, por otra parte, se hace mucho hoy, sino ponerla en práctica. Todo lo que no se construye sobre la palabra de Dios está condenado a derrumbarse fácilmente. Cuando nuestra fe no se fundamenta en la Palabra de Dios fácilmente las palabras de los hombres destruyen nuestras mentes y nuestros corazones.
Esto lo estamos viendo cada día. Jóvenes que creían y practicaban, entran a la Universidad y a la primera que un profesor dice hablar en nombre de la ciencia y niega la verdad de la fe ya entran en duda y muchos hasta dejan de creer. O cada vez que escuchamos que un hermano separado suelta un ataque a la Iglesia, pareciera que todo se nos viene abajo. Parece que damos más fe a la palabra de los hombres que a la Palabra de Dios. Las causas del abandono de la Iglesia son múltiples, pero estoy seguro de que muchos la abandonan por el desconcierto antes ciertas afirmaciones, incluso bíblicas, que nunca han asimilado o que incluso ni conocen. Ante tantas amenazas, construyamos nuestras vidas sobre "roca sólida".
Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si deseas, déjanos tu comentario